Wednesday, March 27, 2024

Lucas 19:28-44 El tiempo de tu visitación

 

El tiempo de tu visitación

Lucas 19:28-44

Objetivo: Identificar nuestra realidad espiritual para que podamos conocer el tiempo de nuestra visitación.

 

Introducción: Jesús terminó su paso por Jericó donde le dio la vista a un ciego, busco, encontró y posó en casa de Zaqueo que era jefe de los publicanos, y enseñó a sus discípulos la parábola de las 10 minas que muestra claramente que el tiempo de reinar para Jesús no era de inmediato, que antes estaría el tiempo donde Jesús proveería a su Iglesia con recursos espirituales como Su Palabra, Su Espíritu y Su Iglesia, con la que los discípulos extenderían el reino de Dios antes de que Jesús regrese como el Rey Soberano. Ahora prosigue su camino a Jerusalén donde en los siguientes días morirá en una cruz para poder reconciliar a los hombres con Dios.

 

Desarrollo:

28 Dicho esto (después de contar la parábola), iba delante subiendo a Jerusalén.

Después de enseñar por parábolas que el tiempo de que Jesús reinara no sería de inmediato, sino que era necesario que primero padeciera (Lc. 9:22), para luego ir a recibir el reino y regresar a reinar, Lucas relata que Jesús continuó su viaje desde Jericó a Jerusalén donde sería entregado en manos de hombres (Lc. 9:44), para su crucifixión, muerte, sepultura y resurrección; por lo que con este relato comienza el ministerio final de Jesús que se lleva a cabo en Jerusalén.

 

Antes de llegar a Jerusalén, Jesús pasó por Betania donde vivía Lázaro, a quien anteriormente había resucitado (Jn. 11:43), Jesús tuvo una cena en casa de Simón el leproso y fue allí donde María, hermana de Lázaro, ungió al Señor con el perfume de nardo de gran precio (Jn. 12.3).

 

29 Y aconteció que llegando cerca de (las ciudades de) Betfagé y de Betania, al monte que se llama de los Olivos, envió dos de sus discípulos,

30 diciendo: Id a la aldea de enfrente, y al entrar en ella hallaréis un pollino (burrito) atado, en el cual ningún hombre ha montado jamás; desatadlo, y traedlo.

31 Y si alguien os preguntare: ¿Por qué lo desatáis? le responderéis así: Porque el Señor lo necesita.

Betania que significa “casa de frutos” se encuentra ubicada a 3 km de Jerusalén, donde Jesús se hospedaba cuando iba a Jerusalén en casa de la familia de Lázaro, María y Marta, mientras que Betfagé que significa “casa de higos” se encuentra más cerca aún de Jerusalén, Lucas relata que pasaron en por el camino que está entre esas dos ciudades y que lleva a la subida del monte de los olivos, con muchos árboles de olivo, por eso el nombre, desde la cima de monte se ve de frente la ciudad de Jerusalén, antes de subir al monte, Jesús mandó a dos de sus discípulos, no sabemos cuáles, a la aldea de enfrente, ósea Betfagé, para desatar a un pollino, una cría de burro que no había sido montado, Mateo registra que mandó tanto por la madre como por el burrito (Mt. 21:2), mismo que estaban solo tomando prestado, ya que los devolverían (Mr. 11:3).

 

Los discípulos y la gente no sabían que con ese evento estaba Jesús cumpliendo una profecía escrita en más de 500 años antes en Zacarías 9:9 Alégrate mucho, hija de Sion; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna.

 

32 Fueron los que habían sido enviados, y hallaron (encontraron todo) como les dijo.

33 Y cuando desataban el pollino (burrito), sus dueños les dijeron: ¿Por qué desatáis el pollino  (burrito)?

34 Ellos dijeron: Porque el Señor lo necesita.

Los dos discípulos hicieron como el Señor les mandó, y contestaron el como Él les dijo que contestaran a los dueños cuando les preguntó por lo que estaban haciendo.

