Tuesday, December 31, 2024

Romanos 5:1-11 Dios muestra Su amor

 

Dios muestra Su amor

Romanos 5:1-11

 

Objetivo: Gloriarnos (alegrarnos, regocijarnos) en el AMOR de aquel que murió para reconciliarnos, y vive para salvarnos de la ira.

 

Versículo a memorizar: Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Romanos 5:8

 

Introducción: Pablo enseño sobre la justificación por fe, ejemplificada en Abraham, quien fue declarado justo antes de la circuncisión. La fe de Abraham, basada en la promesa divina y no en la Ley, eso demuestra que la justificación es un regalo de gracia accesible a todos, judíos y gentiles. Abraham es considerado el "padre de la fe" porque creyó en la promesa de Dios, confiando en Su poder para cumplirla, a pesar de las circunstancias imposibles.

 

Pablo establece que la promesa de Dios no se basa en obras o en la Ley, sino en la fe, lo que asegura que sea universal y firme. La Ley revela el pecado y muestra la necesidad de un Salvador, pero no justifica. En cambio, la fe en Cristo lleva a la justicia, reconciliando a los pecadores con Dios y garantizando vida eterna. Abraham creyó "en esperanza contra esperanza", mostrando una fe inquebrantable que dio gloria a Dios.

 

La enseñanza de Pablo concluye con el Evangelio: Jesús fue entregado por nuestros pecados y resucitado para nuestra justificación. Este sacrificio satisface la justicia de Dios y asegura nuestra reconciliación y salvación. La fe de Abraham sirve como modelo para los creyentes actuales, quienes son justificados al confiar en Dios y en la obra redentora de Cristo.

 

El llamado final para nosotros es seguir las pisadas de fe de Abraham, creyendo en el poder de Dios para salvar y justificar a través de Su Hijo.

 

Desarrollo:

1 Justificados (declarados justos por Dios), pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo;

Justificados, pues, por la fe. La justificación es el acto judicial de Dios por el cual declara justo al pecador, no por obras, sino por la fe en Jesucristo como dice Romanos 3:28 Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley, esta justicia no es propia, sino imputada por Cristo como dice 2 Corintios 5:2 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.

 

Tenemos paz para con Dios. Pablo no se refiere aquí a una sensación de tranquilidad emocional, sino a la reconciliación entre Dios y la raza humana. antes de la justificación, éramos enemigos de Dios debido al pecado (Rom. 5:10). La paz con Dios es el resultado de la obra de Cristo en la cruz quien nos reconcilió con Dios como dice Colosenses 1:20 y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.

 

Por medio de nuestro Señor Jesucristo. La paz con Dios es únicamente por medio de nuestro Señor Jesucristo, quien con Su sacrificio aseguró nuestra reconciliación y quien es el mediador entre Dios y los hombres como dice 1 Timoteo 2:5 Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre.

 

2 por quien (por Cristo) también tenemos entrada por la fe a esta gracia (favor inmerecido) en la cual estamos firmes, y nos gloriamos (alegramos) en la esperanza de la gloria de Dios.

Por quien también tenemos entrada. El beneficio de esa justificación por medio de Jesucristo es que tenemos entrada por la fe a esta gracia, la palabra “entrada” viene de la palabra griega Strong 4318 <prosagōgē> que significa ser guiado, en el primer siglo, esa palabra se usaba para describir el privilegio de acercarse a un rey o a una figura de autoridad, lo que muestra que los creyentes tenemos acceso a Dios mismo, un privilegio que antes estaba restringido y que es obtenido gracias al sacrificio de Cristo

 

Por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes. Nuestra posición en la gracia es estable (estamos firmes) en la gracia de Dios, o depende de circunstancias externas. Esta firmeza proviene de Dios, quien asegura nuestra salvación y de donde no podemos ser separados como dice Romanos 8:38-39 38Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, 39ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.

                                              

Y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. La esperanza cristiana es la expectativa de participar en la gloria futura de Dios, de la cual estamos firmes y alegres, esperando el tiempo cuando seamos transformados completamente la imagen de Cristo como dice 1 Juan 3:2 Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.

