Tuesday, March 28, 2023

Lucas 8:19-21 Mirad, pues, cómo oís (2ª Parte)

 

Mirad, pues, cómo oís (2ª Parte)

Lucas 8:19-21

 

 

 
Objetivo: Acercarnos a la Palabra de Dios con la correcta disposición de oír, a fin de que siendo hacedores de la misma (Stg 1:22), podamos identificarnos como parte de la familia de Jesús.

 

Versículo a memorizar:Él entonces respondiendo, les dijo: Mi madre y mis hermanos son los que oyen la palabra de Dios, y la hacen.” Lucas 8:21

 

Introducción:

Contrario a la creencia popular acerca de la virginidad perpetua de María, la biblia enseña que Jesús tuvo medios hermanos, hijos de José y María. Hay quienes piensan que estos eran en realidad primos de Jesús; no obstante, la palabra <adelphos> (“hermano”) nunca se usa en el Nuevo Testamento en el sentido de “primo”. Otra evidencia clara de esto, podemos encontrarla en el Salmo 69. En este salmo mesiánico podemos leer en el v. 8: “Extraño he sido para mis hermanos, y desconocido para los hijos de mi madre”. Aquí “hermanos” no puede significar “primos” o “hermanastros”, ya que el término se refiere a los hijos de la madre del Mesías. Además de esto, la consecuencia clara de pasajes como Mateo 1:18 (“antes que se juntasen”), 1:25 (“no la conoció hasta que dio a luz a su hijo”) y Lucas 2:7 (“dio a luz a su hijo primogénito”) es que José y María se unieron como matrimonio y procrearon hijos después del nacimiento de Jesús.

 

Desarrollo:

Vs. 19-20. La familia terrenal de Cristo

19 Entonces su madre y sus hermanos vinieron a él; pero no podían llegar hasta él por causa de la multitud.

Mateo y Marcos ubican este hecho mas temprano en su ministerio, antes de la enseñanza de la parábola del sembrador; sin embargo, Lucas lo ubica de manera lógica en este lugar ya que todos estos pasajes del capítulo 8 hablan del mismo tema, de “Mirad, pues como oís.”

 

Dios envío a Su hijo engendrado en un contexto familiar, Jesús tenía una relación familiar con su madre, con su padrastro José y con sus hermanos. Jesús nunca dejó de ser hijo de María, siempre sostuvo una relación terrenal de parentesco con ella, pero también espiritual, al ser el salvador de todos los hombres, incluyéndola a ella.

 

Entonces su madre y sus hermanos vinieron a él. La razón de la visita de María y sus hermanos de venir a Jesús era para era llevárselo, ya que habían escuchado que mucha gente se agolpaba y que ni Jesús ni sus discípulos tenían tiempo para comer, y pensaban que Jesús se había vuelto loco como relata Marcos 3:20-21 20Y se agolpó de nuevo la gente, de modo que ellos ni aun podían comer pan. 21Cuando lo oyeron los suyos, vinieron para prenderle; porque decían: Está fuera de sí.

 

Toda la obra del ministerio de Jesús es locura para los que se pierden como dice 1 Corintios 2:14 Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente, y en ese momento, sus hermanos no creían en Él como dice Juan 7:5 Porque ni aun sus hermanos creían en él.

 

Pero no podían llegar hasta él por causa de la multitud. El relato de Marcos precisa que Jesús estaba en una casa, alrededor de Él sus discípulos, en seguida la multitud que al parecer llenaba la casa y María y sus hermanos, como no pudieron entrar, se quedaron afuera como dice Marcos 3:31 Vienen después sus hermanos y su madre, y quedándose afuera, enviaron a llamarle.

 

20 Y se le avisó, diciendo: Tu madre y tus hermanos están fuera y quieren verte.

Le enviaron a llamar, quizá pensaron que tendrían privilegios especiales por ser sus familiares, Marcos relata que la gente estaba sentada alrededor de Él, como dice Marcos 3:32 Y la gente que estaba sentada alrededor de él le dijo: Tu madre y tus hermanos están afuera, y te buscan, eso nos la idea de que quizá Jesús estaba enseñando y ellos no se esperaron a que terminara, sino que le enviaron el mensaje en medio de la enseñanza.

 

Mientras sus familiares estaban afuera, adentro había unos que tenían a Jesús como su centro, qué diferencia tan gráfica.

 

Vs. 21. La familia espiritual de Cristo

21 Él entonces respondiendo, les dijo: Mi madre y mis hermanos son los que oyen la palabra de Dios, y la hacen.

Marcos dice que antes de dar esta respuesta, miró a los que estaban sentados alrededor de Él, como dice Marcos 3:34 Y mirando a los que estaban sentados alrededor de él, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos, Jesús aprovechó este incidente para hacer una definición de la nueva familia espiritual, que estaría sobre su familia terrenal.

 

El ser humano siempre ha tenido la tendencia a idealizar los lazos carnales que unían a Jesús con su familia terrenal, en especial con su madre, pero él siempre dio prioridad a los lazos espirituales como lo vemos en Lucas 11:27-28 27Mientras él decía estas cosas, una mujer de entre la multitud levantó la voz y le dijo: Bienaventurado el vientre que te trajo, y los senos que mamaste. 28Y él dijo: Antes bienaventurados los que oyen la palabra de Dios, y la guardan.

 

Oír y hacer la Palabra de Dios, es lo que identifica a la familia de Jesús, a sus discípulos como el mismo dijo en Juan 13:17 Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis si las hiciereis, la bienaventuranza no está en solo oír o saber las cosas, sino en ponerlas por obra, como dijo Santiago 1:22-25 22Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. 23Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, este es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. 24Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era. 25Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, este será bienaventurado en lo que hace.

