Justificados por la Fe de Cristo Gálatas 2:11-21
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Versículo a memorizar: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. No desecho la gracia de Dios, pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo.” Gálatas 2:20-21
Introducción:
Los judaizantes que se habían infiltrado a las Iglesias de Galacia, falsamente enseñaban que; además de creer en Cristo, era necesario circuncidarse y guardar la ley para obtener la salvación. Eso era contrario al evangelio de solo fe en Cristo que predicaba Pablo, el argumento que usaban esos falsos hermanos, era que Pablo no era un apóstol de los que anduvieron con Jesús y/o que el evangelio que Pablo predicaba era diferente al de los apóstoles originales.
En el capítulo uno de esta carta, Pablo defendió su apostolado por medio del relato de su conversión, contando que; el evangelio que predicaba le había sido dado por Jesús directamente y que no lo recibió de ningún ser humano, en los primeros versículos del capitulo dos, relató que expusó ese evangelio de libertad en Cristo a los apóstoles que caminaron con Jesús (Pedro y Juan, así como a Jacobo hermano del Señor, quien era el pastor de la Iglesia en Jerusalén), que todos, estuvieron de acuerdo era el mismo evangelio que ellos predicaban, y que para confirmarlo, les estrecharon la mano en señal de compañerismo y acordaron continuar predicando ese evangelio, unos a los gentiles y el otro a los judíos.
Ahora respaldará su punto, que hay un solo evangelio de libertad, relatando un incidente que sucedió con el apóstol Pedro.
Desarrollo:
11 Pero cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí (reprendí) cara a cara (directamente, abiertamente), porque (su comportamiento) era de condenar (reprochar).
Pedro vino a Antioquía. Es muy probable que el apóstol Pedro viajara constantemente a supervisar iglesias, y con mas razón aquella en Antioquia de Siria, donde gran número de gentiles se habían convertido a Cristo (Hch 11:19-21), era allí en Antioquia de Siria donde Pablo y Bernabé eran maestros de la iglesia antes de que fueran a sus viajes misioneros.
Le resistí cara a cara. Hubo una oposición frontal como cuando dos cabezas están una frente a otra en señal de pelea.
Porque era de condenar. Esta confrontación fue el resultado de comportamiento que Pedro estaba teniendo en Antioquía que Pablo va a detallar.
12 Pues antes que viniesen algunos de parte de Jacobo, comía con los gentiles (judíos); pero después que vinieron, se retraía (alejaba) y se apartaba, porque tenía miedo de los de la circuncisión (judíos).
Jacobo. Jacobo <Santiago> era medio hermano del Señor, y quien, en el ministerio terrenal de Cristo, no creía en Él (Mr 3:21), pero una vez que lo vio resucitado (1 Cor 15:7) se congregó con la Iglesia (Hch 1:14), tomó un rol importante en la primera Iglesia formada, la de Jerusalén (Hch 15:13), donde se cree que se volvió el pastor principal de esa Iglesia.
Pues antes que viniesen algunos de parte de Jacobo. La Iglesia de Jerusalén, en su gran mayoría eran judíos que habían aceptado a Cristo como el Mesías anunciado por los profetas, ellos seguían practicando su judaísmo, de acuerdo a las instrucciones recibidas de Dios y las adiciones hechas por los interpretes de la ley. Un grupo de ellos fueron enviados por Jacobo a Antioquía de Siria, quizá también con la idea de supervisar y/o apoyar a esa Iglesia que era mas joven y que estaba integrada por judíos y gentiles y coincidieron con la visita de Pedro.
Comía con los gentiles; pero después que vinieron, se retraía y se apartaba. El tema que Pablo quiere exponer como ejemplo; en este caso, un mal ejemplo, es que Pedro se comportaba de una forma en la Iglesia gentil de Antioquia cuando no estaban los hermanos de Jerusalén, y otro comportamiento cuando llegaron.