 

3 Y no solo esto, sino que también nos gloriamos (alegramos) en las tribulaciones (pruebas/dificultades), sabiendo que la tribulación (prueba/sufrimiento) produce paciencia (resistencia);

4 y la paciencia (resistencia), prueba (firmeza de carácter, salir aprobados); y la prueba (firmeza de carácter), esperanza (confianza en la salvación);

5 y la esperanza (confianza en la salvación) no avergüenza (no defrauda, no desilusiona); porque el amor de Dios ha sido derramado (llenado) en nuestros corazones por (por medio) el Espíritu Santo que nos fue dado.

Y no solo esto, sino que también nos gloriamos. Pablo presenta una perspectiva radical, que los creyentes podemos regocijarse incluso en medio de pruebas y sufrimientos, al saber que que las tribulaciones tienen un propósito divino.

 

Tribulaciones. Del griego Strong 2347 <thilipsis> que significa; aflicción, tribulación, opresión presión, se refiere a una experiencia de angustia, sufrimiento o dificultad que puede ser externa (persecuciones, pruebas) o interna (luchas espirituales, angustias).

 

Paciencia. Del griego Strong 5281 <hypomonē> que significa; perseverancia, constancia, denota la capacidad de mantenerse firme bajo presión, soportando pruebas con fe y esperanza en Dios.

 

Prueba. Del griego Strong 1382 <dokimē> que significa; aprobación o carácter aprobado. Se refiere al estado de alguien o algo que ha sido puesto a prueba y ha demostrado ser genuino, confiable y aprobado.

 

Esperanza. Del griego Strong 1680 <elpis> que significa; confianza. Se refiere a una expectativa confiada y segura, especialmente en relación con las promesas de Dios. Esa esperanza en Dios no avergüenza,  ya que la esperanza en Dios nunca decepciona, porque está respaldada por Su carácter y fidelidad, y no en esperanzas humanas, que son inciertas.

 

Porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado. La base de esta esperanza es el amor de Dios, que ha sido impartido por el Espíritu Santo. Este amor asegura que Dios está presente y obrando incluso en medio de las pruebas como dice Efesios 3:17-19 17para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, 18seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, 19y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios, y el Espíritu Santo es la garantía y el sello de nuestra relación con Dios, Su presencia en nuestro corazón es la evidencia del amor de Dios como dice Gálatas 4:6 Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre!

 

6 Porque Cristo, cuando aún éramos débiles (incapaces de salvarnos), a su tiempo (en el momento preciso) murió por los impíos (pecadores).

Porque Cristo, cuando aún éramos débiles. La palabra “débiles” viene de la palabra griega Strong 772 <asebēs> que significa irreverente. Se refiere a alguien que no honra a Dios, vive en oposición a Sus mandamientos y carece de respeto hacia Su santidad, por lo que describe la incapacidad espiritual total de la humanidad, ya que, antes de Cristo, los seres humanos estaban imposibilitados para salvarse o cumplir con los estándares de justicia de Dios.

 

A su tiempo. Es decir, que Jesús murió en el momento exacto que Dios había determinado desde antes de la fundación del mundo como dice Gálatas 4:4 Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley,

 

Murió por los impíos. Dios no esperó a que la humanidad mejorara; cuando estábamos en nuestra peor condición, llegó la provisión divina, Cristo murió por los impíos, que viene de la misma palabra griega Strong 772 <asebēs>, pecador, como dice 1 Pedro 3:18 Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu, y también Efesios 2:1 Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados.

 

7 Ciertamente (Ahora bien), apenas (difícilmente) morirá alguno por un justo (persona honrada); con todo, pudiera ser que alguno osara (estuviera dispuesto a) morir por el bueno (que le haya hecho un bien).

8 Mas (pero) Dios muestra (demostró) su amor para con nosotros, en que siendo aún (cuando todavía éramos) pecadores, Cristo murió por nosotros.

