Herederos de la promesa Romanos 4:13-25
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Versículo a memorizar: Por tanto, es por fe, para que sea por gracia, a fin de que la promesa sea firme para toda su descendencia; no solamente para la que es de la ley, sino también para la que es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros. Romanos 4:16
Introducción: El apóstol Pablo presenta a Abraham como el ejemplo principal de justificación por la fe, destacando que fue declarado justo antes de la circuncisión. Abraham creyó en la promesa de Dios y su fe le fue contada por justicia (Gn. 15:6). Este acto demuestra que la justificación no depende de obras ni de rituales, sino únicamente de la fe. La promesa de bendición dada a Abraham se cumplió en Cristo, la "simiente" que redime a la humanidad (Gal. 3:16).
Pablo también usa el ejemplo de David, quien experimentó la bienaventuranza del perdón de Dios a pesar de sus pecados. David describe la felicidad de aquellos cuyos pecados son perdonados y cubiertos, mostrando que la gracia divina no depende del mérito humano. El argumento central de Pablo es que la justificación por fe es universal, accesible tanto para judíos como para gentiles. Abraham es llamado "padre de todos los creyentes", independientemente de su linaje físico, porque su fe trasciende las barreras culturales y religiosas.
La justicia de Dios es un regalo inmerecido, no un salario ganado por obras. Este don gratuito de gracia elimina la jactancia humana, enfatizando la dependencia total de la obra redentora de Cristo en la cruz, quien imputa (acredita) Su perfecta justicia a los creyentes. Así, la fe, no las obras, es el medio por el cual Dios reconcilia a los pecadores consigo mismo, ofreciendo salvación eterna y la hermosa bienaventuranza de la justicia en Cristo Jesús.
Desarrollo:
Vs. 13-17. La promesa
13 Porque no por la (obediencia a la) ley fue dada a Abraham o a su descendencia la promesa de que sería heredero del mundo, sino por la justicia de (por ser declarado justo por) la fe.
Pablo establece que la promesa de Dios a Abraham no se basó en la Ley, que llegó 430 años después, sino en la fe de Abraham (Gn. 15:6). Esto demuestra que, ser declarado justo ante Dios, nunca dependió del cumplimiento de obras o leyes, sino de la confianza en Su gracia y fidelidad como dice Gálatas 3:18 Porque si la herencia es por la ley, ya no es por la promesa; pero Dios la concedió a Abraham mediante la promesa.
El término "heredero del mundo" no solo se refiere a una posesión física, sino al reino espiritual que se alcanza a través de la fe en Cristo. Esto incluye la redención, la comunión con Dios y la promesa de la vida eterna, como Jesús mismo enseño en el sermón del monte en Mateo 5:5 Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad, o Pablo en Romanos 14:17 porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.
14 Porque si los que son de (los que obedecen) la ley son los herederos, vana resulta (no hace falta) la fe, y anulada (sería sin valor) la promesa.
La herencia de la promesa de Dios no puede basarse en la Ley, ya que esto invalidaría tanto la fe como la promesa misma. Si la promesa de Dios fuera otorgada a través del cumplimiento de la Ley, esto implicaría que la fe es innecesaria y que la promesa dependería de méritos humanos y no de la fidelidad de Dios. Sin embargo, la Ley no justifica, sino que, fue dada para revelar el pecado de los hombres y llevarlos a buscar un salvador, que es Cristo (Gal. 3:24).
Es como si un padre promete a su hijo regalarle una bicicleta como muestra de su amor. El padre le dice al hijo: "Esta bicicleta es un regalo porque te amo, y siempre cumplo mis promesas." Sin embargo, luego de hacer la promesa, el hijo comienza a pensar que necesita "ganarse" la bicicleta y decide hacer muchas tareas, esforzándose para demostrar que merece el regalo, y con eso estaría desvirtuando el acto de amor del padre.
15 Pues la ley produce ira (castigo); pero donde no hay ley, tampoco hay transgresión (pecado).
Pablo explica que la Ley no justifica ni trae salvación; más bien, revela el pecado y produce ira, al evidenciar que los seres humanos no pueden cumplir con los estándares perfectos de Dios, como dijo en Romanos 3:20 Ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado. Sin embargo, donde no hay Ley, como consecuencia, tampoco hay transgresión de la ley, Pablo con esto enfatiza que la fe y la gracia son el camino para la justicia como dice en Efesios 2:8-9 8Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9no por obras, para que nadie se gloríe.
16 Por tanto, (la promesa) es por (basado en) fe, para que sea por gracia (un regalo inmerecido), a fin de que la promesa sea firme (mantenga su valor) para toda su descendencia; no solamente para la que es de (se basan) la ley, sino también para la que es de (se basan) la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros
Pablo concluye que la justicia de Dios y la herencia de Sus promesas no se obtienen por obras ni por la Ley, sino por la fe como ya había concluido en Romanos 3:28 Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley.
Esto asegura que la promesa de salvación y justificación sea universal, inmutable y accesible a todos los que creen, tanto judíos, que se basan en la ley y que también siguen las pisadas de la fe que Abraham (Rom. 4:12), como gentiles que se basa en la misma fe de Abraham, por eso se considera a Abraham como "padre de la fe" de todos los creyentes.
17 (como está escrito: Te he puesto por padre de muchas gentes (naciones)) delante de Dios, a quien creyó, el cual da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si fuesen (y crea las cosas que aún no existen).