 

35 Y lo trajeron a Jesús; y habiendo echado sus mantos sobre el pollino  (burrito), subieron a Jesús encima.

36 Y a su paso (mientras Jesús avanzaba) tendían sus mantos (capas) por el camino.

Como el pollino fue traído como estaba; es decir, sin montura, los discípulos pusieron sus mantos sobre él para que Jesús pudiera montarlo y mientras avanzaba, la gente alrededor tendían sus mantos o capas sobre el camino para que el burrito que llevaba a Jesús pasara por encima en forma de reconocer a Jesús como rey, como en algún otro momento lo hizo el pueblo de Israel como el rey Jehú (2 R. 9:13); sin embargo, Jesús no estaba entrando sobre un caballo como entrarían los jefes militares o los reyes a las ciudades, sino sobre in pollino, si entraba como justo y salvador pero humilde, montado sobre un burrito, pero cuando Jesús regrese ya regresará como Rey y ahora si entrará sobre en caballo como dice Apocalipsis 19:11-13 11Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. 12Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. 13Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS.

 

37 Cuando llegaban ya cerca de la bajada del monte de los Olivos, toda la multitud de los discípulos, gozándose  (alegrándose), comenzó a alabar a Dios a grandes voces por todas las maravillas  (milagros) que habían visto,

Esas multitudes venían de muchos lugares a la fiesta de la pascua, y muchos de ellos sabiendo que Jesús estaría en Jerusalén, fueron a verlo (Jn. 12:9), ya que la fama de Jesús se había extendido muchísimo después de que un tiempo atrás había resucitado a Lázaro en Betania, esa multitud siguió a los discípulos en la algarabía, quienes no tenían mantos, cortaban ramas de árboles para ponerlas en el camino (Mt. 21:8) e iban gritando por los milagros que habían visto de Jesús.

 

38 diciendo: ¡Bendito el rey que viene en el nombre del Señor; paz en el cielo, y gloria en las alturas (en el cielo)!

39 Entonces algunos de los fariseos de (que estaban) entre la multitud le dijeron: Maestro, reprende (prohíbe) a tus discípulos.

Además de esas exclamaciones, iban gritando; “¡Hosanna al Hijo de David!” (Mt 21:9), hosanna significa Sálvanos hoy”, por lo que estaban reconociendo a Jesús como el Mesías, y también gritaban; “¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor, el Rey de Israel!” (Jn. 12.13), que era parte de un salmo profético que anuncia al Mesías (ungido de Dios), el Salmo 118:26 Bendito el que viene en el nombre de Jehová; desde la casa de Jehová os bendecimos. Eso produjo molestia en los líderes religiosos como los fariseos que no habías reconocido a Jesús como el Mesías que esperaban, es más, lo despreciaban al grado que había hecho un complot para matarlo (Mr. 14:1), por lo que le comenzaron a ordenar a Jesús que hiciera callar a sus discípulos.

 

40 Él, respondiendo, les dijo: Os digo que si estos callaran, las piedras clamarían (gritarían).

Ese era el día de su visitación (de su salvación), era el día que Dios le había revelado a Daniel 483 años antes (Dn. 9:25-26), cuando llegaría y sería muerto a favor de los pecados del pueblo, quizá es por eso la respuesta de Jesús, que aún si callara a los discípulos, las piedras hablarían ya que era el día que Dios había planeado desde la fundación del mundo, de ese mismo modo había dicho Juan el Bautista que Dios podía levantar hijos de Abraham de las mismas piedras (Lc. 3:8).

 

41 Y cuando llegó cerca de la ciudad (de Jerusalén), al verla, lloró sobre (por) ella,

Mientras las multitudes y los discípulos iban gritando frases se alabanza con mucha alegría, en tremendo contraste Jesús iba llorando, y era un llanto profundo ya que la palabra griega que usa Lucas es la Strong 2799 <klaío> que significa gemir, llorar a gritos, en contraste con la palabra que Juan usó en Juan 11:35 Jesús lloró, que fue cuando Jesús llegó a resucitar Lázaro a Betsaida, donde se usa la palabra griega Strong 1145 <dakrúo> que significa derramar lágrimas o llorar en silencio.

 

42 diciendo: ¡Oh, si también tú conocieses (entendieras), a lo menos en este tu día, lo que es para tu paz! Mas ahora está encubierto (escondido) de tus ojos.