 

Marcos lo dice de la siguiente manera en Marcos 3:35 Porque todo aquel que hace la voluntad de Dios, ése es mi hermano, y mi hermana, y mi madre, y la pregunta sería, ¿Cuál es la voluntad de Dios?, Jesús dio la respuesta en Juan 6:29 Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado, y aunque en ese momento, María y los hermanos de Jesús no habían creído que Jesús era el Mesías prometido, cuando lo vieron resucitado, creyeron en Él, lo sabemos porque los vemos reunidos junto con los apóstoles en el aposento alto en Jerusalén después de la ascensión del Señor como dice Hechos 1:9-14 9Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos. 10Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, 11los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo. 12Entonces volvieron a Jerusalén desde el monte que se llama del Olivar, el cual está cerca de Jerusalén, camino de un día de reposo. 13Y entrados, subieron al aposento alto, donde moraban Pedro y Jacobo, Juan, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Jacobo hijo de Alfeo, Simón el Zelote y Judas hermano de Jacobo. 14Todos estos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos, y de hecho Jacobo, uno de sus hermanos tomó un papel de líderazgo en la primera Iglesia (Gálatas 1:19), el mismo que escribe la carta de Santiago; otro hermano de Jesús llamado Judas, también escribió la carta que lleva su nombre (Judas 1:1).

 

Aplicación Práctica: Acercarnos a la Palabra de Dios con la correcta disposición de oír, a fin de que siendo hacedores de la misma (Stg 1:22), podamos identificarnos como parte de la familia de Jesús.

 

           

Sunday, March 26, 2023

Lucas 8:1-18 Mirad, pues, cómo oís

 

Mirad, pues, cómo oís

Lucas 8:1-18

 

 

 
Objetivo: Acercarnos a la Palabra de Dios con la correcta disposición de oír, a fin de que; reteniendo la Palabra oída, demos fruto con perseverancia.

 

Versículo a memorizar:Mirad, pues, cómo oís; porque a todo el que tiene, se le dará; y a todo el que no tiene, aun lo que piensa tener se le quitará.” Lucas 8:15

 

Introducción: A partir de este momento, Jesús solo enseñaría por parábolas, y sin parábolas no les hablaría (Mt 13:34). La enseñanza por parábolas, tenía el propósito de revelar el pensamiento de las personas y de manifestar si Dios las estaba llamando o no a su verdad (Mt 13:12-13).

 

Desarrollo:

Vs. 1-3. El ministerio del reino

1 Aconteció después, que Jesús iba por todas las ciudades y aldeas (pueblos), predicando y anunciando (proclamando) el evangelio del reino de Dios, y los doce (estaban) con él,

 

Aconteció después. Significa, después de esto, en los siguientes días, quiere decir que después la cena de Jesús con Simón el fariseo, donde irrumpió la mujer pecadora que salió siendo perdonada y yendo en paz (Lc 7:50).

 

Que Jesús iba por todas las ciudades y aldeas, predicando y anunciando el evangelio del reino de Dios. Jesús iba atravesando camino y pasaba de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo, llevando a cabo su principal ministerio que era predicar y evangelizar anunciando el mensaje de las buenas noticias del reino de Dios, que la gracia de Dios se había manifestado en Cristo como Salvador de los hombres.

 

Y los doce con él. Se refiere a aquellos de entre sus discípulos que había escogido para que estuviesen con Él (Mr 3:14), lo escuchaban enseñar y evangelizar, ya que más adelante ellos serían enviados a hacer lo mismo.

 

2 y algunas mujeres que habían sido sanadas de espíritus malos (malignos) y de enfermedades: María, que se llamaba Magdalena, de la que habían salido siete demonios,

Es muy importante ver que, en el grupo de discípulos de Jesús, había mujeres, eso nos muestra que la concepción que Jesús tenía sobre ellas, era muy diferente al judaísmo tradicional de esa época. Algunas de estas mujeres habían sido beneficiadas de las sanidades que Jesús hacía como parte de Su ministerio, así como de la liberación de demonios, Lucas menciona que ese había sido el caso de María, que se llamaba Magdalena, este sobrenombre, casi con seguridad, viene por el lugar de donde ella era, de la ciudad de Magdala, muy cerca del mar de Galilea, la cantidad de demonios que menciona Lucas de 7 (siete), nos deja ver que el estado de aquella mujer antes de su encuentro con el Señor, debió ser muy impactante, pero Jesús la liberó, la sanó, dejó que fuera su discípulo y fue la primera mujer a ver a Jeseus resucitado (Jn 20:16)

 

3 Juana, mujer (esposa) de Chuza intendente (administrador) de Herodes, y Susana, y otras muchas que le servían de (ayudaban con) sus bienes (recursos).

De Juana se nos dice que era casada, con un varón que administraba algún recursos o bienes de Herodes, lo que implica que eran parte de la clase bien acomodada de la sociedad, de ella solo se vuelva a hablar cuando Jesús es crucificado y ella está allí (Lc 24:10).

 

De Susana no tenemos ninguna otra referencia Bíblica, ni nombres de las “otras muchas” que menciona Lucas, las cuales le servían a Jesús con sus propios bienes; es decir, asistiéndolo con ofrendas que cubrían los gastos del grupo, y de esa manera mostraban su agradecimiento al Señor, quizá por la sanidad o liberación que habían recibido (Lc 8:2).

 

Vs. 4-15. El misterio del reino

4 Juntándose (reuniéndose) una gran multitud, y los que de cada ciudad (pueblo) venían a él, les dijo por parábola:

Juntándose una gran multitud, y los que de cada ciudad venían a él. A partir de este momento en el ministerio de Jesús, solo enseñaría en parábolas como dice Mateo 13:34 Todo esto habló Jesús por parábolas a la gente, y sin parábolas no les hablaba.

 

Les dijo por parábola. Una parábola es “Una historia Terrenal (cosas cotidianas) con una enseñanza Celestial”.

