martes, 25 de noviembre de 2025

Salmo 119:49-56 Tu Promesa, Mi Esperanza



Tu Promesa, Mi Esperanza

Salmo 119:49-56


Versículo para atesorar:Acuérdate de la palabra dada a tu siervo, en la cual me has hecho esperar.Salmo 119:49


Introducción: En esta séptima estrofa del Salmo 119, marcada por la letra hebrea Zaín (ז), el salmista medita en cómo la Palabra de Dios sostiene su vida en medio de la aflicción, el menosprecio y la presión del mundo. Aquí recuerda las promesas divinas como su consuelo, afirma que los mandamientos le dan vida y se mantiene firme aun cuando los impíos se burlan de él. Esta sección revela a un siervo que, lejos de ceder al desánimo, encuentra en la fidelidad de Dios una fuente constante de esperanza, fortaleza y gozo espiritual.


V. 49. “Acuérdate de la palabra (promesa) dada a tu siervo, en la cual me has hecho esperar.”

Acuérdate de la palabra dada a tu siervo. La palabra ‘acuérdate’, viene de la palabra hebrea <zakar> (Strong H2142), que significa recordar, traer a la memoria, actuar en consecuencia del recuerdo. El salmista no implica que Dios olvida, es más bien una petición para que Dios actúe conforme a Su carácter y promesas en favor de él, que se presenta como siervo, en humildad y dependencia al Señor.


La memoria de Dios es salvadora, cuando Dios “se acuerda”, actúa, como lo vemos en: Génesis 8:1 Y se acordó Dios de Noé, y de todos los animales, y de todas las bestias que estaban con él en el arca; e hizo pasar Dios un viento sobre la tierra, y disminuyeron las aguas. 


En la cual me has hecho esperar. La palabra ‘esperar’, viene de la palabra hebrea <yajal> (Strong H3176), que significa esperar con paciencia, confiar con anticipación, tener esperanza sostenida. El salmista reconoce que Dios mismo es el autor de su esperanza, ya que es Dios quien produce en nosotros la fe y la espera.


La esperanza cristiana nace de lo que Dios dijo, no de lo que vemos o sentimos. El salmista no dice “espero”, sino “me has hecho esperar”, como dice Romanos 15:4 Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza.


V. 50. “Ella es mi consuelo en mi aflicción (dolor, tristeza), porque tu dicho (promesa) me ha vivificado.”

Ella es mi consuelo en mi aflicción. La palabra ‘consuelo’, viene de la palabra hebrea <nejam> (Strong H5162), que significa aliviar, dar esperanza, confortar, producir descanso interior. El consuelo no viene de que las circunstancias mejoren, sino de la Palabra.


El salmista no niega su sufrimiento, que puede ser angustia, miseria, opresión, dolor emocional o físico; al contrario, lo reconoce y lo presenta delante de Dios. Muchos en la aflicción se alejan de Dios, pero el salmista corre hacia Él.

Porque tu dicho me ha vivificado. La Palabra no solo consuela, sino que vivifica, como dice Hebreos 4:12a Porque la palabra de Dios es viva y eficaz... La Palabra no es un texto motivacional, sino vida espiritual activa, como Jesús dijo en Juan 6:63 El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.


El salmista afirma que solo la Palabra trae el consuelo que su alma necesita. Se vuelve el bálsamo sobrenatural que trae vida donde hay desesperación como dice en Proverbios 4:22 Porque (las palabras de Dios) son vida a los que las hallan, y medicina a todo su cuerpo. La Palabra restaura la vida, nos fortalece y sostiene aun cuando las fuerzas humanas se agotan.


La Palabra de Dios es veraz e inconmovible, porque proviene del Dios que no miente ni cambia y permanece para siempre, como vemos en Números 23:19 Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta. Él dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?, y en Isaías. 40:8 Sécase la hierba, marchítase la flor; mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre.