Las comidas a las que hace referencia, casi con seguridad se refiere a las reuniones de convivencia y/o comunión que tenía la iglesia llamadas fiestas de amor o “agapes”, mencionadas en Judas 1:12, y al parecer, al final de esas comidas, se llevaba a cabo la Cena del Señor (1 Cor 11:21-22).
No nos dice exactamente cual era el comportamiento de Pedro antes de la visita de los de Jerusalén, si comía con los gentiles alimentos que los judíos consideraban impuros y cuando llegaron los hermanos de Jerusalén lo dejo de hacer, o simplemente se sentaba con ellos a comer, lo que para muchos judíos en Cristo, debido a que todavía practicaban su judaísmo con “tradiciones”, lo consideraban pecaminoso, y quizá esa fue la razón por la que Pedro se aparto de los gentiles mientras los hermanos judíos estaban de visita.
En la Iglesia de Jerusalén compuesta casi en su totalidad de judíos, esas “tradiciones” eran tolerables, sabiendo que se irían quitando poco a poco o simplemente asegurándose que no les atribuyeran ningún poder de salvación, y dejaban que las llevaran a cabo como parte de su cultura; sin embargo, en la Iglesia de Antioquía de Siria, que estaba conformada por judíos y gentiles, esas costumbre de uno y otro grupo chocaban y generaban conflictos, aunque esa pared de división fue derribada en la Cruz como dice Efesios 2:14 Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, pero en la práctica cotidiana aun se generaban divisiones.
Lo cierto es que la forma de conducirse de Pedro cambio radicalmente antes de que ellos llegaran y después de que llegaron.
Porque tenía miedo de los de la circuncisión. Pablo dice que la razón por la que Pedro cambio de comportamiento era por temor, que se apartó y dejo de comer con los gentiles, quizá por temor de que no cayera bien la noticia en Jerusalén de que comía con los gentiles y eso debilitara su reputación allá, ya le había pasado eso antes, cuando visitó a Cornelio y regreso a Jerusalén, los de la circuncisión le reclamaron su comida con los gentiles, mostrando como ellos consideraban eso muy inapropiado como dice en Hechos 11:2-3 2Y cuando Pedro subió a Jerusalén, disputaban con él los que eran de la circuncisión, 3diciendo: ¿Por qué has entrado en casa de hombres incircuncisos, y has comido con ellos?
En esa visita a Cornelio, Pedro había recibido la visión del lienzo en la azotea de la casa en Jope, y había aprendido que no debía considerar “inmunda” ninguna cosa que Dios había limpiado (Hch. 10:9-16) a los gentiles. Pedro le presento el evangelio al Centurión Cornelio y a los que con él estaban, aun a pesar de sus costumbres de no tener comunión con gentiles como dice Hechos 10:28 Y les dijo: Vosotros sabéis cuán abominable es para un varón judío juntarse o acercarse a un extranjero; pero a mí me ha mostrado Dios que a ningún hombre llame común o inmundo.
El miedo al “que dirán” puede hacernos ceder en nuestras convicciones.
13 Y en su simulación participaban (se unieron) también los otros judíos, de tal manera que aun Bernabé fue también arrastrado por la hipocresía de ellos.
La conducta de Pedro era de simulación, y Pablo lo dice usando una acusación muy fuerte, la de hipocresía, que tiene el sentido de engañar o fingir y eso era condenable, ya que, al ser Pedro un líder reconocido por la iglesia, su conducta pronto sería seguida por otros, y así fue, le siguieron otros judíos de la iglesia de Antioquía e incluso Bernabé quien de tanto beneficio había sido a Pablo, su compañero mas cercano en el ministerio en ese momento y junto con quien habían establecido la enseñanza en esa Iglesia de Antioquía.
14 Pero cuando vi que no andaban (se comportaban) rectamente conforme a la verdad (integridad) del evangelio, dije a Pedro delante de todos: Si tú, siendo judío, vives como los gentiles (no judíos) y no como judío, ¿por qué obligas a los gentiles (no judíos) a judaizar (practicar el judaísmo)?
