El Cumplimiento de la Ley Romanos 13:8-14 |
Versículos del objetivo: “Haced todo sin murmuraciones y contiendas, para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo.” Filipenses 2:14-15
Versículo a memorizar: “El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor.” Romanos 13:10
Introducción: Pablo enseñó que Dios ha establecido toda autoridad gubernamental y nos llamó a vivir en sujeción como testimonio de su fe. El sometimiento no es ideológico ni idolátrico, sino una expresión de obediencia a Dios, quien usa incluso gobiernos imperfectos para mantener el orden. La autoridad civil es presentada como siervo de Dios para el bien común, y como vengador que castiga al que hace lo malo. El creyente debemos obedecer no solo por temor al castigo, sino por conciencia delante de Dios. Se destaca la importancia de pagar tributos e impuestos con integridad, y de mostrar respeto y honra a las autoridades por el cargo que ocupan, no por sus méritos personales. Este testimonio contracultural glorifica a Dios y refleja el poder transformador del evangelio. Finalmente, lo mencionado por Pablo nos exhortó a vivir como ciudadanos responsables y fieles al Reino de Dios.
Desarrollo:
Vv. 8-10. La deuda de amor
8 No debáis a nadie nada, sino (salvo) el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley (lo que la ley ordena).
No debáis a nadie nada. La palabra ‘debáis’ viene del griego <opheilō> (Strong 3784), que significa “estar obligado”, “tener una deuda”. Pablo exhorta a no vivir endeudados de manera irresponsable. Un cristiano debe ser diligente, pagar lo que debe y vivir con sabiduría financiera para no quedar enlazado como dice Proverbios 22:7 El rico se enseñorea de los pobres, y el que toma prestado es siervo del que presta.
Sino el amaros unos a otros. Pablo va más allá de lo económico, ahora habla de algo más profundo, presenta la única deuda permanente del creyente: el amor mutuo (amor sacrificial <agápē> (Strong 26). A diferencia de una deuda monetaria que se puede pagar, nunca dejamos de deber amor al prójimo, porque Dios nos ha amado continuamente como dice 1 Juan 4:11 Amados, si Dios nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a otros.
Porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley. La palabra ‘prójimo’ viene del griego <plēsíon> (Strong 4139), que significa “el cercano”, es decir, cualquier ser humano a tu alrededor, no solo los que nos agradan. Jesús resumió toda la ley en dos mandamientos: amar a Dios y al prójimo en Mateo 22:37-40 37Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. 38Este es el primero y grande mandamiento. 39Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 40De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas. Pablo repite esta enseñanza en Gálatas 5:14 Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo; el amor verdadero no ama por obligación, sino que nace de un corazón regenerado.
Ese es exactamente el nuevo mandamiento que Jesús nos dejó en Juan 13:34-35 34Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. 35En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.
Los hijos de Dios debemos distinguirnos por amar como dice 1 Juan 3:10-11 10En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios. 11Porque este es el mensaje que habéis oído desde el principio: Que nos amemos unos a otros.
Aplicación práctica: ¿Entendemos que esta deuda de amor nunca se termina? Porque está fundamentada en el carácter de Cristo y cumple toda la ley, por lo que, aunque hayamos amado bien hoy, Dios mañana nos dará nuevas oportunidades de amar al prójimo. Recordemos que el amor no es solo emoción; es acción; escuchar, ayudar, perdonar, servir.
9 Porque: No adulterarás, no matarás, no hurtarás (no robarás), no dirás falso testimonio, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume (quedan comprendidos en estas palabras): Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
Pablo cita mandamientos del Decálogo; es decir, los 10 mandamientos que se encuentran en Éxodo 20:13-17 y Deuteronomio 5:17-21.
· No cometerás adulterio (7°): El amor protege la fidelidad conyugal.
· No matarás (6°): El amor respeta y valora la vida del prójimo, no se trata solo de “no matar”, sino de no odiar (Mt. 5:21-22).
· No hurtarás (8°): El amor respeta lo ajeno y busca el bien del otro.
· No dirás falso testimonio (9°): El amor no engaña ni difama.
· No codiciarás (10°): El amor se goza con lo que el otro tiene; no lo envidia.
Luego añade: "Y cualquier otro mandamiento..." Es decir, todo mandamiento moral que afecte la relación con los demás está contenido en este principio supremo: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”, como dijo Dios en Levítico 19:18 No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo Jehová. Todo lo que Dios manda hacia el prójimo encuentra su raíz en amar como Cristo amó.
10 El amor no hace mal (perjudica) al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor.
El amor no hace mal al prójimo. Pablo resume por qué el amor es superior a cualquier otra norma externa: porque el amor no hace daño. Este es un principio absoluto: el amor genuino, el <agápē> (Strong 26), jamás puede causar daño al otro.
