martes, 30 de septiembre de 2025

Romanos 16:1-24 Siervos de la Iglesia

 

Siervos de la Iglesia

Romanos 16:1-24

Objetivo: Servir a nuestro Señor Jesucristo, integrando el cuerpo de Cristo, y sirviendo a cada uno de los santos que forman la iglesia del Señor.

 

Introducción: Pablo explicó a los hermanos de la Iglesia en Roma por qué no había podido visitarlos: su prioridad fue predicar donde Cristo no había sido anunciado. Ahora, al haber cumplido esa misión en otras regiones, les comparte su plan de viajar a Roma camino a España. Antes debía ir a Jerusalén para llevar la ofrenda recogida por las iglesias de Macedonia y Acaya, fruto de generosidad y unidad en Cristo. Esta ayuda mostraba que los gentiles reconocían su deuda espiritual hacia los judíos, compartiendo lo material como agradecimiento por haber recibido lo espiritual. Pablo pide oración para ser librado de los incrédulos en Judea y para que la ofrenda sea bien recibida, buscando fortalecer la unidad de la iglesia. Deseaba llegar a Roma con gozo, en la voluntad de Dios, y hallar descanso en la comunión fraterna. Concluye confiando en el Dios de paz, quien da verdadera unidad y sostiene toda obra.

 

Desarrollo:

Vv. 1-16. Siervos del Señor

1 Os recomiendo además (tengo cosas buenas que decir acerca de) nuestra hermana Febe, la cual es diaconisa (líder servidora) de la iglesia en Cencrea;

2 que la recibáis en el Señor, como es digno de los santos (hermanos, que pertenecen a la familia de Dios), y que la ayudéis en cualquier cosa en que necesite de vosotros; porque ella ha ayudado a muchos, y a mí mismo.

Pablo está cerrando su carta con saludos personales. Lo primero que hace es recomendar a Febe, una hermana fiel de la iglesia en Cencrea. Es probable que ella fuera quien llevó la carta de Pablo a Roma, razón por la cual el apóstol pide que sea recibida y apoyada.

 

El nombre de Febe (Phoibē) significa “brillante” o “radiante”. Ella servía en Cencrea, un puerto importante cerca de Corinto, lo que sugiere una iglesia activa en la misión. Se le llama diaconisa (servidora). Este término no siempre implica un cargo oficial, pero sí describe a alguien dedicada al servicio cristiano.

 

Pablo dice que “ha ayudado a muchos, y a mí mismo”, mostrándola como una mujer generosa y hospitalaria, usada por Dios para sostener la obra del evangelio.

 

Para enfatizar: Pablo presenta a Febe como un modelo de una sierva fiel, digna de confianza y de gran honra; la iglesia primitiva valoraba el ministerio de mujeres como ella, cuyo servicio generoso y entrega la convirtieron en un instrumento clave en la obra de Dios, incluso llevando la carta de Romanos a su destino. Pablo la recomienda no solo por su labor, sino porque la iglesia debe aprender a recibir, apoyar y honrar a los siervos de Cristo.

 

3 Saludad a Priscila y a Aquila, mis colaboradores (compañeros de trabajo) en Cristo Jesús,

4 que expusieron (arriesgaron) su vida por mí; a los cuales no solo yo doy gracias, sino también todas las iglesias de los gentiles (no judíos).

Pablo menciona a Priscila y Aquila, un matrimonio judío convertido a Cristo, conocidos por su fidelidad y servicio al evangelio. Aparecen varias veces en el NT, siempre asociados al ministerio, la hospitalidad y la enseñanza.

 

Priscila y Aquila eran judíos que habían salido de Roma cuando Claudio expulsó a los judíos (Hech. 18:2). Conocieron a Pablo en Corinto, donde trabajaron juntos como fabricantes de tiendas (Hech. 18:3). Acompañaron a Pablo a Éfeso y allí instruyeron a Apolos en la doctrina de Cristo (Hech. 18:18, 26). Ahora, al parecer, habían regresado a Roma, y Pablo los reconoce como colaboradores fieles.

 

Para enfatizar: Pablo resalta el valor de la colaboración en la obra de Dios. Priscila y Aquila como ejemplo de fidelidad y valentía, dispuestos a arriesgar su vida por el evangelio; su servicio impactó a muchas iglesias, mostrando que la obra de Dios avanza en unidad y colaboración, siendo un matrimonio misionero entregado a Cristo sin buscar reconocimiento propio.

