Justificados por la fe Romanos 3:21-31
|
Versículos a memorizar: “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús”. Romanos 3:23-24
Introducción: Pablo vienen de destacar la incapacidad del ser humano debido al pecado y la necesidad de Cristo para ser justificado ante Dios, mostrándo que tanto judíos como gentiles están bajo el poder del pecado y que nadie puede alcanzar la justicia divina por sus propios méritos.
Pablo explica que todos los seres humanos, sin importar su origen, están dominados por el pecado y no hay quien sea justo por sí mismo. Usa varios pasajes del Antiguo Testamento para demostrar cómo el pecado afecta todas las áreas de la vida humana: en la naturaleza, el lenguaje y las acciones. Incluso aquellos que se consideran justos, como los moralistas hipócritas o los religiosos, también han fallado en cumplir la Ley de Dios.
Pablo resalta que la ley fue dada para revelar la magnitud del pecado y llevar a la humanidad a reconocer su necesidad de un Salvador. La justicia de Dios solo se puede alcanzar mediante la fe en Jesucristo, quien vivió sin pecado y cumplió perfectamente la Ley. Por lo tanto, la gracia de Dios y la justicia imputada de Cristo son el único camino para la salvación del hombre, ya que por sus propios esfuerzos, nadie puede ser declarado justo ante Dios.
Desarrollo:
Vs. 21-22a. La justicia
21 Pero ahora, aparte (sin la mediación) de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada (confirmada, prometida) por la ley y por los profetas;
Pero ahora. Pablo marca un cambio drástico, haciéndo enfasís en el antes con la ley, y en el “ahora” que refleja una esperanza en la provisión de Dios.
Aparte de la ley. La ley es el medio por la cual es el conocimiento del pecado (Rom. 3:20) y hace que todo el mundo quede bajo el juicio de Dios (Rom. 3:19); ni judíos ni gentiles, tienen en sí mismos la capacidad de cambiar esa situación.
Se ha manifestado la justicia de Dios. Está justicia de Dios; es decir, la forma en la que Dios hace justos a los pecadores, proviene de Dios, es independiente de los esfuerzos humanos por justificadse, y como dirá más adelante, es gratuita y se recibe únicamente por la fe en Jesucristo, quien es la Justicia de Dios como dice 2 Corintios 5:21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.
Testificada por la ley y por los profetas. Aunque esta justicia de Dios se ha revelado "aparte de la ley”, no es algo nuevo, tiene su fundamento en las Escrituras, que muestran como Dios ha declarado como justos a personajes bíblicos solo por la fe,como es el caso de Abraham en Génesis 15:6 Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia, esto sucedió antes de que fuera circuncidado (Gn. 17) y mucho antes de que Dios le diera la Ley a Moisés (Éx. 20). Esto mismo ya lo había mencionado Pablo en Romanos 1:17 Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá, que en el evangelio de las buenas noticias de Cristo, se revela la justicia de Dios, se accesa solo por medio de la fe, y que no era un nuevo plan, sino el plan original, por eso citó a Habacuc 2:4. La ley y los profetas apuntaban a que la salvación sería a través de un Salvador (Mesías) que sería perfecto y justo.
Vs. 22b-25a. Los justificados
22a la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo …
La justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo. Esta justicia es otorgada por Dios a aquellos que ponen su fe en Jesucristo, no es algo que las personas pueden obtener por sus propios méritos, por alguna obra o por el cumplimiento de la ley, sino que es accesible únicamente mediante la fe; es decir, poner toda nuestra confianza en que la obra de Jesucristo en la cruz, es la única forma de poder reconciliarnos con Dios como dice Filipenses 3:9 y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe y es otorgada por gracia (favor inmerecido) como dice Efesios 2:8-9 8Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9no por obras, para que nadie se gloríe.
22b … para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia (distinción),
Para todos los que creen en él. Esta justicia de Dios, está disponible para todos los que creen en Cristo, sin exclusión; sin importar su raza, cultura, o posición social; cualquiera que ponga su fe en Jesucristo pueden recibir la justicia de Dios. Esta declaración rompe con la idea de los judíos de que ellos tenían una ventaja exclusiva debido a su relación con la ley. La salvación es para judíos y gentiles por igual.
Porque no hay diferencia. No hay distinción entre las personas en cuanto a la necesidad de la justicia de Dios, ya que tanto judíos como gentiles están en la misma condición de pecado y ambos grupos tienen la misma necesidad de salvación, la cual solo la pueden accesar por la fe en Jesucristo, como dirá más adelante en Romanos 10:12 Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan.
23 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria (alejados de la presencia) de Dios,
Por cuanto todos pecaron. La palabra "todos" implica que no hay ninguna persona que pueda considerarse justa o libre del pecado. El pecado es una condición inherente al ser humano desde la caída de Adán como el mismo Pablo dirá más adelante en Romanos 5:12 Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron, ya lo decía también Eclesiastés 7:20 Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga el bien y nunca peque.