 

5 El sembrador salió a sembrar su semilla; y mientras sembraba (esparcía), una parte cayó junto al camino, y fue hollada (pisoteada), y las aves del cielo la comieron.

6 Otra parte cayó sobre la piedra (piedras); y nacida (cuando brotó), se secó, porque no tenía humedad (falta de agua).

7 Otra parte cayó entre espinos, y los espinos que nacieron juntamente con ella, la ahogaron.

8 Y otra parte cayó en buena tierra, y nació (brotó) y llevó fruto (produjeron espigas) a ciento por uno. Hablando estas cosas, decía a gran voz (con voz muy fuerte): El que tiene oídos para oír, oiga.

A esta parábola, Jesús mismo le puso el nombre “la parábola del Sembrador” (Mt 13:18), y nos muestra cuatro tipos de tierras que representan los corazones de las personas y el efecto que la Palabra de Dios tiene en cada uno de esos corazones. Jesús terminó la parábola diciendo que era necesario tener oídos espirituales para poder entenderla.

 

9 Y sus discípulos le preguntaron, diciendo: ¿Qué significa esta parábola?

Ni sus propios discípulos la habían entendido, pero la ventaja que tenían de estar cerca de Jesús, la usaron para preguntarle por la interpretación correcta de esta enseñanza.

 

10 Y él dijo: A vosotros os es dado (ha concedido) conocer los misterios (secretos) del reino de Dios; pero a los otros por parábolas (ejemplos), para que viendo  (por más que miren) no vean, y oyendo (por más que oigan) no entiendan.

Y él dijo: A vosotros os es dado conocer los misterios del reino de Dios

A los discípulos si les iba a ser dada la interpretación de la parábola, con el propósito de que conocieran los misterios del reino de Dios, y esta parábola develara cómo funciona la Palabra de Dios en el corazón de las personas en esta tierra; así que “el reino de Dios” no habla de algo futuro, sino del reino de Dios que comenzó cuando Jesús, el rey de ese reino, estuvo en la tierra, de hecho así comenzó su ministerio diciendo Marcos 1:14b-15 14b… Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios, 15diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio.

 

Pero a los otros por parábolas. Los que no eran sus discípulos, les iba a enseñar en parábolas, pero no les iba dar la interpretación de ellas.

 

Para que viendo no vean, y oyendo no entiendan. El propósito de enseñar a partir de este momento solo por parábolas, era el de revelar si Dios las estaba llamándolos a Su verdad o no, para aquellos que veían físicamente a Jesús y lo veían como el Mesías que habría de venir, y oyendo las parábolas, las entendían, era claro que Dios ya les había dado oídos espirituales para oír, pero aquellos que también veían físicamente a Jesús, pero no lo veían como su Salvador, y escuchaban sus parábolas y no las entendían, sería evidencia de que Dios lo les había (o no les había dado aún) fe para creer, así se cumplía también la profecía de Isaías 6:9 Y dijo: Anda, y di a este pueblo: Oíd bien, y no entendáis; ved por cierto, mas no comprendáis.

 

Así que, los que serían sus discípulos, entenderían las parábolas; y lo que no serían sus discípulos, no las entenderían, por la sencilla razón de que no estaban dirigida para ellos.

 

Según el registro bíblico, Jesús solo interpretó dos parábolas, esta del sembrador y la que se conoce como “el trigo y la cizaña”, pero de esta del Sembrador, dijo que era muy importante que la entendiéramos, ya que nos ayudaría a entender el resto de las parábolas con las que enseñó, como dice Mateo 13:13 Y les dijo: ¿No sabéis esta parábola? ¿Cómo, pues, entenderéis todas las parábolas?

 

11 Esta es, pues, la parábola: La semilla es (representa) la palabra de Dios.

Lucas registra que la semilla en la parábola, representa la Palabra de Dios, y aunque no nos dice a quien representa el sembrador y la tierra, Mateo si no hace, el sembrador es Jesús mismo como dice Mateo 13:37 Respondiendo él, les dijo: El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre, y la tierra donde se siembra la semilla es el corazón de las personas como implica Mateo 13:19 cuando dice “sembrado en su corazón”.

 

12 Y los de junto al camino son (representan) los que oyen, y luego viene el diablo y quita de su corazón la palabra (hace que se les olvide), para que no crean y se salven.

Los de junto al camino (v. 5), son los que tienen un corazón duro que no responde, el camino era el lugar entre los sembradíos donde la gente pisaba y pasaban las carretas, por tanto, se compactaba la tierra y hacía que estuviera dura, como la semilla cayó a en el camino, quedaba expuesta y terminaba pisoteada por la gente que por allí pasaba y lo pájaros se la comían.

 

Jesús dice que esa dureza de corazón, hacía que la Palabra de Dios no entrara en el corazón de la persona, y que es cuando el diablo (que representa a los pájaros) aprovecha y quita la palabra con el propósito de que no crean y se salven.

 

Las personas con corazón duro, son aquellas que no tienen interés en escuchar del evangelio, y que más bien son hostiles a todo lo relacionado con Dios, que, por alguna experiencia en el pasado donde, según a su parecer, Dios no actuó como ellos pensaban, o simplemente porque consideran que todo lo “religioso” no está a la altura de su intelecto o de capacidades y han cerrado su corazón a Dios y a Su Palabra.

 

Preguntas para reflexionar: ¿Qué pretexto tienes o tuviste, que te ha llevado a tu corazón a Dios y a Su Palabra?, ¿quizá algún capricho que no te cumplió? ó ¿algo que pasó en tu vida y le echaste la culpa a Dios?, ¿un mal ejemplo que te dio algún cristiano?

 

13 Los de sobre la piedra son (representan) los que habiendo oído, reciben la palabra con gozo (alegría); pero estos no tienen raíces; creen por algún tiempo, y en el tiempo de la prueba (problemas) se apartan.