El profundo llanto de Jesús mientras entraba a Jerusalén, era porque no estaba entrando solo como Mesías, sino también como profeta, y con palabras entrecortadas pronuncio la causa de su tristeza, Jesús hubiera deseado que todos comprendieran, por lo menos ese día que Jesús es el único camino para hacer la paz con Dios, pero no era así, ya que Él mismo dice que esa revelación estaba escondida de sus ojos.

 

La mayoría de las personas que estaban presentes, pensaban que el reino de Jesús se manifestaría inmediatamente (Lc. 19:11), si entender que era necesario que en los siguientes días, fuera muerto en una cruz para poder perdonar los pecados de la humanidad, eso ni sus mismos discípulos lo habían podido comprender, y a ellos se sumaban los líderes religiosos que eran quienes estudiando las escrituras, debían de haber podido identificar a Jesús como el Mesías, y por el contrario desanimaban a la gente que comenzaba a ver a Jesús como el Salvador.

 

43 Porque vendrán días (malos) sobre ti, cuando tus enemigos te rodearán con vallado (murallas), y te sitiarán (rodearan), y por todas partes te estrecharán (atacarán),

44 y te derribarán (destruirán) a tierra, y a tus hijos dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, por cuanto no conociste el tiempo de tu visitación (cuando Dios te visitó).

Como profeta, Jesús se refería a los eventos que sucederían 40 (cuarenta) años después, ya que en el año 70 (setenta) cuando las fuerzas del imperio romano comandadas por Tito Vespasiano, quién después se convirtiera en emperador, devastaría Jerusalén con sus palacios, grandes construcciones y su templo, no dejando piedra sobre piedra, y no solo la ciudad, sino también los habitantes quienes no podrían escapar y serían asesinados, según el historiador Josefo más de 1 millón de personas murieron por ese suceso.

 

Todo aquello vino como consecuencia que de “no conocieron el día de su visitación”; es decir, Dios les había enviado a esa nación por gracia a Su Hijo, con todos los milagros como señales debían haberlos hechos reflexionar que Jesús era el Mesías que Dios les había prometido, sin embargo, no reconocieron la gracia divina, rechazaron al Mesías que era su Salvador, lo que los llevo a continuar con su pecado y sufrir en ellos y en su ciudad las consecuencias de no haber hecho la paz con Dios.

 

Aplicación Práctica: Identificar nuestra realidad espiritual para que podamos conocer el tiempo de nuestra visitación, no sea que por apatía y por no querer dejar de vivir a nuestra manera, dejemos pasar la oportunidad de recibir la gracia de Dios para nosotros.

 

 

 

 

 

 

19

 

Saturday, March 16, 2024

Lucas 19:11-27 Negociad entre tanto que vengo

Negociad entre tanto que vengo

Lucas 19:11-27

 

Objetivo: Observar la importancia de usar los recursos espirituales que tenemos, entre tanto que Jesús regresa como Rey.

 

Versículo a memorizar: “Pues yo os digo que a todo el que tiene, se le dará; mas al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará.” Lucas 19:26

 

Introducción: Jesús tuvo un encuentro personal con Zaqueo, quien era jefe de los publicanos, cobrándoles impuestos a los judíos y entregándoselos a Roma, además que era rico porque defraudaba a las personas, y era por esas razones los judíos lo despreciaban, principalmente los líderes religiosos, que fueron los mismos que criticaron a Jesús por ir a hospedarse a casa de Zaqueo, y terminó diciendo de Él que “el Hijo del Hombre había venido a buscar y a salvar lo que se había perdido”, haciendo referencia de que Zaqueo estaba perdido, pero fue encontrado y salvado por Jesús en ese encuentro.

 

Desarrollo:

11 Oyendo ellos estas cosas, prosiguió Jesús y dijo una parábola (historia), por cuanto estaba cerca de Jerusalén, y ellos pensaban que el reino de Dios se manifestaría (comenzaría) inmediatamente.

De Jericó, donde Jesús tuvo el encuentro con Zaqueo, a Jerusalén, son unos 27 Km de subida, le siguen sus discípulos y alguna multitud, quienes continuaban con el equivocado pensamiento de que el Mesías vendría a reinar, tenían una idea teológica muy arraigada, a pesar de que Jesús ya les había dado enseñanza sobre la venida del reino (Lc. 17:20-37), seguían sin entender que era necesario primero sufrir y morir para luego reinar, como recientemente se los había recordado (Lc. 18:31-34), pero, en su mente, esa verdad no era aceptada, por lo que Jesús aprovecha para darles una enseñanza parabólica con la que Lucas cierra el relato del viaje de Jesús a Jerusalén.