Pablo ya escribió citando el Antiguo Testamento en Romanos 3:10 Como está escrito: No hay justo, ni aun uno, hablándonos de la incapacidad del hombre para justificarse delante de Dios, por lo que el término “justo” aquí, se refiere a alguien moralmente recto, humanamente hablando, como un juez imparcial puede ser justo en su trabajo, pero no justo en el estándar de Dios. De la misma forma la palabra “bueno” aquí, simplemente describe a alguien amable, generoso y con cualidades que provocan cariño en otro.

 

Lo que Pablo quiere destacar lo raro que es que alguien dé su vida por otro, incluso por un justo o alguien bueno, y lo hace para contrastar con el amor de Dios en Cristo, quien murió no por personas dignas, sino por pecadores e impíos, que se encontraban en rebelión contra Dios, lejos de merecer Su favor, demostrando así un amor incomparable e incondicional hacia la humanidad que no está condicionado a su justicia o bondad, sino que se extiende a los que no lo merecen como dice Juan 3:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

 

Cristo murió por nosotros. Nos habla de una muerte vicaria (sustitutiva); es decir, que Jesús tomó nuestro lugar, cargando en Él, castigo que merecíamos por nuestro pecado, lo que el mismo dijo que haría en Juan 15:13 Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.

 

9 Pues mucho más (con mayor razón), estando ya justificados (siendo declarados justos) en su sangre, por él seremos salvos de la ira (castigo final).

Pablo enseña que, al ser declarados justos por Dios por la sangre de Cristo derramada en la cruz, somos salvos de la ira de Dios, que es la justa retribución contra el pecado, Pablo se refiere a el día de la ira de Dios en el juicio final como dice Romanos 8:1 Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Somos librados de ese día, ya que ese sacrificio de Jesús, cumplió con las demandas de la justicia de Dios, y dónde se pagó el total de los pecados de aquellos que hemos creído en Cristo como Salvador, como dice Efesios 1:7 en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia.

 

10 Porque si siendo (cuando todavía éramos) enemigos, fuimos reconciliados con Dios por (mediante) la muerte de su Hijo (Cristo), mucho más (con mayor razón), estando reconciliados, seremos salvos por su vida (ahora que su hijo vive).

Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo. Pablo describe la relación entre los pecadores y Dios como enemistad, no solo de parte de la actitud humana, una actitud de rechazo hacia Dios, sino también de parte de Dios, ya que Su santidad está en oposición al pecado. Como enemigos, no teníamos forma de restaurar nuestra relación con Dios, fuimos reconciliados mediante el sacrificio perfecto y sustitutivo de Jesús en la cruz; es decir, la barrera del pecado que nos separaba de Dios fue eliminada por la muerte de Cristo.

 

Mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida. Pablo argumenta que si Dios fue capaz de reconciliarnos mientras éramos enemigos, cuánto más podemos confiar en Su poder para salvarnos ahora que somos sus hijos como dice Romanos 8:32 El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?

 

11 Y no solo esto (Además), sino que también nos gloriamos (alegramos) en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación.

Y no solo esto. Pablo concluye esta idea, haciendo un énfasis adicional.

 

Sino que también nos gloriamos en Dios. Si nos gloriamos (alegramos) en la esperanza futura de la gloria de Dios (Rom. 5:2), y en las tribulaciones presentes (Rom. 5:3) que Dios permite para formarnos resistencia y carácter; Pablo afirma que hay un motivo de gozo aún mayor para gloriamos (alegramos), que es en Dios mismo, quien es el origen y el objetivo de nuestra reconciliación, nos gloriamos en el carácter fiel y amoroso de Dios para con los pecadores.

 

Por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación. Ese gozo y reconciliación fueron posibles por el Señor nuestro Jesucristo, quien es el único camino para llegar a Dios como él mismo dijo en Juan 14:6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.

 

Conclusión: Gloriarnos (alegrarnos, regocijarnos) en el AMOR de aquel que murió para reconciliarnos, y vive para salvarnos de la ira.

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