Algunas citas de la palabra del Padre dada a Su Siervo, el Hijo:

  • El Padre declara que Su Hijo justificará a muchos en Isaías 53:11-12 11Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos. 12Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores.
  • Lo exalta a Su diestra y somete a Sus enemigos en Hechos 2:33-35 33Así que, exaltado por la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís. 34Porque David no subió a los cielos; pero él mismo dice: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra, 35Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.
  • Afirma Su humillación obediente hasta la muerte de cruz en Filipenses 2:5-8 5Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, 6el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
  • Y que el Hijo es superior, digno de adoración y heredero de todas las cosas en Hebreos 1:1-6 1Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, 2en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo; 3el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas, 4hecho tanto superior a los ángeles, cuanto heredó más excelente nombre que ellos.


Algunas citas de la palabra del Padre dada a Sus siervos: 

  • El Padre promete vida eterna a quienes permanecen en el Hijo en 1 Juan 2:25 Y esta es la promesa que él nos hizo, la vida eterna.
  • Asegura Su presencia y autoridad mientras hacen discípulos en Mateo 28:18-20 18Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. 19Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 20enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.
  • Promete honra a quienes sirven a Cristo en Juan 12:26 Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará.
  • Garantiza Su compañía y consuelo aun en el valle de sombra de muerte en Salmo 23:4 Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
  • Y declara que los redimidos descansan de sus trabajos, pero sus obras siguen dando fruto aun después de morir en Apocalipsis 14:13 Oí una voz que desde el cielo me decía: Escribe: Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen.


V. 51. “Los soberbios (arrogantes, insolentes) se burlaron mucho de mí, mas (pero) no me he apartado de tu ley.”

Los soberbios se burlaron mucho de mí. Soberbios’, viene de la palabra hebrea <zed> (Strong H2086), que significa arrogantes, altivos, insolentes, los que se rebelan contra Dios por orgullo. Los soberbios simbolizan los impíos que desprecian la Palabra, como vimos en el Salmo 119:21 Reprendiste a los soberbios, los malditos, que se desvían de tus mandamientos.


En este caso, al salmista le hacían burla maliciosa, con intención de humillar y desanimar, para mostrarle su desprecio al mofarse de él, e intentar dejarlo en ridículo. La burla es un arma antigua del maligno para quebrar la fidelidad, de la cual también nos advirtió Pablo en 2 Timoteo 3:12 Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución. Los soberbios se burlan de los piadosos porque la luz que ellos reflejan expone sus tinieblas.


Mas no me he apartado de tu ley. El salmista no contraataca; declara perseverancia a pesar de la presión social, y es debido a que la Palabra es el ancla que mantiene la fidelidad en el mar de la burla.


El cristiano debe estar preparado para ser objeto de burla por sus convicciones. Ejemplos actuales incluyen la moral sexual, la defensa de la vida, la integridad laboral, la visión bíblica del matrimonio y disciplinas espirituales como orar, estudiar la Biblia e ir a la iglesia. Por eso debemos permanecer asidos, aferrados, a la Palabra de Dios a pesar de la burla y del sistema de valores de este mundo como dice Filipenses 2:16 asidos de la palabra de vida, para que en el día de Cristo yo pueda gloriarme de que no he corrido en vano, ni en vano he trabajado.


Sin embargo, en ello también hay bienaventuranza, como dice 1 Pedro 4:14 Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros. Ciertamente, de parte de ellos, él es blasfemado, pero por vosotros es glorificado.


V. 52. “Me acordé, oh Jehová, de tus juicios (realizados en tiempos) antiguos, y me consolé.”

Me acordé, oh Jehová, de tus juicios antiguos. Este “recordar” no es accidental, es activo, deliberado. El salmista decide traer a su mente la obra de Dios, de cómo Dios ha juzgado, protegido y guiado desde la antigüedad, uniendo pasado con presente.


Y me consolé. El salmista se consuela al ver que Dios ha sido fiel en el pasado, y por lo tanto lo será ahora, como dice Hebreos 13:8 Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos. La frase ‘me consolé’, viene del hebreo <naham> (Strong H5162), que significa ser confortado, recibir alivio, descansar emocionalmente. El consuelo proviene de que sus circunstancias hayan mejorado, sino del carácter inmutable de Dios manifestado en Su historia con Su pueblo.


El salmista no recuerda experiencias vagas, sino la revelación escrita de los actos de Dios, como la liberación de Egipto (Éx. 14), el pacto que hizo con Su pueblo (Éx. 19–20), la fidelidad mostrada en el desierto (Deut. 8) y el juicio sobre el mal que había en la tierra (Gén. 6–9), entre otros. 