Los de sobre las piedras (v. 6), son los que tienen un corazón superficial que solo se emociona, la semilla cayó en una tierra con piedras (pedregales), y la planta sí nació, y comenzó a crecer, pero se secó rápidamente porque no tenía agua suficiente.

 

Jesús dice que son las personas que oyen la Palabra de Dios y la reciben con gozo, pero no están dispuestas a dejar su vida de pecado; es decir, a quitar esas piedras, por eso es que esa planta no puede hacer raíces profundas, y debido a eso, solo creen por un tiempo, ya que cuando viene el tiempo de prueba, como ser afligido o perseguido por causa de la palabra (Mt 13:21), entonces se apartan.

 

Las personas con corazón superficial, son aquellas que no quieren dejar su vida pecaminosa y piensan que al venir a Dios y Su Palabra, sus problemas matrimoniales se arreglaran, o que tendrán prosperidad económica, o recuperaran la salud que perdieron; y al contrario, cuando comienzan a recibir burlas por estar acercándose a Dios o cuando ven que sus problemas no se han solucionado con la rapidez que ellos esperaban, se apartan.

 

Pregunta para reflexionar: ¿Qué pecado no has querido entregar al Señor, que te está impidiendo echar raíces, para poder estar firmes en el tiempo de la prueba?, quizá no es un pecado, pero su una amistad, un hobby, algún deporte que te está impidiendo crecer en la fe

 

14 La que cayó entre espinos, estos son (representan) los que oyen, pero yéndose, son ahogados por los afanes (preocupaciones) y las riquezas y los placeres de la vida (divertirse), y no llevan fruto.

Los de entre espinos (v. 7), son los que tienen un corazón afanado que está ocupado, la semilla cayó en una tierra que está ocupada por espinos, y la planta sí nació también, y comenzó a crecer, pero esos espinos le robaban los nutrientes que la planta necesitaba y la terminaron ahogando sin haber dado fruto.

 

Jesús dice que son las personas que oyen la Palabra de Dios, pero al regresar a su vida cotidiana, son ahogados por los afanes, como el afán de hacer dinero, para lo que dedican el mayor tiempo de su día, o el afán de tener “likes” en las redes sociales, además de estar ocupados en el engaño de las riquezas (Mt 13:22), que es la dependencia al dinero, así mismo, están ocupados por conseguir los placeres de la vida, como juegos o videojuegos, viajes, restaurantes, autos, casas más grandes, etc. y todo eso les impide dar fruto.

 

Pregunta para reflexionar: ¿Qué afán de esta vida te está impidiendo dar fruto?, lo puedes identificar fácilmente, ya que es aquello que te impide asistir a la Iglesia o a los estudios bíblicos o tener tu comunión diaria con Dios.

 

15 Mas la que cayó en buena tierra, estos son los que con corazón bueno y recto (noble) retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia (constancia).

Los de en buena tierra (v. 8), son los que tienen un de corazón fértil que sí produce, la semilla cayó en buena tierra, no estaba dura como la del camino, no estaba llena de piedras, ni invadida por espinos, por lo que también allí nació la plantita, solo que aquí, creció sin ningún obstáculo, lo que permitió que llevara fruto al ciento por uno.

 

Jesús dice que son las personas que oyen la Palabra de Dios, al igual que las otras tres, solo que su corazón ya esta fértil, ha sido ablandado, se le han removido las piedras, y se le han quitado los espinos, y son los únicos de los 4 (cuatro) ejemplos que pueden retener la palabra oída ya que la escucharon con una actitud de sincera obediencia, y por consiguiente, dan fruto con constancia.

 

El pasaje paralelo dice en Mateo 13:23 Mas el que fue sembrado en buena tierra, este es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno, el fruto de cada uno será diferente, cada uno a su capacidad unos al 100, otros al 60 y otros al 30, pero ninguno al cero, es decir; siempre que cae la Palabra en buena tierra, siempre dará fruto, y es que los árboles frutales no se esfuerzan en dar fruto, solo viven su vida como fueron diseñados, es decir como árboles; y en las condiciones propicias, dan el fruto para el cual fueron diseñados.

 

Vs. 16-18. La luz del reino

16 Nadie que enciende una luz la cubre con una vasija (olla), ni la pone debajo de la cama, sino que la pone en un candelero (un lugar alto) para que los que entran vean la luz.

La idea aquí es que la luz de una vela no está diseñada para taparla y que deje de dar luz; sino que, su función es alumbrar, por lo que se coloca en un candelero; es decir, en un lugar alto para que alumbre y entonces los que entren a esa habitación vean con claridad.

 

17 Porque nada hay oculto (escondido), que no haya de ser manifestado (descubierto); ni escondido (en secreto), que no haya de ser conocido (públicamente), y de salir a luz.

Así que los que dicen ser “buena tierra” pero no llevan fruto, no lo son, ya que la “buena tierra”, siempre manifiesta su condición llevando mucho fruto.

 

18 Mirad (pongan atención), pues, cómo oís; porque a todo el que tiene, se le dará; y a todo el que no tiene, aun lo que piensa tener se le quitará.

Debemos poner atención a lo que oímos, para ponerlo por obra; ya que, quien tenga esa disposición de oír para obedecer, se le dará más disposición y como consecuencia, podrá seguir obedeciendo.

 

Aplicación Práctica: Acercarnos a la Palabra de Dios con la correcta disposición de oír, a fin de que; reteniendo la Palabra oída, demos fruto con perseverancia.

Monday, March 20, 2023

Lucas 7:36-50 Una cosa tengo que decirte

 

Una cosa tengo que decirte

Lucas 7:36-50

 

 

 
Objetivo: Oír con atención lo que El Señor tiene que decirnos.