No se limita a no hacerle daño físico, sino tampoco emocional, espiritual o moral. En otras palabras, el que ama verdaderamente no adultera, no miente, no hiere, no desprecia, no manipula, no abusa ni se aprovecha del prójimo; por el contrario, buscará su bienestar y su edificación. Por eso, amar no es una opción, sino una deuda continua para el cristiano.
Amar es vivir buscando el bien del otro como prioridad, como lo hizo Cristo, así lo expresó Pablo en Filipenses 2:3-5 3Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; 4no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros. 5Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús.
Así que el cumplimiento de la ley es el amor. Esta frase sintetiza toda la enseñanza moral del Antiguo Testamento. El amor no elimina la ley moral, sino que la cumple plenamente, ya que el
amor es la esencia, el alma, el motor de cada mandamiento.
Así lo declaró Jesús en Mateo 22:37-40 37Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. 38Este es el primero y grande mandamiento. 39Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 40De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.
El amor no es algo pasivo que se limita a no hacer mal al prójimo, sino que es activo, buscando siempre el beneficio del prójimo, como fue el caso en la parábola del buen samaritano (Lc. 10:25-37).
Aplicación práctica: ¿Tienes actitudes egoístas que, aunque no parezcan “pecado”, son dañinas para otros? Recordemos que el amor siempre busca el bien del otro, no lo propio, como dice 1 Corintios 13:5-6 5no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; 6no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad.
Vv. 11-14. El vestido de luz
11 Y esto (Y hagan esto), conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos (despertarse) del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos.
Y esto, conociendo el tiempo. Pablo introduce una urgencia espiritual. El amor cristiano debe vivirse a la luz del tiempo en que vivimos: días finales, cercanos al regreso de Cristo. La palabra ‘tiempo’ que usa Pablo aquí no es <chronos> (tiempo cronológico), sino <kairós> (Strong 2540), que significa un momento oportuno, decisivo, señalado por Dios.
Es un llamado de urgencia a vivir a la luz de la eternidad, como también le dijo Pablo a la Iglesia en Éfeso en Efesios 5:15-16 15Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, 16aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos.
Que es ya hora de levantarnos del sueño. ‘Levantarnos’ del griego <egeírō> (Strong 1453), implica resucitar, despertar, activarse. El ‘sueño’ simboliza la pasividad espiritual, el letargo, la indiferencia, el conformismo.
Porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos. Aunque ya somos salvos por fe (justificación), nuestra salvación final (glorificación) está más cerca cada día como dice Filipenses 3:20-21 20Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; 21el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.
Cada día que pasa, estamos más cerca de ver a Cristo cara a cara como dice 1 Juan 3:2-3 2Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es. 3Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro.
Aplicación práctica: ¿Estamos viviendo espiritualmente dormidos? ¿Hay pasividad, conformismo, distracción o pecado tolerado en nuestra vida? Si es así, es hora de volver al primer amor (Ap. 2:4-5).
12 La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos (Despojémonos), pues, las obras de las tinieblas (oscuridad), y vistámonos (pongámonos) las armas de la luz.
La noche está avanzada. Noche simboliza el presente siglo malo (Gál. 1:4), marcado por el pecado, la rebelión, el engaño de Satanás y la oscuridad moral. Está “avanzada”, indicando que la oscuridad del mundo está llegando a su fin.
Y se acerca el día. El día representa la segunda venida de Cristo, el día de la redención final como dice 1 Tesalonicenses 5:4-8 4Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón. 5Porque todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas. 6Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios. 7Pues los que duermen, de noche duermen, y los que se embriagan, de noche se embriagan. 8Pero nosotros, que somos del día, seamos sobrios, habiéndonos vestido con la coraza de fe y de amor, y con la esperanza de salvación como yelmo.
El contraste entre “noche” y “día” representa el contraste entre el mundo presente dominado por el pecado y el reino venidero de Cristo.
Desechemos, pues, las obras de las tinieblas. La palabra ‘desechar’ viene del griego <apothéō> (Strong 659), que significa quitarse de encima, como ropa sucia. Mientas que ‘obras de las tinieblas’ representa los pecados que se hacen en secreto, ocultos, vergonzosos, impropios de la nueva vida en Cristo como dice Efesios 5:11-12 11Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas; 12porque vergonzoso es aun hablar de lo que ellos hacen en secreto, la misma idea la vemos en Santiago 1:21 Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas.