 

12 Dijo, pues: Un hombre noble (de la nobleza, príncipe) se fue a un país lejano, para recibir un reino (ser nombrado rey) y volver.

El primer personaje que Jesús presenta en esta parábola, es un hombre noble, en el sentido de que era de la nobleza, alguien que tenía abolengo, en algunas traducciones lo ponen como un príncipe, este hombre se va del lugar donde estaba a un lugar lejano, para ser coronado como rey, pero tiene planeado regresar a gobernar una vez que hubiera sido nombrado rey.

 

Históricamente es lo que hacían los gobernadores, por ejemplo, el rey Herodes fue a Roma para ser nombrado rey de Judea, y regreso ya como rey a gobernar sobre esa región, por lo que el relato de Jesús es algo que la gente entendía fácilmente porque era la costumbre de entonces.

 

Claramente este personaje representa a Jesús mismo, de estirpe real, heredero del reino de Dios, que Dios mismo le había prometido al rey David, que de su linaje vendría el Mesías, quien tendría que alejarse de sus discípulos por un tiempo para ser coronado como rey, y regresaría a tener un reino que no tendría fin como le dijo Natán de parte de Dios al rey David en 2 Samuel 7:16 Y será afirmada tu casa y tu reino para siempre delante de tu rostro, y tu trono será estable eternamente.

 

13 Y llamando a diez siervos suyos, les dio diez minas (cien dracmas), y les dijo: Negociad (inviertan) entre tanto que vengo.

El hombre de la nobleza, antes de irse a ser coronado rey, comisionó a 10 (diez) de sus siervos, dándoles dinero para que negociaran en su representación, a cada uno les dio una mina, que era el término que se usaba para designar el peso de metales preciosos como el oro o la plata, que según los historiadores serían 100 monedas de platas que podían equivaler a tres meses del salario de un jornalero.

 

En una parábola parecida, conocida como parábola de los talentos, (Mt. 25:14-28) la cantidad que les deja el amo a sus siervos es mucho mayor, ya que un talento eran 6,000 dracmas o monedas de plata que serían como 16 años de salario de un jornalero, además en aquella parábola, las monedas las distribuyó según sus capacidades, aquí simplemente le deja la misma cantidad a cada uno de sus 10 (diez) siervos para que negociaran con esos recursos el tiempo en el que él estuviese fuera y hasta que regresara nuevamente.

 

Esos siervos representan a sus discípulos que pensaban que el reino de Dios se manifestaría inmediatamente, y les está enseñando que, así como el noble se fue y volvería después de un tiempo a reinar, Cristo sería separado de ellos por un tiempo, que ahora no era tiempo de reinar, sino el comienzo de una nueva etapa de servicio en la obra de su Señor, a la que todos los discípulos están llamados.

 

La mina podría identificarse con la Palabra de Dios, el Espíritu Santo y la Iglesia, que son recursos espirituales que todos recibimos todos por igual, que nos capacita para anunciar el evangelio de la gracia que hay en Cristo Jesús como él mismo dijo en Mateo 28:19-20 19Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 20enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.

 

14 Pero sus conciudadanos (la gente de su país) le aborrecían (lo odiaban), y enviaron tras él una embajada (delegación), diciendo: No queremos que este reine sobre nosotros.

Había gente de ese país que odiaba al noble, ese verbo está en pretérito imperfecto, lo que indica una acción continuada; es decir, que le odiaban antes, y le seguían odiando en ese momento, por lo que se pusieron de acuerdo para intentar sabotear esa coronación de rey de aquel noble, por lo que enviaron una delegación, para intentar poner su queja ante aquel que iba a nombrar rey al noble.