Y están destituidos de la gloria de Dios. El resultado del pecado es la separación de la "gloria de Dios". La palabra "destituidos" viene de la palabra griega Strong 5302 <hystereō> que significa, quedarse atrás, carecer de algo, fallar, ser deficiente, ser inferior, por lo que implica una pérdida o una falta de algo que originalmente se tuvo o se pudo tener. La humanidad fue creada para reflejar la gloria de Dios como dice Isaías 43:7 todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice, pero el pecado impide que podamos cumplir ese propósito.
La gloria de Dios puede entenderse como la manifestación de los atributos de Dios, tales como Su amor, Su misericordia, Su santidad, etc. Por causa del pecado, los seres humanos han perdido esa comunión perfecta con Dios y no pueden reflejar los atributos de Dios que los creó a Su imagen.
24 siendo justificados (hechos, declarados justos) gratuitamente por su gracia, mediante la redención (liberación) que es en Cristo Jesús,
Siendo justificados. “Justificado” viene de la palabra en griego <dikaióo> (Strong 1344) es un término legal que significa considerar a alguien como justo, es lo contrario a condenado. Ser justificado o ser declarado justo, es un verbo en voz pasiva, es decir, que no hacemos nosotros nada, es un tercero el que hace la declaración de justo o culpable, como lo haría un juez con un enjuiciado; y en este caso implica que Dios declara justo al pecador, por lo que es hasta ese momento que puede ser reconciliado con Dios como dice Romanos 5:1 Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo, lo que hace que el creyente ya no esté bajo condenación por sus pecados; y sin la condenación del pecado, también está libre de la culpa del pecado.
Gratuitamente por su gracia. La justificación es gratuita para el hombre porque no depende de los méritos humanos. Es un regalo inmerecido que proviene de la gracia de Dios. La palabra "gracia" viene de la palabra griega Strong 5485 <cháris> que significa favor inmerecido; es el amor y la misericordia de Dios otorgados a los seres humanos, que no han hecho nada para merecerlos. La salvación no es algo que se pueda comprar o ganar, sino que se recibe como un regalo divino, como dice Tito 3:5-7 5nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, 6el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, 7para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna.
Mediante la redención que es en Cristo Jesús. La palabra “redención” implica el pago de un precio para liberar a alguien de la esclavitud. En este caso, la redención se refiere al precio que Cristo pagó con Su muerte en la cruz para liberar a los seres humanos de la esclavitud del pecado. Jesucristo es el medio por el cual Dios ofrece la justificación y la redención a todos los que creen en Él, y el precio fue su sangre como dice 1 Pedro 1:18-19 18sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, 19sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación.
25a a quien Dios puso como propiciación (sacrificio para obtener el perdón de pecados) por medio de la fe en su sangre …
A quien Dios puso como propiciación. La palabra “propiciación” viene de la palabra griega Strong 2435 <hilastērion> se refiere a un sacrificio que satisface la ira de Dios contra el pecado y reconcilia al pecador con Dios. Cristo fue puesto como propiciación para satisfacer la justicia divina y permitir el perdón de nuestros pecados. En el Antiguo Testamento, la propiciación se relaciona con el "propiciatorio", que era la tapa del arca del pacto, donde el sumo sacerdote rociaba la sangre del sacrificio el día de la expiación para hacer expiación por los pecados del pueblo (Lev. 16:14-15). Esta es la misma idea que menciona el apóstol Juan en 1 Juan 2:2 Y él (Jesucristo el justo) es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.
Por medio de la fe en su sangre. La fe en la sangre de Jesucristo derramada en la cruz es la clave para recibir la justificación y el medio por el cual se realiza la expiación del pecado. La sangre representa el sacrificio perfecto, aceptado por Dios y suficiente que Jesús realizó por toda la humanidad como dice Efesios 1:7 en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia.
Vs. 25b-26. El justo
25b … para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto (sin castigo), en su paciencia, los pecados pasados,
Para manifestar su justicia. Dios manifestó Su justicia al poner a Cristo como propiciación por el pecado. Dios no ignoró el pecado, sino que lo juzgó en la persona de Su Hijo, siendo Jesús el que cargo el pecado de la humanidad, como profetizaba Isaías 53:5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.
A causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados. Esta frase no significa que Dios ignoró o minimizó los pecados, sino porque los trató con paciencia, sabiendo que la obra redentora de Cristo los cubriría plenamente. Esto significa que, aunque en el Antiguo Testamento los pecados no fueron castigados de inmediato, Dios tenía un plan para tratarlos de manera justa a través de la cruz. Este acto no solo revela la paciencia de Dios, sino también Su justicia, porque finalmente trató el pecado como merecía en Cristo, sin comprometer Su santidad ni Su misericordia.
26 con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y (a la vez) el que justifica (hace justo) al que es de la fe de Jesús.
Con la mira de manifestar en este tiempo su justicia. En la cruz, Dios no solo perdona los pecados, sino que también mostró lo justo que es, al tratar con el pecado de manera definitiva como dice Hebreos 9:26 De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado. La expresión "en este tiempo" se refiere a cuando Cristo murió en la cruz, cumpliendo con las promesas y los planes de Dios para la salvación de la humanidad.