Pero cuando vi que no andaban rectamente conforme a la verdad del evangelio. El evangelio no es algo que se predica y/o se enseña solamente, es algo que se vive, la semilla del evangelio cuando crece da mucho fruto como dice Mateo 13:23 Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno.
Dije a Pedro delante de todos. Cuando Pablo observó que ese comportamiento de Pedro y de sus imitadores era contrario a evangelio de la verdad, no dudo en reprenderlo públicamente, ya que como esa conducta la había hecho en público, y había arrastrado a otros en ella, era necesario que la reprensión también fuera pública, como también se lo sugirió a Timoteo cuando le tocara reprender a un anciano o líder de la Iglesia 1 Timoteo 5:20 A los que persisten en pecar, repréndelos delante de todos, para que los demás también teman, ya que puede pasar lo mismo, que con su conducta arrastren a otros.
Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como judío, ¿por qué obligas a los gentiles a judaizar? Para entender mejor esta pregunta en reclamo que le hace Pablo a Pedro, podemos extenderla se la siguiente manera: “Si aun tú, Pedro, a pesar de que tú eres judío, te puedes dar la libertad de pasar por alto las tradiciones judías en cuanto a comidas y reuniones, y de hecho, así lo estuviste haciendo cuando comías con los gentiles, ¿cómo es posible que ahora tu mismo, con tu conducta, quieras imponer las mismas tradiciones sobre los gentiles, y los quieras forzar a vivir como judíos?”
Con esa conducta separatista de Pedro, estaba mandando un mensaje, como si dijera; “Si ustedes, gentiles, quieren tener comunión con nosotros, tienen que adoptar nuestras costumbres” y ese era el tema que le estaba enfatizando Pablo en ese momento, que los falsos maestros judaizantes querían, que los gentiles a parte de creer en Jesús, se circuncidaran y guardaran la ley.
15 Nosotros, judíos de nacimiento, y no pecadores de entre los gentiles (no judíos),
Nosotros. Ahora Pablo se incluye aquí junto con Pedro, con Bernabé y los hermanos de Jerusalén.
Judíos de nacimiento, y no pecadores de entre los gentiles. Pablo simplemente esta haciendo la diferencia que existía de las dos razas, unos judíos, que eran parte del pueblo que Dios escogió, a quienes Dios les dio la ley e instrucciones de como comportarse y a quienes les mando innumerables profetas; y otros, los “gentiles pecadores” que, al no ser judíos, no eran del pueblo de Dios y no tenían Su ley, y eso hacia que vivieran todo el tiempo en pecado delante de Dios, de allí el termino que usaban de pecadores.
16 sabiendo que el hombre no es justificado (declarado justo) por las obras de (por cumplir) la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído (puesto nuestra fe) en Jesucristo, para ser justificados (declarados justos) por la fe de Cristo y no por las obras de (por cumplir) la ley, por cuanto por las obras de (por cumplir) la ley nadie será justificado (declarado justo).
Sigue Pablo diciendo que si ellos, Judíos, con todos los privilegios de conocer a Dios y a Su ley, sabían que ninguna persona es justificada o declarada justa delante de Dios cumpliendo la ley, sino únicamente por poner la fe en Jesucristo. Eso es lo que ellos habían experimentado, Pedro, Bernabé, Pablo, habían practicado la religión judía y no fueron salvos (justificados) por cumplir nada de la ley, sino hasta que pusieron su fe en Cristo.
Pablo termina con una declaración enfática “por las obras de la ley nadie será justificado”, misma que también encontramos en Romanos 3:28-30 28Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley. 29¿Es Dios solamente Dios de los judíos? ¿No es también Dios de los gentiles? Ciertamente, también de los gentiles. 30Porque Dios es uno, y él justificará por la fe a los de la circuncisión, y por medio de la fe a los de la incircuncisión, y la razón es sencilla, la ley no fue dada para ser justificados, sino para inculparnos de pecado como Pablo enseñara mas adelante en Gálatas 3:19.