 

Esos conciudadanos representan a los líderes religiosos de Israel, los escribas, fariseos y saduceos odiaban a Jesús, en cuanto más sanaba a las personas, en cuanto más enseñaba acerca del reino, y en cuanto más mostraba señales de ser el Mesías (enviado) de Dios, más lo odiaban, al grado que hicieron un complot para prenderle por engaño y matarle (Mr. 14:1), ya que no querían freno a su perversa naturaleza, son ellos mismos que terminarán gritando “¡Fuera, fuera, crucifícale!: (Jn 19:15). De la misma manera se encuentra este mundo anti-cristiano, que hace hasta lo imposible para que el Rey del reino de Dios no les gobierne.

 

15 Aconteció que vuelto él, después de recibir el reino (de ser coronado rey), mandó llamar ante él a aquellos siervos a los cuales había dado el dinero, para saber lo que había negociado cada uno.

Aquel hombre de la nobleza, regreso como había planeado, pero ahora regreso ya siendo coronado rey a gobernar sobre su país, claramente la embajada que había ido a tratar de impedir que eso sucediera, no tuvo éxito.

 

Lo primero que hizo fue hacer traer a los siervos a quienes les había dejado las minas, para que presentaran los resultados de negociar con ellas y en base a ese trabajo recompensarles.

 

Como este rey en la parábola representa a Cristo, nos enseña que, después de morir en la cruz como un siervo, resucitar y haber ascendido para sentarse en el trono (Ap. 4:2-4, 10-12)

 

Cuando el Señor regrese, llamará a cuentas a cada uno de sus discípulos representados en esos siervos para que presenten los resultados que tuvieron con la Palabra, con el Espíritu y con la Iglesia que les dio mientras se fue, compareceremos delante de Él, como también dijo Pablo a la Iglesia de Corinto en 2 Corintios 5:10 Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo, ya que es Jesús el que juzgará todas las cosas como dice Juan 5:22 Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo, no es un juicio para condenación, eso se llevará a cabo en el juicio del gran trono blanco (Ap. 20:11-15), y ningún creyente pasará por ese juicio como dice de ese Romanos 8:1 Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. El tribunal de Cristo es un examen para los salvos, a los que se les juzgarán sus obras en Cristo (1 Cor. 3:10-15)

 

Las recompensas serán en formas de coronas:

1)    La corona incorruptible (1 Cor. 9:25) por vencer al viejo hombre.

2)    La corona de gozo (1 Tes. 2:19-20) por ganar almas.

3)    La corona de justicia (2 Tim. 4:8) por amar la venida del Señor.

4)    La corona de gloria (1 Pe. 5:1-4) por pastorear a otros.

5)    La corona de vida (Stgo. 1:12) por vencer en las pruebas.

 

Mismas que serán puestas delante del trono como dice Apocalipsis 4:9-10 10los veinticuatro ancianos se postran delante del que está sentado en el trono, y adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono, diciendo: 11Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas, mostrando que aun si las ganamos, fue por los méritos de Cristo en nuestras vidas.

 

16 Vino el primero, diciendo: Señor, tu mina ha ganado (producido) diez minas.

El primero en comparecer dio una buena noticia, había recibido una mina y ahora tenía 11 (once), había ganado10 (diez) negociando con esa primera mina, sobre la que reconoce que no era suya, sino del amo al decirle “tu mina”, reconoce que no fue por algún merito suyo, ya que no hubiera conseguido nada si su Señor no le hubiera dado la mina, y las instrucciones de qué hacer con ella.

 

Los discípulos que sirven al Señor, lo hacen con la Palabra, el Espíritu y los dones que él les ha dado, no es con sus recursos, sino con lo que Dios les da como escribió Pablo en 1 Corintios 15:10 Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo, por lo que toda la gloria del servicio al Señor, no es mérito del discípulo, como diría el salmista en el Salmo 115:1 No a nosotros, oh Jehová, no a nosotros, Sino a tu nombre da gloria, Por tu misericordia, por tu verdad.

 

17 Él le dijo: Está bien (excelente), buen siervo; por cuanto en lo poco has sido fiel, tendrás autoridad (gobernarás) sobre diez ciudades.

El nuevo rey califica el actuar de su siervo con un “bien” (excelente), y le pone el calificativo de “buen siervo”, ya que se mantuvo fiel al encargo que su amo le había hecho, y se puso a trabajar con la mina asignada y tuvo el resultado de haber ganado 10 (diez) minas más.