A fin de que él sea el justo. Dios es justo porque no ignora el pecado ni lo deja sin castigo. La justicia de Dios exige que el pecado sea castigado, y este castigo fue llevado por Jesucristo en la cruz. Al juzgar el pecado en Su propio Hijo, Dios muestra que sigue siendo justo y no pasa por alto la gravedad del pecado, este atributo de justicia de Dios lo declara de una manera muy poética el Salmo 89:14 Justicia y juicio son el cimiento de tu trono; misericordia y verdad van delante de tu rostro.
Y el que justifica al que es de la fe de Jesús. Dios es el que justifica a aquellos que ponen su fe en Jesús, ya que es solo a través de la fe en Cristo que se puede recibir la justificación. De esta manera, Dios puede declarar justo al pecador sin comprometer Su justicia, ya que el castigo fue llevado por Jesucristo. Dios es justo y justificador al mismo tiempo.
Vs. 27-31. Conclusión
27 ¿Dónde, pues, está la jactancia (el orgullo)? Queda excluida (eliminado). ¿Por cuál ley (principio)? ¿Por la de las obras? No, sino por la ley de la fe.
Pablo, por medio de preguntas retóricas, muestra que no hay espacio para la presumir o sentirse orgulloso en la salvación, ya que está no depende de méritos, obras y/o esfuerzos humanos. Como la justificación es un regalo de Dios por gracia mediante la fe, la jactancia queda completamente excluida.
Pablo contrasta dos "leyes" o principios: la ley de las obras y la ley de la fe. La "ley de las obras" se refiere al intento de cumplir la ley de Dios mediante el esfuerzo humano, mientras que la "ley de la fe", se refiere a confiar en la obra redentora de Jesucristo y depender completamente de la gracia de Dios para la justificación, como le escribió a los Gálatas 2:16 sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado.
28 Concluimos, pues, que el hombre es justificado (hecho, declarado justo) por (medio de la) fe sin las obras de la ley.
Pablo presenta una conclusión muy concreta en base a lo que ha argumentado, que la justificación ante Dios no se obtiene por las obras de la ley, sino exclusivamente por la fe, esta conclusión la seguirá desarrollando en Romanos 4 cuando ponga de ejemplo a Abraham como en Romanos 4:2-3 2Porque si Abraham fue justificado por las obras, tiene de qué gloriarse, pero no para con Dios. 3Porque ¿qué dice la Escritura? Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia.
29 ¿Es Dios solamente Dios de los judíos? ¿No es también Dios de los gentiles (las naciones)? Ciertamente, también de los gentiles (las naciones).
30 Porque Dios es uno (Hay un solo Dios), y él justificará (hace, declara justas) por la fe a los de la circuncisión (judíos), y por medio de la fe a los de la incircuncisión (gentiles, las naciones).
Una vez más, mediante preguntas retóricas, Pablo destaca la universalidad del evangelio, resaltando que no hay un Dios para los judíos y otro para los gentiles, sino un solo Dios que gobierna sobre toda la humanidad y ofrece la misma salvación en Cristo a todos por igual. Aunque los judíos tienen la circuncisión como señal de la alianza con Dios, la justificación no proviene del cumplimiento de rituales o leyes, sino de la fe en Jesucristo. Esto iguala a todos ante Dios, ya que la salvación es por gracia y no por méritos personales.
31 ¿Luego por la fe invalidamos (anulamos, le quitamos el valor a) la ley? En ninguna manera, sino que confirmamos (afirmamos el valor) la ley.
Pablo se anticipa a una posible objeción a su enseñanza sobre la justificación por la fe, ya que algunos podrían pensar que la ley pierde su propósito o importancia. Pablo responde su misma pregunta de manera enfática, la fe en Cristo no anula la ley, sino que cumple su verdadero propósito. Por un lado, la ley revela el carácter de Dios y muestra el estándar de justicia que todos los seres humanos han fallado en alcanzar; y por otro lado, nos lleva a Cristo para que fuésemos justificados por la fe como dice Gálatas 3:24 De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe. La justificación por la fe no conduce al libertinaje, al contrario, nos capacita para cumplirla, y a tener una vida de obediencia a Dios.
Aplicaciones Prácticas.
· Humildad. Quitar toda jactancia al reconocer que todos somos pecadores y que la salvación es un regalo inmerecido de Dios, en la que no aportamos nada.
· Depender de la Gracia. La justificación viene solo por la gracia de Dios a través de la fe en Cristo. Esto nos llama a vivir con dependencia de Dios, confiando completamente en Su obra redentora.
· Unidad en Cristo: Dios es el Dios de todos, sin distinción. Debemos evitar el orgullo espiritual y abrazar la unidad con otros creyentes, sin importar su trasfondo cultural, social o religioso.
· Obediencia motivada por el Amor: La fe no anula la ley; en cambio, nos capacita para cumplirla. Esto implica vivir en obediencia a la voluntad de Dios, no para ser justificados, sino como respuesta de amor y gratitud a Su gracia.
Conclusión: Exaltar la justicia de nuestro Dios, quien nos ha rescatado, propiciando nuestros pecados por la fe en su sangre.
No comments:
Post a Comment