V. 53. “Horror (Indignación, molestia) se apoderó de mí a causa de los inicuos que dejan tu ley.”

La palabra ‘horror’ viene del hebreo <zal‘afah> (Strong H2152), que significa indignación ardiente, estremecimiento, turbación profunda, estremecerse por dolor o ira santa. No se refiere a miedo, sino a dolor santo mezclado con indignación moral lo que se apoderó del salmista. 


La palabra ‘inicuos’, viene del hebreo <rasha‘> (Strong H7563), que significa malvados, culpables, aquellos que viven en oposición a Dios, no por ignorancia sino por rebelión. Por lo que no describe simplemente personas imperfectas, sino personas abiertamente rebeldes que han abandonado voluntaria y conscientemente la ley de Dios.


Esta es la reacción natural de alguien verdaderamente celoso de la gloria de Dios, como lo vemos con Moisés en Éxodo 32:19 Y aconteció que cuando él llegó al campamento, y vio el becerro y las danzas, ardió la ira de Moisés, y arrojó las tablas de sus manos, y las quebró al pie del monte, y con Elías en 1 Reyes 19:10 Él respondió: He sentido un vivo celo por Jehová Dios de los ejércitos; porque los hijos de Israel han dejado tu pacto, han derribado tus altares, y han matado a espada a tus profetas; y sólo yo he quedado, y me buscan para quitarme la vida, de la misma manera que Jesús se indignó por la dureza de corazón de los fariseos que estaban en la sinagoga cuando sanó al hombre de la mano seca, como vemos en Marcos 3:5 Entonces, mirándolos alrededor con enojo, entristecido por la dureza de sus corazones, dijo al hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y la mano le fue restaurada sana. 


Ese dolor santo, mezclado con indignación, también se apoderó del salmista Asaf como vemos en el Salmo 73:1-20 


V. 54. “Cánticos fueron para mí tus estatutos en la casa en donde fui extranjero.”

La Palabra de Dios no solo instruye, sino que se convierte en el canto del creyente durante su paso por un mundo que no es su hogar. La verdadera doctrina siempre desemboca en doxología. El Salmista se reconoce como un viajero o fotastero que aún no está en su hogar definitivo, como ya lo dijo en el Salmo 119:19a Forastero soy yo en la tierra 


V. 55. “Me acordé en la noche de tu nombre, oh Jehová, y guardé tu ley.”

‘Me acordé’, es la misma raíz hebrea de ‘acuérdate’ del versículo 49, que significa recordar, traer deliberadamente a la memoria, actuar en consecuencia del recuerdo, por lo que el salmista no tiene recuerdo accidental, sino un acto espiritual consciente en la noche. Además de ser literal, la noche también representa: Soledad, ansiedad, momentos de dolor o preocupación, tiempos de incertidumbre o persecución. 


Cuando todo está oscuro y silencioso, las distracciones se acaban, y es allí donde se revela qué domina nuestro corazón.


Nombre’ en hebreo es <shem> (Strong H8034), que significa carácter, identidad, reputación, esencia revelada de Dios. Por lo que cuando el salmista recuerda el “nombre”, trae a su mente quién es Dios: Su carácter, Sus atributos, Su fidelidad.


No dice: “Guardé tu ley y luego recordé tu nombre”, sino: “Recordé tu nombre y guardé tu ley”. Porque primero es la comunión, luego obediencia; primero es la adoración, luego acción.


V. 56. “Estas bendiciones tuve (esto me ha acontecido) porque guardé tus mandamientos.”

La palabra ‘bendiciones’ en hebreo literalmente es “Esto ha sido para mí” o “Esta ha sido mi porción”. Aunque la palabra “bendiciones” no está explícita en hebreo, la idea es lo bueno, lo provechoso, lo favorable que él ha experimentado por obedecer.


Como si el salmista dijera: “Este privilegio tuve…” o  “Esta recompensa he experimentado…”


La obediencia trae bendición espiritual verdadera. El salmista afirma que la bendición experimentada no es circunstanciaL, sino resultado de vivir bajo la Palabra de Dios. La obediencia no obtiene la bendición; la obediencia ya es en sí la bendición, como dice Juan 13:17 Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis si las hiciereis.