 

Notemos que no es el siervo el que se califica así mismo, ni espera ser calificado por sus consiervos, sino quien valora el trabajo y los resultados es el dueño. De la misma manera nosotros como discípulos no debemos calificar nuestro servicio al Señor por nosotros mismos o por como los demás a nuestro alrededor lo califiquen, ya sean buenas o malas calificaciones, la única calificación válida es la del Señor.

 

El rey recompensa lo eficaz del trabajo del siervo, por lo que le da autoridad sobre 10 (diez) ciudades del reino que acababa de tomar. El amo consideró que como el siervo fiel había mostrado diligencia y honestidad con el pequeño monto de dinero que le encargo, también lo haría con la administración de las 10 (diez) ciudades.

 

18 Vino otro, diciendo: Señor, tu mina ha producido cinco minas.

A comparecer se presenta un segundo siervo, quien había recibido también una mina, y la había hecho producir 5 (cinco) más.

 

19 Y también a este dijo: Tú también sé (gobierna) sobre cinco ciudades.

El rey recompensa a este segundo siervo, dándole el gobierno sobre 5 (cinco) ciudades, ya que había conseguido ganancia de 5 (cinco) minas.

 

Ambos ejemplos de siervos diligentes representan a los creyentes que usan la Palabra de Dios, el Espíritu y la Iglesia que se les ha dado para anunciar las buenas noticias de salvación, y enseñar a otros, cada uno con los mismos recursos, pero con capacidades diferentes, por eso es que el rey de la parábola que representa a Jesús, no le reclama nada a este siervo que produjo 5 (cinco) minas, ni lo compara con el que produjo 10 (diez), simplemente les recompensa con lo que cada uno ganó.

 

20 Vino otro, diciendo: Señor, aquí está (te devuelvo) tu mina, la cual he tenido guardada en un pañuelo;

Se entiende que de la misma manera fueron desfilando los siervos, reportando lo que habían ganado con la mina que les asignaron, hasta que llego otro de ellos con un resultado diferente, este se presenta ante el rey con respeto, pero para informarle que, en lugar de trabajar con la mina como hicieron los demás, él la guardo en un pañuelo o sudario con el que las personas se limpiaban el sudor de la frente o el cuello, la tenía allí para que no se la robaran y/o para que no se le perdiera, devolvió la mina que se le había asignado, pero había sido improductiva.

 

21 porque tuve miedo de ti, por cuanto eres hombre severo (exigente), que tomas lo que no pusiste, y siegas lo que no sembraste (que pides imposibles).

Este siervo no la perdió, ni la malgastó la mina, pero no había hecho nada con ella, que era lo que se le había encargado, lo que lo convertía en un siervo negligente, y justifica su modo de actuar por el miedo que tenía de su amo, al que consideraba como un hombre severo, alguien exigente o muy riguroso. El siervo explica que considera al amo como severo ya que “toma de lo que no puso, y siega lo que no sembró”, casi como acusándolo de opresor, de alguien que toma lo que no le pertenecer a la fuerza.

 

Ese temor paralizó al siervo y no lo dejo producir nada, pero era un temor infundado, ya que no corresponde a la confianza que le mostró el amo al darle una mina, si hubiera tenido un verdadero temor, hubiera dedicado diligencia y esfuerzo en cumplir lo que su amo le había mandado.

 

Este siervo representa a quienes piensan que el Señor exige demasiado al pedirles que anuncien el evangelio, que el Señor se beneficia del trabajo de ellos, que es demasiado pedirles que renuncien a las cosas personales para vivir para el Señor, quizá porque no hay reconocimiento en el presente, no hay títulos que presumir, en lugar de eso hay oposición, persecución, burla, y ese se les hace un costo muy alto, olvidando que son siervos, menospreciando que fueron comprados a precio de Sangre.

 

22 Entonces él le dijo: Mal siervo, por tu propia boca te juzgo (te condena). Sabías que yo era hombre severo (exigente), que tomo lo que no puse, y que siego lo que no sembré (pido hasta lo imposible);

El amo descalificó a ese siervo llamándolo “mal siervo”, que viene de la palabra griega Strong 4190 <ponerós> que describe a alguien maligno, viciado, inclinado a la maldad.