 

Versículo a memorizar:Pero él dijo a la mujer: Tu fe te ha salvado, ve en paz.” Lucas 7:50

 

Introducción: El relato de Lucas viene de mostrar que Jesús tenía autoridad sobre las enfermedades, incluso a la distancia, lo que mostró al sanar al siervo de un centurión en la ciudad de Capernaum, sin la necesidad de haberlo visto; demostró que Jesús tenía autoridad para resucitar muertos, al resucitar al hijo de una viuda en la ciudad de Naím, y que continuaba con su ministerio de anunciar el reino de Dios a los pobres de espíritu, de mostrar su gracia y misericordia a la gente, sanando a los enfermos, liberando demonios e incluso haciendo milagros que implicaban crear cosas, como darle vista a los ciegos, respondiendo las dudas de Juan el Bautista con eso, dejándole saber que Él era el Mesías que había de venir, que no era necesario esperar a otro, y que; aunque los líderes religiosos rechazaban tanto a Juan como a Jesús, la sabiduría de Dios por medio del mensaje de ellos, estaba siendo justificada al estar produciendo hijos de Dios para su reino.

 

Desarrollo:

Vs. 36-38. El acontecimiento

36 Uno de los fariseos rogó a Jesús que comiese con él. Y habiendo entrado en casa del fariseo, se sentó a la mesa.

Uno de los fariseos rogó a Jesús que comiese con él. Los fariseos, eran los líderes políticos y religiosos del pueblo, vivían una vida de aparente piedad, intentando cumplir la ley de moisés, y para distinguirse de las demás personas, se vestían diferente, la gran mayoría de ello veían a Jesús como un adversario, y de hecho su relación empeorará mientras Jesús avance su ministerio, uno de ellos, llamado simón (v. 40) invito a Jesús a que comiese con él, al parecer por este relato, el fariseo quizá lo invito con alguna mala intención la de encontrarle alguna falta, o simplemente, tenía interés de conocer más a Jesús, ya que su fama que se extendía cada vez más en aquella región, de la extensa cantidad de milagros que hacía y de las enseñanzas que predicaba, incluso en las sinagogas.

 

El fariseo tenía interés de conocer personalmente a aquel de quien estaba hablando todo el pueblo, y a quien el consideraba como un profeta (v. 39), debido a eso le solicitó insistentemente (eso significa la palabra rogó) que comiese con él.

 

Y habiendo entrado en casa del fariseo, se sentó a la mesa. La manera de comer en esa época, es muy diferente a la que conocemos ahora, las mesas eran muy bajitas y estaban rodeadas de un diván (un sofá sin brazos), donde la gente se recostaba sobre el brazo izquierdo y comía con el brazo derecho, mientras los pies quedaban alejados de la mesa, esto es muy importante para poder entender mejor como la mujer tuvo fácil acceso a los pies de Jesús (v. 38) mientras comía.

 

37 Entonces una mujer de la ciudad, que era pecadora (de muy mala fama), al saber (cuando se enteró) que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con (lleno de) perfume;

Entonces. Lucas precisa que, lo que va a relatar, sucede en ese mismo momento donde Jesús se encuentra a la mesa.

 

Una mujer de la ciudad. Muy probablemente este relato sucede en Capernaum donde Jesús llevo a cabo la mayoría de su ministerio, sin embargo, Lucas no es muy específico sobre esta mujer, no nos da nombre, ni estado social, debido a que su énfasis lo quiere hace en Jesús y no en los personajes que lo rodean en esta historia.

 

Que era pecadora. Lucas no detalla la naturaleza del pecado de esa mujer, es poco probable que fuera un pecado interno como celos o envidia, más bien parece apuntar a un pecado exterior que la gente notaba, y de allí que ella tenía mala fama, quizá se tratara de un pecado de inmoralidad, pero no lo podríamos afirmar ya que Lucas no lo detalla. 

 

Al saber que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo. El hecho de que Jesús estaba en la ciudad no sería difícil de saberlo, por la fama que tenía en ese momento, pero saber que estaba en una comida en casa del fariseo, eso es algo más específico, esta mujer sabía que no sería bienvenida en ese lugar, de hecho, corría el riesgo de que la corrieran al irrumpir en la casa del fariseo, pero al parecer, nada de eso la detuvo.

 

Trajo un frasco de alabastro con perfume. Para ir a Cristo, ella tomó un frasco de alabastro con ungüento, los perfumes eran guardados en un recipiente en forma de pera hechos de piedra de alabastro que es de color blanco, esos frascos quedaban completamente sellados con una tapa cementada del mismo material, para evitar que el ungüento se evaporase, lo que los hacía algo muy fino y por consiguiente, muy caros, en otro pasaje de la Biblia, se calcula que tenía un costo de 300 denarios (Mr 14:5), es decir; 300 monedas de plata que equivalían a 300 (trecientos) salarios de un jornalero en esa época. Era común que las mujeres los poseían como una especie de patrimonio o herencia, al mismo nivel que las perlas o las gemas preciosas, si en algún momento se encontraban desprotegidas por viudez o divorcio, esos frascos de alabastro de perfume los podían vender rápidamente y poder sustentarse por un tiempo.

 

38 y estando detrás de él a sus pies, llorando, comenzó a regar (empapar) con lágrimas sus pies, y los enjugaba (secaba) con sus cabellos; y besaba sus pies, y los ungía (derramaba) con el perfume.

La mujer entró a la casa del fariseo donde se estaba llevando a cabo de la comida, identificó a Jesús de inmediato, eso implica que ya lo conocía, quizá había oído algunas de sus enseñanzas, o su llamado al arrepentimiento como dice Marcos 1:14b-15 14b… Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios, 15diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio.

 

Y estando detrás de él a sus pies. La forma en la que se reclinaban a comer, le facilitó a esta mujer acceder a Jesús por detrás y tirarse a sus pies, ya que estos quedaban hacia afuera.