Justificado. Es una palabra que comenzará a mostrarse mucho en estos versículos, por lo que la tenemos que entender bien; viene de la palabra en griego <dikaióo> (Strong 1344) que significa considerar a alguien como justo o inocente, es lo contrario a condenado. Ser justificado o ser declarado justo, es un verbo en voz pasiva, es decir, que no hacemos nosotros nada, es un tercero el que hace la declaración de justo o culpable, como lo haría un juez con un enjuiciado.
La acción de justificar al hombre la toma Dios y no es algo que el hombre puede obtener por si mismo, como dice Romanos 8:33 ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica, y esa acción de justificar implica dos cosas; primero que los pecados del hombre sean perdonados para que pueda considerarse como inocente y eso es por medio de la fe en Cristo como dice Efesios 1:7 en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia, en ese momento seríamos considerados inocentes (sin pecado), pero no justos (de haber hecho alguna obra justa delante de Dios), pero al mismo tiempo que Dios nos perdona los pecados por creer en Cristo, pone en nuestra cuenta, por imputación, la justicia de Cristo como dice Romanos 5:18 Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida.
En otras palabras, cuando por fe creemos en la obra redentora de Cristo en la cruz, hay un intercambio de dos vías, los pecados (culpa) del pecador son puestos en la persona de Cristo y la justicia de Cristo es imputada al pecador, y es entonces cuando somos justificados, Dios nos declara justos ante Sus ojos.
17 Y si buscando ser justificados (declarados justos) en Cristo, también nosotros somos hallados pecadores, ¿es por eso Cristo ministro de (sirve al, promueve el) pecado? En ninguna manera (¡Claro que no!).
Parece que el relato del incidente de Pedro terminó antes de este versículo, ahora Pablo se dirige a los Gálatas teniendo en consideración lo que estaban diciendo los judaizantes, que la fe en Cristo no era suficiente, que había que agregarles las obras de la ley, y es como si les dijera: “Si Cristo nos enseñó lo que predicamos, que para ser justificados era necesario solamente poner la fe en Él, sin ninguna obra de la ley; pero si la ley es aún necesaria cumplirla para salvación como dicen los judaizantes, entonces Cristo nos esta haciendo pecar, ¿eso es posible?, de ninguna manera.” Jesús no podría estar promoviendo el pecado, si lo que vino a hacer fue a quitarlo.
18 Porque si las cosas que destruí, las mismas vuelvo a edificar (construir), transgresor (culpable) me hago.
Ahora Pablo cambia a la primera persona, como si invitara a sus lectores y a nosotros llegar a la misma conclusión personalmente, apropiándonos de esa conclusión:
Las cosas que destruí. Se refiere al intento humano de hacer cosas (obras de la ley) para tratar de ser justificado, como Pablo hacía antes de entender que la justificación solo se obtendría por la fe en Cristo, y cuando la obtuvo, lo demás lo destruyó, lo tuvo por basura como dijo en Filipenses 3:8 Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo.
Las mismas vuelvo a edificar, transgresor me hago. Ya que hemos sido justificados en Cristo sin ninguna obra humana, y si después de eso, volvemos a intentar justificarnos o agradar a Dios con nuestras obras, estaríamos edificando lo que ya habíamos destruido, y no solo es innecesario, sino que nos hacemos transgresores (culpables), porque estaríamos menospreciando la obra de Cristo en la cruz, que es la única forma de poder justificarnos.