 

Ahora menciona a la iglesia que se reunía en su casa, y después a Epeneto, un creyente especial para Pablo, descrito como “el primer fruto de Acaya”.

 

5 Saludad también a la iglesia de (que se reúnen en) su casa. Saludad a Epeneto, amado mío, que es el primer fruto (creyente) de Acaya para Cristo.

Saludad también a la iglesia de su casa. Pablo ahora menciona a la iglesia que se reunía en casa de Priscila y Aquila. En la iglesia primitiva no había templos cristianos. Los creyentes se reunían en casas de familias generosas que abrían sus hogares para el culto, la enseñanza y la comunión.

 

Priscila y Aquila son mencionados como anfitriones de iglesias en otros lugares, como en Corinto como dice 1 Corintios 16:19 Las iglesias de Asia os saludan. Aquila y Priscila, con la iglesia que está en su casa, os saludan mucho en el Señor, y también en Éfeso donde instruyeron a Apolos, como dice Hechos 18:26 Y comenzó a hablar con denuedo en la sinagoga; pero cuando le oyeron Priscila y Aquila, le tomaron aparte y le expusieron más exactamente el camino de Dios. Su hogar siempre fue más que vivienda: era un centro misionero y de edificación.

 

Saludad a Epeneto, amado mío, que es el primer fruto de Acaya para Cristo. El nombre Epeneto significa “alabado”. Pablo lo llama “amado mío”, mostrando afecto especial. Fue “el primer fruto de Acaya”: es decir, probablemente el primer convertido individual de esa región y después la familia de Estéfanas fue la primera “casa completa” en convertirse como dice 1 Corintios 16:15 Hermanos, ya sabéis que la familia de Estéfanas es las primicias de Acaya, y que ellos se han dedicado al servicio de los santos.

 

Para enfatizar: La iglesia en casa muestra que el cristianismo se expandió con sencillez y hospitalidad, sin depender de grandes edificios. Epeneto sería un testimonio vivo de la gracia de Dios, y un recordatorio de que de una semilla fiel puede surgir una gran obra.

 

6 Saludad a María, la cual ha trabajado mucho (arduamente) entre vosotros.

Pablo menciona a María. No se nos da más información sobre ella, salvo una cosa muy importante: “ha trabajado mucho” entre los creyentes. Esa breve frase es un reconocimiento profundo de su entrega al servicio cristiano.

 

7 Saludad a Andrónico y a Junias, mis parientes y mis compañeros de prisiones (cárcel), los cuales son muy estimados (distinguido, conocidos) entre los apóstoles, y que también fueron (convertidos) antes de mí en Cristo.

Eran creyentes conocidos por Pablo, con un testimonio de fidelidad y sufrimiento por el evangelio.

 

Al decir “mis parientes”: probablemente judíos de la misma nación, aunque algunos piensan que podían ser también familiares cercanos. “Compañeros de prisiones”: estuvieron encarcelados por causa de Cristo, al igual que Pablo. No se nos dice cuándo, pero muestra su valentía en el evangelio. “Muy estimados entre los apóstoles”: significa que gozaban de gran reputación y estima dentro de los apóstoles y líderes de la iglesia. “Antes de mí en Cristo”: ellos se habían convertido al evangelio antes que Pablo, lo que implica que eran cristianos muy tempranos, probablemente desde los primeros años de la iglesia.

 

Para enfatizar: Andrónico y Junias son presentados como creyentes veteranos, sufridos y respetados en la obra de Cristo. Ellos nos enseñan que el verdadero reconocimiento en la iglesia viene por fidelidad, servicio y perseverancia, y que el sufrimiento por Cristo es parte del privilegio de seguirle.

 

8 Saludad a Amplias, amado mío en el Señor.

Pablo menciona a Amplias, un hermano del cual no tenemos más información bíblica aparte de este versículo, pero el solo hecho de estar en esta lista muestra que fue un creyente fiel y significativo para Pablo.

 

9 Saludad a Urbano, nuestro colaborador (compañero de trabajo) en Cristo Jesús, y a Estaquis, amado mío.

Saludad a Urbano, nuestro colaborador en Cristo Jesús. El nombre Urbano significa “ciudadano” o “hombre de ciudad”, muy común entre esclavos y libertos en Roma. Pablo lo reconoce como “colaborador en Cristo Jesús”, es decir, alguien que trabajaba activamente en la obra del evangelio junto con él y la iglesia.