Y vistámonos las armas de la luz. La palabra ‘vistámonos’ viene del griego <endýō> (Strong 1746), que significa ponerse una prenda, o revestirse de algo activamente. Mientras que ‘armas de luz’ representan la armadura de Dios para el combate espiritual como; la coraza de justicia, la el cinturón de la verdad, el escudo de fe, la espada que es la Palabra de Dios. (Ef. 6:10-18)
Aplicación práctica: ¿Estamos viviendo como si aún fuera de noche o como hijos del día? ¿Qué obras de tinieblas necesitamos desechar? Quizá mentira, envidia, fornicación, egoísmo, codicia, orgullo, entretenimiento inmoral.
13 Andemos como de día, honestamente (decentemente); no en glotonerías y borracheras, no en lujurias (inmoralidad sexual) y lascivias (desenfrenos), no en contiendas (desacuerdos) y envidia,
Andemos como de día, honestamente. ‘Andar’ del griego <peripatéō> (Strong 4043), que significa vivir, conducirse, comportarse habitualmente. Mientras ‘como de día’ significa con transparencia, sin nada que ocultar.
‘Honestamente’ del griego <euskhēmónōs> (Strong 2156), significa con decencia, dignidad, orden, decoro. Es vivir de manera apropiada a la luz del evangelio.
Jesús nos lo enseñó en Juan 11:9-10 9Respondió Jesús: ¿No tiene el día doce horas? El que anda de día, no tropieza, porque ve la luz de este mundo; 10pero el que anda de noche, tropieza, porque no hay luz en él.
No en glotonerías y borracheras. ‘glotonerías’ significa banquete desenfrenado, fiestas con exceso y desenfreno. Implica indulgencia en placeres sensuales. ‘Borracheras’ implica intoxicación alcohólica, pero también puede implicar pérdida de dominio propio por cualquier tipo de exceso.
No en lujurias y lascivias. ‘Lujurias’ la palabra original en griego literalmente significa “cama”, es decir, relaciones sexuales ilícitas (fornicación, adulterio, impureza). ‘Lascivias’ son el desenfreno inmoral, conducta indecente sin vergüenza.
No en contiendas y envidia. ‘Contiendas’ implica rivalidad, peleas, pleitos, divisiones. Algo muy común incluso entre creyentes carnales como le escribió Pablo a la iglesia de Corinto en 1 Corintios 3:3 porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres? ‘Envidia’ del griego <zēlos> (Strong 2205), significa celos, resentimiento por el bien ajeno. Es una raíz de amargura que destruye el amor y la unidad.
14 sino (Más bien) vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis (no hagas provisión) para los deseos de la carne (naturaleza humana).
Sino vestíos del Señor Jesucristo. Ahora Pablo nos da el mandato central y en positivo. ‘Vestíos’ viene del griego <endýō> (Strong 1746), que significa “ponerse una prenda”, y en sentido figurado: adoptar el carácter y conducta de alguien.
No se trata solo de imitar a Jesús externamente, sino de revestirse completamente con Su vida, Su obediencia, Su humildad, Su compasión, Su santidad. Vestirse del Señor Jesucristo implica vivir rendidos a Su señorío, confiando en Su gracia, y dependiendo de Su Espíritu en todo.
Y no proveáis para los deseos de la carne. ‘Proveáis’ del griego <pronoéō> (Strong 4306), que significa prever, planear, anticiparse para satisfacer un deseo. No habla solo de pecar, sino de preparar el terreno para pecar, lo cual revela intención. Mientras que ‘deseos’ <epithumía> (Strong 1939), significa las pasiones o impulsos fuertes, muchas veces ilícitos. Y ‘la carne’ <sarx> (Strong 4561), habla de nuestra naturaleza pecaminosa que se opone a Dios.
Pablo no dice simplemente “resiste el pecado”, sino “no lo planees, no lo alimentes, no lo justifiques”. El que se ha vestido de Cristo no puede al mismo tiempo alimentar la carne como dice Gálatas 5:16 Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne.
Aplicación práctica: ¿Estamos planeando, justificando o alimentando deseos pecaminosos en secreto? Apaguemos la chispa antes de que se convierta en fuego como dice Proverbios 6:27 ¿Tomará el hombre fuego en su seno sin que sus vestidos ardan? ¿Qué cosas debemos quitar de nuestra vida para no proveer a la carne? ¿Amistades tóxicas, redes sociales, contenido inmoral, hábitos ocultos?
El tiempo de jugar con el pecado ha terminado; ahora es tiempo de vivir como hijos del día. Pablo no dice solo “no caigas”, sino “no prepares el terreno”. Vestirse de Cristo significa tomar decisiones prácticas y anticipadas para caminar en santidad. Es cuidar no solo lo que haces, sino lo que te predispone a hacerlo.
Aplicación práctica: Vestirnos del Señor Jesucristo en amor y luz (Fil. 2:14-15).
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