 

Llorando, comenzó a regar con lágrimas sus pies. Lucas no comenta cual era la causa del lloró, pero fácilmente podemos suponer que eran lágrimas de arrepentimiento por los pecados cometidos, o lágrimas de agradecimiento por conociendo que Jesús no rechazaba a los pecadores, sino que los recibía y los restauraba como sucedió con la mujer que habían sorprendido en adulterio como dice Juan 8:10-11 10Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? 11Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más. Las lágrimas de la mujer que caían sobre los pies de Jesús eran abundantes, lo sabemos porque Lucas usa el verbo de llorar en participio, que habla de una actividad constante, por lo que no fue un pequeño lloro, sino uno continuo, y además, Lucas usa el verbo regar, del griego Strong 1026 <bréjo>, que tiene el significado de mojar con lluvia, por lo que las lágrimas de la mujer empaparon los pies de Jesús.

 

Y los enjugaba con sus cabellos. Es muy probable que la misma mujer se vio sorprendida por la cantidad de lágrimas que salían de sus ojos al estar a los pies de Jesús, y no teniendo con que secarlos, uso sus cabellos como toalla para secar los pies de Jesús, tuvo que retirarse el velo con el que las mujeres de esa época se cubrían la cabeza y soltarse el cabello para poder usarlo.

 

Ese acto debió sorprender al fariseo anfitrión, y a todos los comensales, ya que el hecho de que una mujer se soltara el cabello frente a quienes no eran sus familiares, era algo reprochable, se consideraba como algo indecoroso, esto sin considerar que el cabello era algo que las mujeres estimaban mucho, y ella lo estaba usando para secar los pies de Jesús, que tenían polvo del camino ya que no habían sido limpiados cuando llego (v. 44), lo que al contacto con las lágrimas se debió hacer una especie de lodo que ella estaba limpiando con su cabello, además, lavar los pies de los invitados era un servicio que realizaban los esclavos de más baja categoría, quizá ella misma se consideraba así.

 

Y besaba sus pies. Este acto también era algo que hacía la mujer contantemente, no fue un par de besos en los pies, sino besos continuos de respeto y afecto, que no dejaba de hacer (v. 45), una muestra de la intensidad del amor que tenía esta mujer por Cristo.

 

Y los ungía con el perfume. El frasco de alabastro había sido roto, y el perfume o ungüento que tenía estaba siendo derramado a los pies de Jesús, lo que era para ella y muchas mujeres un verdadero tesoro, estaba siendo ofrecido como un acto de adoración al Señor, aunque debemos notar que primero se entregó ella en arrepentimiento y luego le entregó el perfume ante Aquel, del que no recibía rechazo.

 

V. 39. El pensamiento

39 Cuando vio esto el fariseo que le había convidado (invitado), dijo para sí: Este, si fuera profeta, conocería (sabría) quién y qué clase de mujer es la que le toca, que es pecadora (de mala fama).

Cuando vio esto el fariseo que le había convidado. El fariseo como todos los presentes vio claramente la escena, de una mujer pecadora, que estaba tocando a Jesús y llorando sobre sus pies, secándolos con sus cabellos, besándolos y ungiéndolos con perfume.

 

Dijo para sí. Lo que observó lo llevó a una equivocada conclusión, que no quiso expresarla audiblemente, sino que solo lo pensó y es que estaba haciendo un juicio en base a lo que veía sin conocer bien ni a la mujer ni a Jesús, por eso mismo Jesús dijo en Juan 7:24 No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio.

 

Este, si fuera profeta, conocería quién y qué clase de mujer es la que le toca, que es pecadora. El equivocado juicio del fariseo era que Jesús no era profeta, ya que, a su parecer, si Jesús fuera profeta, sabría la mala reputación de aquella mujer y no se dejaría tocar por ella, algo que sin duda el fariseo haría, y esperaba que Jesús se comportara como él.

 

Vs. 40-42. La ilustración

40 Entonces respondiendo Jesús, le dijo: Simón, una cosa tengo que decirte. Y él le dijo: Di (te escucho), Maestro.

Es muy probable que desde que entró la mujer a aquella casa y postró a los pies de Jesús, todos hubiesen estado mirando sin decir ni una sola palabra, solo se escuchaban los sollozos de esa mujer, por lo que, estas serían las primeras palabra oídas después de ese acontecimiento, y Jesús, no las dirige a la mujer, sino al fariseo.

 

Entonces respondiendo Jesús. La prueba de que Jesús si era un profeta, es que le responde a un pensamiento interno del fariseo, al que ahora Lucas le pone nombre, se llamaba Simón, quien juzgaba según las apariencias, pero Jesús conocía los pensamientos de Simón, como ya lo había hecho antes con los escribas y fariseos (Lc 5:22).

 

Le dijo: Simón, una cosa tengo que decirte. Esta frase de Jesús debió despertar el interés de toda la audiencia, ya que lo que Jesús tenía que decirle, no era algo privado, sino que se lo diría en público.

 

Y él le dijo: Di, Maestro. En la mente de Simón el fariseo, Jesús había caído tan bajo que, ya no se refiere a Él como Señor, ni como profeta, sino como un simple maestro.

 

41 Un acreedor (prestamista) tenía dos deudores: el uno le debía quinientos denarios, y el otro cincuenta;

Jesús le dice a Simón frente a toda una parábola, que es una enseñanza en forma de narrativa figurada de cosas de la vida cotidiana que revelan una lección espiritual; o de una manera más simple, una historia terrenal con una enseñanza espiritual.

 

Los dos deudores tenían un mismo acreedor, es evidente que, en la interpretación de la parábola, Jesús es el acreedor o el prestamista y que los dos deudores son la mujer pecadora y Simón el fariseo.