El salmista puede obedecer porque Dios primero lo vivificó (vv. 49–50). La obediencia es fruto, no raíz.


Conclusión. El siervo de Dios encuentra esperanza, consuelo y fortaleza en las promesas del Señor. Aunque haya burla, aflicción o noches de angustia, la Palabra permanece firme y vivifica el corazón. Al recordar lo que Dios ha dicho y obedecer Sus mandamientos, el siervo es sostenido, guiado y bendecido, confiando en la fidelidad inmutable de su Dios.


Idea principal. Acordarnos en todo tiempo de las promesas de nuestro Dios, a fin de fortalecer nuestra esperanza.


jueves, 13 de noviembre de 2025

Salmo 119:41-48 Verdaderamente Libre

Verdaderamente Libre

Salmo 119:41-48

 

Versículo para atesorar:Y andaré en libertad, porque busqué tus mandamientos.Salmo 119:45

 

Introducción: En esta sexta estrofa del Salmo 119, marcada por la letra hebrea Vau (ו), el salmista abre su corazón reconociendo su necesidad de la misericordia y salvación de Dios. Desde esa gracia, pide valentía para enfrentar al que lo avergüenza, suplicando no dejar jamás de hablar la verdad. Con un espíritu humilde y confiado, anhela proclamar la Palabra sin vergüenza, aun cuando se encuentre frente a autoridades o en situaciones de presión. Aquí vemos a un hombre cuyo amor por Dios lo impulsa a vivir, hablar y obedecer con fidelidad.

 

Vv. 41-44. La confesión de libertad. El salmista recibe misericordia, enfrenta al avergonzador con la Palabra y pide valentía para no callar la verdad, comprometiéndose a obedecer siempre a Dios.

 

V. 41. “Venga (Envíame) a mí tu misericordia, oh Jehová; Tu salvación, conforme a tu dicho (palabra/promesa).”

Venga a mí tu misericordia, oh Jehová. La palabra “misericordias’, viene de la raíz hebrea de <hesed> (Strong H2617), que significa amor fiel, bondad constante, lealtad del pacto. Es uno de los términos más ricos del Antiguo Testamento y se refiere al amor comprometido de Dios con Su pueblo.

 

El salmista clama “haz venir a mí tus misericordias”, como quien suplica lluvia sobre tierra seca. La misericordia no se exige; se suplica, ya que no es un favor por merecimiento, por eso depende y proviene exclusivamente de Dios como dice Romanos 9:16 Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia; y es por ese amor a Su pueblo que no hemos sido consumidos, como dice Lamentaciones 3:22-23 22Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. 23Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad.

 

Tu salvación, conforme a tu dicho. Salvación’ viene del hebreo <yeshuah> (Strong H3444), que significa liberación, rescate, victoria, salvación espiritual o física. De esta raíz proviene el nombre Yeshúa — Jesús, quien es la personificación de la salvación divina.

 

El salmista reconoce que su salvación no depende de obras o méritos humanos, más bien confía en que la salvación es segura porque está prometida y sellada por la Palabra del Dios fiel.

 

V. 42. “Y daré por respuesta a mi avergonzador (al que me desprecia / afrenta), que en tu palabra he confiado.”

Y daré por respuesta a mi avergonzador. Avergonzador’ viene del hebreo <horefí> (Strong H2778), que significa el que reprocha, insulta, burla, ridiculiza, trata con desprecio. Es un término usado para describir a quienes se burlan de la fe, atacan la integridad del justo o lo humillan por su confianza en Dios.