19 Porque yo por la ley soy muerto para la ley, a fin de vivir para Dios.
Si por la ley pudiera venir la justificación (ser un medio de salvación), esta se tendría que cumplir perfectamente, sin fallar en un solo de los mandamientos como explica Santiago 2:11 Porque el que dijo: No cometerás adulterio, también ha dicho: No matarás. Ahora bien, si no cometes adulterio, pero matas, ya te has hecho transgresor de la ley, y si somos culpables ante la ley, solo podemos recibir de ella su veredicto que esta en Romanos 3:23 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios; es decir, muerto, separado de Dios, por eso Pablo dice que, por la ley, estamos muertos para la ley.
A fin de vivir para Dios. Haber muerto a la ley, o haber dejado de buscar que por ella pudiéramos salvarnos, tiene la finalidad o el propósito de vivir para Dios; es decir, de vivir como Dios quiere que vivamos, para su gloria, como dice 1 Corintios 10:31 Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios.
20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne (cuerpo), lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo (dio su vida) por mí.
Con Cristo estoy juntamente crucificado. Como sentencia de incumplir a ley es muerte, esta se llevó acabo por crucifixión, pero no en nosotros, sino el Jesucristo como sustituto nuestro, cuando Jesús fue crucificado en nuestro lugar, nosotros estábamos allí siendo crucificados con Él, como Pablo reafirmo en Romanos 6:6 sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado.
Y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí. Morimos a cualquier forma de justificación humana, y recibimos la única forma de justificación divina, la cruz de Cristo, por eso, ya no vivimos nuestra vida, sino la de Cristo que vive en nosotros por medio del Espíritu Santo (2 Tim 1:14).
Y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios. Así como morimos en Cristo, resucitamos juntamente con Él, para que en esta vida terrenal, en esta carne, en este cuerpo, vivamos una vida que glorifique al Padre como dice Romanos 6:4 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.
El cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. Jesús voluntariamente se entregó por amor a nosotros a pasar vergüenza, a ser condenado por los hombres, a recibir azotes, golpes y escupitajos, a que le pusieran una corona de espinas, a la burla, al abandono de Su Padre, a la muerte mas cruel que existía, la muerte de por crucifixión y a ser sepultado.
21 No desecho (rechazo) la gracia de Dios; pues si por la ley fuese (se obtuviese) la justicia, entonces por demás (en vano) murió Cristo.
No desecho la gracia de Dios. Cuando queremos agregar algo mas a la obra de Cristo para ser justificados, estaríamos despreciando, minimizando, rechazando todo lo que tuvo Jesús que pasar para ofrecernos la salvación y la muerte de Cristo sería en vano; es decir, si hubiera cualquier otra forma de ser salvos, la muerte de Cristo fue un desperdicio.
Este mismo concepto de que solo la Cruz de Cristo es suficiente para ser salvos, lo re-aprendió Pedro mas adelante, ya que cuando se encontraban en el concilio de Jerusalén tratando este mismo tema, Pedro lo dijo con las palabras registradas en Hechos 15:6-12 6Y se reunieron los apóstoles y los ancianos para conocer de este asunto. 7Y después de mucha discusión, Pedro se levantó y les dijo: Varones hermanos, vosotros sabéis cómo ya hace algún tiempo que Dios escogió que los gentiles oyesen por mi boca la palabra del evangelio y creyesen. 8Y Dios, que conoce los corazones, les dio testimonio, dándoles el Espíritu Santo lo mismo que a nosotros; 9y ninguna diferencia hizo entre nosotros y ellos, purificando por la fe sus corazones. 10Ahora, pues, ¿por qué tentáis a Dios, poniendo sobre la cerviz de los discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar? 11Antes creemos que por la gracia del Señor Jesús seremos salvos, de igual modo que ellos. 12Entonces toda la multitud calló, y oyeron a Bernabé y a Pablo, que contaban cuán grandes señales y maravillas había hecho Dios por medio de ellos entre los gentiles.
Aplicación Práctica: No desechemos la gracia de Dios que es en la fe de Cristo, al practicar cualquier sistema religioso, nos llevará a menospreciar la única justificación posible que es por medio de Cristo.
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