 

Un acreedor. Es un prestamista, es alguien que soporta una deuda, en esa época las deudas, o se pagaban, o el prestamista podía meter en la cárcel al deudor hasta que pagara su deuda.

 

La deuda en las parábolas de Jesús representan a los pecados de los hombres, por ejemplo en la parábola donde el rey quiso hacer cuentas con sus siervos (Mt 18:23-35), o en forma directa su usan como sinónimo de pecado, por ejemplo en la oración que se conoce como el padre nuestro, Jesús enseña en Mateo 6:12 12 Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores, mientras que Lucas registra la misma oración de la siguiente manera Lucas 11:4a Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben.

 

Tenía dos deudores. Ambas personas están en la misma condición de deuda, la diferencia va a estar en la cantidad del adeudo.

 

El uno le debía quinientos denarios. Un denario, equivalía a una moneda de plata, que es la que ganaba un jornalero por un día de trabajo, así que este deudor le debía al prestamista el equivalente a un año y medio de trabajo integro, sin usar nada para vivir, este deudor representa a personas como la mujer que se encuentra a los pies de Jesús, que han pecado tanto que muchas veces no se quieren acercar a Jesús porque piensan que para ellos no hay perdón de pecados.

 

Y el otro cincuenta. El segundo deudor debía solo 50 (cincuenta) días de trabajo integro, y aunque era también una deuda, comparada con la anterior, esta solo era el 10% y con más posibilidades de poderla liquidar, este deudor representa a personas como Simón el fariseo, que, aunque piensan que están cerca de Dios, sean bien portados, o tengan una religión, de cualquier forma, están en una deuda impagable delante de Dios.

 

42 y no teniendo ellos con qué (no podían) pagar, perdonó a ambos (a los dos). Di, pues, ¿cuál de ellos le amará más?

Y no teniendo ellos con qué pagar. Esta es la parte más importante de la parábola, sin importar que un deudor debía 10 (diez) veces más que el otro, ninguno de los dos estaba en imposibilidad de pagar lo que debían, es esto, estaban en igualdad de condiciones, y eso pasa con todos los hombres como dice Romanos 3:23 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, no hay una sola persona que no este en deuda con Dios, ya que es Dios el primer afectado de nuestros pecados y eso hace que, sin Cristo, estemos destituidos de la presencia de Dios, y como confirma Romanos 3:10 Como está escrito: No hay justo, ni aun uno, y la paga del pecado; es decir; están en imposibilidad de pagar la deuda, es la muerte como dice Romanos 6:23a porque la paga del pecado es muerte, pero ese mismo versículo termina con el perdón de pecados que hay en Cristo Jesús Romanos 6:23b … mas la dádiva (don/regalo) de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro, como está dispuesto a hacer el prestamista de la parábola con sus dos deudores.

 

Perdonó a ambos. Esta palabra perdón viene del griego Strong 5483 < jarízomai> que significa hacer un favor, otorgar una gracia, este procedimiento de los acreedores de perdonar deudas era algo muy inusual en esa época, casi con seguridad, los presentes no conocían a alguna persona a la que se le hubiera perdonado una deuda

 

Di, pues, ¿cuál de ellos le amará más? El verbo usado por Lucas para amar viene del griego Strong 25 <agapao>, del amor ágape, que no solo es un amor sacrificial, un amor desinteresado, que no espera nada a cambio, sino también uno que muestra gratitud.

 

Vs. 43-47. El acuerdo

43 Respondiendo Simón, dijo: Pienso que aquel a quien perdonó más. Y él le dijo: Rectamente has juzgado (tienes razón).

Simón respondió a la pregunta de Jesús, la parábola era tanto sencilla como clara, no requería una mucha interpretación, sin embargo; Simón pensó que quizá había alguna segunda enseñanza en la parábola de Jesús que no había podido ver, por lo que contesta con cierta timidez diciendo; “pienso”, como un “yo supongo”, y no da una respuesta concreta, aún así contestó correctamente, que aquel a quien perdonó más, por lo que Jesús le dice que había juzgado la parábola rectamente, no había duda que el acreedor sería más amado por el deudor que debía más, ya que había recibido una gracia más grande.

 

44 Y vuelto a la mujer, dijo a Simón: ¿Ves esta mujer? Entré en tu casa, y no me diste agua para (lavarme) mis pies; mas esta ha regado (bañado) mis pies con lágrimas, y los ha enjugado (secado) con sus cabellos.

Y vuelto a la mujer, dijo a Simón: ¿Ves esta mujer? La parábola parecía muy sencilla, lo que ha de haber tenido a los oyentes en expectativa de que más diría Jesús, pero Él no extendió más la parábola, sino que paso a la aplicación de la parábola, mirando a la mujer que aún seguía a sus pies, pero hablándole a Simón el fariseo, le pregunta “¿Ves esta mujer?”, ya que la va a poner como un ejemplo.

 

Entré en tu casa, y no me diste agua para mis pies. Cuando un invitado llegaba a alguna casa, el anfitrión le debía extender una atención elemental, la de ofrecerle agua para poder lavarse los pies, ya que el calzado en esa época no era de zapatos cerrados, se usaban sandalias, y los caminos no eran pavimentados, por lo que los pies se empolvaban con el simple hecho de caminar de un lugar a otro.

 

Regularmente un siervo joven hacía esa tarea, acercaba una vasija con agua y lavaba los pies de los invitados y los secaba con una toalla. Simón había sido descortés con Jesús al permitirle que se sentara a la mesa sin los pies lavados.

 

Mas esta ha regado mis pies con lágrimas, y los ha enjugado con sus cabellos. Lo que Simón no hizo, lo hizo esta mujer, tirada a sus pies como el más sencillo de los siervos, sabiendo que no merece nada, le lavó y seco los pies a Jesús y no lo hizo con agua y toalla, si no con lágrimas y su cabello.