 

El amo tomo sus mismas palabras para decirle que el mismo se había juzgado, la palabra juzgo viene de la palabra griega Strong 2919 <kríno> que significa condenar o dictar sentencia, el siervo sin darse cuenta, cuando trató de justificarse, el mismo se estaba sentenciando, ya que además de negligente, al haber desatendido la función que su amo le dejo, era malvado, ya que califico a su amo como severo sin ninguna causa.

 

23 ¿por qué, pues, no pusiste mi dinero en el banco, para que al volver yo, lo hubiera recibido (me lo hubieras devuelto) con los intereses?

El amo le dice al siervo en una pregunta que, si realmente creía que era exigente o severo, por lo menos lo que hubiera hecho era poner el dinero en el banco, donde estaría resguardado, y sin tener que esforzarse, generaría algo de intereses, haciendo lo mínimo podía no haber llegado con las manos vacías delante del nuevo rey.

 

No hay excusa alguna para cada creyente que ha recibido la Palabra, el Espíritu y la Iglesia, para no producir alguna o mucha ganancia espiritual, ya sea anunciándola o facilitando a los que la anuncian, pero nada justifica el guardarla en un pañuelo.

 

24 Y dijo a los que estaban presentes (a otros siervos): Quitadle la mina (el dinero), y dadla al que tiene las diez minas.

En consecuencia a su desinterés y de su absurda justificación, el amo manda a otros siervos, de los que no se nos dan detalles, a que quiten la mina al que no produjo con ella nada, y dársela al que había manifestado la mayor diligencia y había conseguido 10 (diez).

 

Llego el tiempo donde este siervo había perdido la posibilidad de negociar y servir a su amo.

 

El Señor nos enseña que por un lado la diligencia será recompensada cuando el regrese en su reino, pero de la misma manera la negligencia será castigada al no recibir recompensas.

 

Debemos aprovechar todas las posibilidades que tengamos para servir al Señor, para anunciar el evangelio de salvación a otros y para enseñar sobre la Palabra de Dios, ya que las oportunidades que se pierden, ya no se recuperan. Aquel que es diligente en su servicio, que aprovecha los recursos que Dios le ha dado para servirle, es enriquecido espiritualmente, recibirá más provisión para anunciar el reino y seguir creciendo en el conocimiento Dios y en la obra de su reino.

 

El rey Saúl, es un ejemplo de un siervo malo, se le dio autoridad y poder, pero lo mal uso, por lo que Dios determinó quitárselo y dárselo al rey David.

 

25 Ellos le dijeron (los siervos): Señor, tiene diez minas.

26 Pues yo os digo (les aseguro) que a todo el que tiene, se le dará; mas al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará.

A los presentes les pareció muy extraño que al que ya tenía 10 (diez) minas, se le diera la mina que se le había quitado al siervo malo, quizá en su humana forma de pensar, meditaban que debería de dársela al que gano 5 (cinco) o debería darle la oportunidad a algún otro siervo que no estaba entre esos 10 (diez) para poder negociar con ella, pero el Señor enseña que el piensa diferente, ya lo decía el profeta en Isaías 55:8 Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová.

 

Estas palabras del Señor también nos revelan que, en cuanto a lo espiritual, no puede haber estancamiento, o se avanza o se retrocede, pero no se puede quedar igual que como comenzó, y al separarse de Jesús, siempre habrá retroceso.

 

27 Y también a aquellos mis enemigos que no querían que yo reinase sobre ellos, traedlos acá, y decapitadlos delante de mí (mátenlos en mi presencia).

Jesús en la parábola menciona que el rey que regreso de ser coronado, procede a juzgar a aquellos que se opusieron a que fuera rey, aquellos que dijeron “no queremos que reine sobre nosotros” (Lc. 19:14), y finalmente manda a eliminarlos en su presencia.

 

En la segunda venida de Jesús, ya como rey, juzgará a aquellos que no se sujetaron a Él, tanto a los judíos como a las naciones que se revelaron como dice 1 Corintios 15:25 Porque preciso es que él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies.

 

Mientras ese tiempo llega, el Señor sigue extendiendo su misericordia para que procedan al arrepentimiento como dice 2 Pedro 3:9 El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.

 

Aplicación Práctica: Observar la importancia de usar los recursos espirituales que tenemos, entre tanto que Jesús regresa como Rey.

 

 

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