Pablo recuerda la promesa que Dios le hizo a Abraham de ser padre de muchas naciones, cuando incluso le cambió el nombre antes de que Abraham tuviera descendencia, llamando las cosas que no son, como si fuesen, como dice Génesis 17:5 Y no se llamará más tu nombre Abram (padre enaltecido), sino que será tu nombre Abraham (padre de multitudes), porque te he puesto por padre de muchedumbre de gentes.
Pablo destaca dos características esenciales de Dios: Su poder para dar vida a los muertos y Su capacidad de llamar a la existencia lo que no existe. Estos atributos son la base de la fe de Abraham y, como consecuencia, de la confianza de los creyentes que siguen las pisadas de fe de Abraham.
Vs. 18-21. La esperanza
18 Él creyó en esperanza contra esperanza (aun cuando no había motivos para tener esperanza), para llegar a ser padre de muchas gentes (naciones), conforme a lo que se le había dicho: Así (de numerosa) será tu descendencia.
Pablo describe la fe de Abraham como una esperanza firme, incluso cuando las circunstancias parecían imposibles. Mantuvo firme su confianza en lo que Dios le había dicho “Así será tu descendencia”, tenía razones humanas para dudar, la lógica y las apariencias apuntaban a que esa promesa no sucedería, pero mantuvo su esperanza, sabiendo lo que dice Lucas 1:37 porque nada hay imposible para Dios.
19 Y no se debilitó en la fe (no dejo de confiar) al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto (muy anciano) (siendo de casi cien años), o la esterilidad de la matriz (imposibilidad de tener hijos) de Sara.
Pablo relata las circunstancias de “esperanza contra esperanza” de Abraham, su cuerpo, ya anciano, estaba "como muerto" y Sara había sido estéril toda su vida, desde el punto de vista humano, no había posibilidad de cumplir la promesa de tener descendencia. Sin embargo, en lugar de centrarse en estas limitaciones, Abraham no se debilitó en su fe en Dios, ya que sabía que la promesa no dependía de su fuerza, sino del carácter de Aquel que la había hecho.
De la misma manera que el escritor de hebreos nos alienta a lo mismo en Hebreos 10:23 Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió.
20 Tampoco dudó (desconfió), por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en (afirmó su) fe, dando gloria (alabando) a Dios,
Abraham no dudó de la promesa de Dios a pesar de era humanamente inalcanzable, en lugar de desconfiar. Pero no solo evitó la duda, sino que su fe se fortaleció al enfocarse en la fidelidad y el poder de Dios, lo que resultó en alabanza y adoración aun en el tiempo de espera.
Como un agricultor siembra semillas en la tierra, aunque no ve los frutos inmediatamente, pero confía en que la semilla germinará porque cree en el poder de la vida que Dios ha puesto en la naturaleza. De la misma manera, Abraham creyó en el Dios que trae vida de lo que parece muerto (como su anciano cuerpo y la matriz de Sara).
21 plenamente convencido (completamente seguro) de que (Dios) era también poderoso para hacer (cumplir) todo lo que había prometido;
Pablo describe la fe de Abraham como que estaba completamente seguro de que Dios tenía el poder para cumplir lo que le había prometido, mostrando una fe madura, que descansa en el carácter y la omnipotencia de Dios, como debe ser la fe, segín Hebreos 11:1 Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.
Vs. 22-25. La justicia
22 por lo cual también (debido a eso) su fe le fue contada por justicia (fue declarado como justo).
Pablo culmina de la descripción de la fe de Abraham como el medio por el cual fue justificado ante Dios, enfatizando que la justicia de Dios se imputa (acredita) al creyente a través de la fe, no de las obras. Abraham es presentado como un modelo para todos los creyentes, mostrando que la justificación siempre ha sido un regalo de gracia recibido por fe por medio de Cristo como dice 2 Corintios 5:21: Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.
23 Y no solamente con respecto a él (Abraham) se escribió que le fue contada,
24 sino también con respecto a nosotros (para nuestro beneficio) a quienes ha de ser contada, esto es, a los que creemos en el (confiamos en Dios) que levantó de los muertos a Jesús, Señor nuestro,
La justificación por fe no fue un evento exclusivo de Abraham, sino un modelo para todos los que creen en Dios y en la resurrección de Jesús, que es la base fe cristiana y al mismo tiempo, la base de nuestra justificación, por lo que todos los que hems creído en Cristo, somos hijos de la misma fe que tuvo Abraham como dice Gálatas 3:6-7 6Así Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia. 7Sabed, por tanto, que los que son de fe, estos son hijos de Abraham, así como Gálatas 3:29 Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa.
25 el cual fue entregado (a la muerte) por nuestras transgresiones (pecados), y resucitado para nuestra justificación (hacernos justos, declararnos justos).
Pablo deja en este versículo la esencia del Evangelio: Jesús fue entregado como sacrificio por llevando nuestros pecados y sufriendo el castigo que merecíamos; sacrificio que satisfizo la justicia de Dios, pero también fue resucitado, lo que valida que Su obra de redención fue aceptada por Dios y garantiza nuestra justificación.
La muerte como sustituto de Jesús en la cruz y Su resurrección trabajan juntas para redimirnos, perdonar nuestros pecados, justificarnos, reconciliarnos con Dios y darnos vida eterna, y todo eso por Su misericordia como dice Tito 3:5 Nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia.
Conclusión: Seguir las pisadas de fe de Abraham, creyendo en el que levantó de los muertos a Jesús, el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación.
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