 

45 No me diste (saludaste con) beso; mas esta, desde que entré, no ha cesado (parado) de besar mis pies.

No me diste beso. Era normal y cortés que se saludara con un beso de paz al huésped que se invitaba a su casa, ese beso representaba el trato afectuoso que se le daría, lo que Simón no hizo.

 

Mas esta, desde que entré, no ha cesado de besar mis pies. Una vez más, esta mujer había hecho lo que el fariseo dejo de hacer, ella no dejaba de mostrar con sus besos, el afecto que tenía por Jesús.

 

46 No ungiste mi cabeza con aceite; mas esta ha ungido (derramado) con perfume mis pies.

No ungiste mi cabeza con aceite. Otra práctica de hospitalidad en esa época, era a de ofrecer unas gotas de aceite oloroso como perfume, que se ponía sobre la cabeza de los huéspedes, y con más razón cuando consideraban a los invitados como alguien importante, pero esto tampoco hizo Simón.

 

Mas esta ha ungido con perfume mis pies. Esta mujer le dio a Jesús mucho más que unas gotas de ungüento, le lleno los pies de ese perfume, el contraste entre cabeza y pies es evidente y parece que con toda la intención de Jesús de remarcar que la mujer se encontraba en humildad a sus pies, ella quizá llevó el perfume para la cabeza de Jesús, pero cuando estalló en llanto, lo único que tenía cerca eran los pies, y decidió allí usarlo.

 

47 Por lo cual te digo que sus muchos pecados le son perdonados, porque amó mucho; mas aquel a quien se le perdona poco, poco ama (poco amor muestra).

Jesús termina esta aplicación de la parábola de los dos deudores con una declaración final, el amor mostrado hacia Él, es la evidencia del entendimiento de los muchos pecados perdonados, aquellos que no comprenden la magnitud de la deuda que se les perdona, muestran poco amor al Señor.

 

Para el fariseo esa mujer seguía siendo una pecadora, para Dios, esa una pecadora perdonada, y ese entendimiento del perdón la llevó a los pies de Jesús y mostrarle su amor y agradecimiento con lágrimas y besos a los pies, y usando todo lo que tenía a su alcance para ofrecérselo a Jesús, como sus cabellos y su perfume de alabastro.

 

Dios no perdona a quien ama mucho, sino que, al que Dios perdona, y entiende la imposibilidad de haber podido pagar esa deuda, es que ama mucho, eso hizo esa mujer, en contraste estaba Simón el fariseo, quien pensaba que como era “cumplidor” de la Ley, Dios no tenía mucho que perdonarle, por tanto, tenía poco amor y agradecimiento que mostrar.

 

Vs. 48-50. La conclusión

48 Y a ella (a la mujer) le dijo: Tus pecados te son perdonados.

Por primera vez Jesús se dirige a esta mujer, y también tiene algo que decirle, y era que sus pecados habían quedado perdonados, ya había escuchado cuando Jesús le dijo a Simón que los pecados de ella eran perdonados, pero ahora Jesús de lo dice directamente, como algo definitivamente realizado, es el acreedor de la parábola diciéndole a su deudor que aquella deuda que le era imposible de pagar, quedaba completamente perdonada y libre de toda deuda. En ese mismo sentir es que Pablo le escribió a la Iglesia de Colosas en Colosenses 2:13-14 13Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne (sin haberse despojado de su naturaleza pecadora), os dio vida juntamente con él (Cristo), perdonándoos todos los pecados, 14anulando el acta de los decretos que había contra nosotros (anuló la deuda), que nos era contraria (adversa), quitándola de en medio y clavándola en la cruz,

 

49 Y los que estaban juntamente sentados (los invitados) a la mesa, comenzaron a decir entre sí: ¿Quién es este, que también perdona pecados?

Este acto de Jesús perdonando pecados, incomodo a los presentes, a los que estaban juntamente sentados a la mesa, como ya había pasado también con los líderes religiosos cuando Jesús sano y perdonó los pecados del paralitico que bajaron por el techo de una casa como dice Lucas 5:21 Entonces los escribas y los fariseos comenzaron a cavilar, diciendo: ¿Quién es este que habla blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino solo Dios?, en ambas ocasiones sus duros corazones, no les dejaron ver que Jesús era Dios, que el mismo fue el que dijo en Juan 10:30 Yo y el Padre uno somos, y que podía perdonar pecados, pero en esta ocasión a la pregunta que comenzaron a decir ente ellos de; “¿Quién es este, que también perdona pecados?”, Jesús no les dio ni una sola palabra para ellos, continuó hablando con la mujer de la gracia que había recibido.

 

50 Pero él dijo a la mujer: Tu fe te ha salvado, ve en paz (tranquila).

Jesús reconfirma que no fueron sus actos de amor para con Él, los que la habían salvado, sino la fe que Dios había depositado en aquella mujer, ya que la salvación siempre ha sido por fe como dice Efesios 2:8-9 8Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9no por obras, para que nadie se gloríe, y que fue la fe la que hizo a esa mujer ir en busca de Jesús y rendirse a sus pies, para Simón, Jesús comenzó siendo un profeta y terminó como un maestro, para la mujer, si escuchó alguna enseñanza de Jesús, comenzó siendo un maestro y terminó siendo su Señor y Salvador.

 

La mujer podía ahora irse del lugar en paz, en plena calma, sabiendo que sus pecados le habían sido perdonados, la mujer había entrado con aflicción a aquella casa y ahora salía reconciliada con Dios y podía a partir de ese momento, anunciar al Dios de paz que la había reconciliado.

 

Es solo la fe puesta en Jesús la que puede salvar nuestro espíritu y nuestras almas como dice Juan 3:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

 

Aplicación Práctica: Oír con atención lo que El Señor tiene que decirnos.

 

 

 

 

Lucas 21:1-6 Levantando los ojos

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