 

En esta ocasión, el salmista no pide ser librado del avergonzador, lo que pide es saber responder bíblicamente, con integridad y honor, como dice 1 Pedro 3:15 sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros. No busca responder con ira, ni con venganza, ni con vergüenza, somo con la verdad de la Palabra de Dios. De la manera que hizo Jesús en el monte de la tentación a satanás, como vemos en Lucas 4:1-13 1Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto 2por cuarenta días, y era tentado por el diablo. Y no comió nada en aquellos días, pasados los cuales, tuvo hambre. 3Entonces el diablo le dijo: Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan. 4Jesús, respondiéndole, dijo: Escrito está: No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios. 5Y le llevó el diablo a un alto monte, y le mostró en un momento todos los reinos de la tierra. 6Y le dijo el diablo: A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy. 7Si tú postrado me adorares, todos serán tuyos. 8Respondiendo Jesús, le dijo: Vete de mí, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás. 9Y le llevó a Jerusalén, y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate de aquí abajo; 10porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden; 11y, en las manos te sostendrán, para que no tropieces con tu pie en piedra. 12Respondiendo Jesús, le dijo: Dicho está: No tentarás al Señor tu Dios. 13Y cuando el diablo hubo acabado toda tentación, se apartó de él por un tiempo.

 

Que en tu palabra he confiado. La palabra ‘confiado’ viene de la palabra hebrea <batájti> (Strong H982), que significa confiar por completo, apoyarse, descansar sin temor.

 

El salmista no confía en su inteligencia, ni en sus argumentos o experiencias, mucho menos en sus emociones, confía exclusivamente en la Palabra de Dios. Cuando la verdadera fe descansa en la Escritura como autoridad final, el ataque de los enemigos no destruye la confianza en Dios.

 

Nuestra confianza descansa en la vida eterna que Dios da en Jesucristo como dice 1 Juan 5:11-12 11Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo. 12El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.

 

V. 43. “No quites de mi boca en ningún tiempo la palabra de verdad, porque en tus juicios espero (he puesto mi esperanza).”

No quites de mi boca en ningún tiempo la palabra de verdad. El salmista sabe que enemigo, por medio de los avergonzadores, busca silenciar la verdad, a veces usando la vergüenza de pecados pasados, en otras por medio de la presión cultural o incluso con distracción espiritual; todo eso puede causar debilidad o desánimo que puede llevar al salmista a callar la palabra de verdad, por lo que le pide a Dios que no deje su boca sin testimonio.

 

Nuestra petición a Dios es que no permita que dejemos de hablar Su verdad, ni de proclamar evangelio, como la iglesia oró cuando Pedro y Juan fueron arrestados y amenazados por predicar a Cristo en Hechos 4:29 Y ahora, Señor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra. La iglesia oró unánime, no pidió escapar de los arrestos o amenazas, sino pidió a Dios valentía para seguir anunciando Su Palabra, para proclamar el evangelio de la salvación que hay en Cristo Jesús como vemos en Romanos 10:8-11 8Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos: 9que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. 10Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. 11Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado.

 

Porque en tus juicios espero. La palabra ‘espero’ viene del hebreo <yachal> (Strong H3176), que significa esperar con paciencia, esperanza firme, expectativa segura. El salmista no puso su esperanza sus fuerzas o habilidades, sino en los juicios de Dios, que hace eco a la esperanza del Salmo 130:5 Esperé yo a Jehová, esperó mi alma; en su palabra he esperado.

 

El salmista nos enseña que el que espera en la Palabra de Dios, hablará la Palabra de Dios.

 

V. 44. “Guardaré tu ley siempre, para siempre y eternamente.”

‘Guardaré’ del hebreo <shamar> (Strong H8104), significa vigilar, custodiar, obedecer cuidadosamente, proteger con celo. El salmista expresa un compromiso solemne, con tres expresiones de permanencia, que muestran su intensidad y convicción de obedecer la ley de Dios continuamente, sin interrupción, sin reservas, sin condición.

 

Este deseo profundo del salmista, revela un corazón transformado, que anhela obedecer no por obligación, sino por amor como dice Juan 14:21-24 21El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él. 22Le dijo Judas (no el Iscariote): Señor, ¿cómo es que te manifestarás a nosotros, y no al mundo? 23Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. 24El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió.

 

El salmista promete perseverancia porque confía en el Dios que persevera con él, como dice Judas 1:24 Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría.

 

Vv. 45-48.  La libertad del testimonio. El salmista vive en libertad, da testimonio sin vergüenza aun ante autoridades y adora la Palabra con amor, levantando manos y meditando en ella.

 

V. 45. “Y andaré en (Viviré con) libertad, porque busqué tus mandamientos.”

Y andaré en libertad. Libertad’ del hebreo <ḥerut> (Strong H2666), significa espacio amplio, liberación, caminar sin opresión, vivir sin cadenas, plenitud de movimiento.

 

El salmista habla de libertad espiritual: libertad del pecado que esclaviza, libertad del temor a los hombres, libertad de las cadenas de la culpa, como dice Juan 8:31-36 31Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; 32y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. 33Le respondieron: Linaje de Abraham somos, y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: Seréis libres? 34Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado. 35Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre. 36Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.

 

Porque busqué tus mandamientos. La libertad nace de la búsqueda sincera de la Palabra. ‘Busqué’, viene del hebreo <darash> (Strong H1875), que significa buscar con diligencia, consultar, investigar, procurar con intención profunda.

 

La libertad espiritual es un fruto de un corazón que investiga la Palabra, que nos permite estar firmes en la obediencia a Dios, como le dijo Pablo a la Iglesia de Galacia en Gálatas 5:1 Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud.

 

Esta realidad destruye una mentira común, aquella donde el mundo asocia libertad con ausencia de reglas, mientras que la Biblia enseña que la libertad verdadera es andar en los mandamientos de Dios.

 

V. 46. “Hablaré de tus testimonios delante de los reyes, y no me avergonzaré (no seré avergonzado).”

Hablaré de tus testimonios delante de los reyes. Hablar “delante de reyes” (personas en autoridad) implica riesgo, presión social, oposición, tentación de callar y posibilidad de represalias; sin embargo, también demuestra que la Palabra no está limitada por ningún estatus.

 

Y no me avergonzaré. El Salmista no se avergüenza ante el poder terrenal, ya que la Palabra de Dios merece ser anunciada aun donde resulta incómoda. El salmista anticipa la valentía que más tarde vemos en Moisés ante Faraón, Daniel ante Nabucodonosor, Juan el Bautista ante Herodes, Pablo ante Agripa y César, y Cristo mismo ante Pilato. La verdad de Dios no tiene público demasiado alto.

 

El evangelio no necesita defensas humanas; necesita mensajeros llenos de la Palabra y libres del temor al hombre.

 

V. 47. “Y me regocijaré (deleitaré) en tus mandamientos, los cuales he amado.”

El salmista revela la fuente afectiva detrás de sus convicciones; el amor por la Palabra de Dios, la cual le produce gozo.

 

La obediencia no nace del miedo, sino del deleite, la proclamación no nace del deber, sino del amor, la libertad no nace de la rebelión, sino del amor a Dios.  La obediencia genuina fluye del amor genuino, como dice Juan 14:21 El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él.

 

V. 48. “Alzaré asimismo (Levanto) mis manos a tus mandamientos que amé, y meditaré en tus estatutos.”

Alzaré asimismo mis manos a tus mandamientos que amé. En la Biblia, levantar las manos expresa: adoración (Sal. 63:4), súplica (Sal. 28:2), entrega (Lam. 3:41), dependencia (Éx. 17:11–12). Aquí expresa adoración y rendición total delante de Dios, pero sorprendentemente, no dice “alzaré mis manos a Dios”, sino: “a tus mandamientos”, ya que la Palabra es la expresión concreta de la voluntad de Dios, y el salmista se rinde a ella como acto de adoración a Dios , sometiéndose con gozo a Su Palabra.

 

Y meditaré en tus estatutos. El salmista muestra una sincera adoración expresada en manos levantadas y una mente que medita en la Palabra de Dios.

 

Conclusión. Cuando realmente hemos experimentado la misericordia de Dios, es inevitable hablar sin vergüenza de los testimonios de Aquel que nos salvó por medio del sacrificio vicario de Su Hijo (Heb. 13:13-15). Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna en Su Hijo (1 Jn. 5:11-12). Nos regocijamos en los mandamientos que nos han libertado y elevamos nuestras manos mientras meditamos en Sus estatutos (Su Palabra), que tanto amamos.

 

Idea principal. Proclamar con libertad el evangelio de Jesucristo, recordando que hemos recibido Su misericordia, y viviendo en obediencia y amor constante por Su Palabra.

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