 

 Y a Estaquis, amado mío. Estaquis era un nombre griego también frecuente en Roma. Pablo lo llama “mi amado”, igual que a otros en esta lista (Epeneto, Amplias). Aunque no se especifica su función, el afecto de Pablo muestra que era un creyente fiel y querido en la comunidad cristiana.

 

10 Saludad a Apeles, aprobado (que ha dado tantas pruebas de su fe) en Cristo. Saludad a los de la casa (la familia) de Aristóbulo.

Saludad a Apeles, aprobado en Cristo. El nombre Apeles era común entre judíos de la diáspora. Pablo lo distingue con una frase hermosa: “aprobado en Cristo”, lo que sugiere que Apeles había pasado por pruebas o dificultades y había demostrado fidelidad.

 

Saludad a los de la casa de Aristóbulo. Aristóbulo probablemente fue un personaje vinculado a la nobleza romana, quizás descendiente de Herodes el Grande. Pablo no saluda a Aristóbulo mismo, sino “a los de su casa”. Esto indica que dentro de ese hogar había creyentes, quizá esclavos o familiares, que eran parte de la iglesia. Es posible que Aristóbulo no fuera cristiano, pero su casa tenía miembros convertidos.

 

Para enfatizar: La fe auténtica se muestra al permanecer fiel bajo presión, y el evangelio, al extenderse incluso en casas influyentes, alcanzó tanto a esclavos como a nobles, demostrando que la iglesia primitiva trascendía todo estrato social y unía a humildes y poderosos en Cristo.

 

11 Saludad a Herodión, mi pariente (paisano, judío como yo). Saludad a los de la casa (familia) de Narciso, los cuales están (creen) en el Señor.

Saludad a Herodión, mi pariente. El nombre Herodión sugiere conexión con la familia de Herodes, aunque no podemos afirmarlo con certeza. Pablo lo llama “mi pariente”, lo que puede significar compatriota judío (como en Rom. 9:3) o un familiar cercano. En cualquier caso, era un judío convertido a Cristo y parte de la iglesia en Roma.

 

Saludad a los de la casa de Narciso, los que están en el Señor. Narciso fue un nombre famoso en Roma: un liberto griego que llegó a ser secretario influyente del emperador Claudio. Muchos creen que Pablo se refiere a su casa, probablemente a esclavos o sirvientes que habían llegado a la fe en Cristo. Pablo no saluda a Narciso mismo, sino “a los que están en el Señor” de su casa, lo que sugiere que no todos eran creyentes.

 

12 Saludad a Trifena y a Trifosa, las cuales trabajan en (la obra de) el Señor. Saludad a la amada Pérsida, la cual ha trabajado mucho (arduamente) en el Señor.

Saludad a Trifena y a Trifosa, las cuales trabajan en el Señor. Probablemente eran hermanas, quizá incluso gemelas, pues sus nombres son muy similares. Sus nombres eran comunes entre esclavas en Roma. Pablo las describe como mujeres que “trabajan en el Señor”, lo que indica servicio activo y constante en la iglesia.

 

Saludad a la amada Pérsida, la cual ha trabajado mucho en el Señor. El nombre Pérsida significa “mujer persa”, lo que sugiere un trasfondo extranjero. Pablo la llama “amada”, destacando un vínculo de afecto especial. A diferencia de las anteriores, dice que ella “ha trabajado mucho en el Señor”, lo que podría indicar que ya era una mujer mayor y había servido con larga fidelidad.

 

Para enfatizar: El verdadero valor del servicio está en hacerlo para el Señor, pues Dios honra cada esfuerzo constante y silencioso, como en la iglesia primitiva, donde hombres y mujeres fieles trabajaron sin buscar reconocimiento humano, y el amor cristiano supo reconocer esa entrega con gratitud y afecto.

 

13 Saludad a Rufo, escogido (distinguido creyente) en el Señor, y a su madre y mía (que ha sido como una madre para mí).

Rufo es llamado “escogido en el Señor”, expresión que resalta su fe y testimonio. Es posible que sea el mismo Rufo mencionado en Marcos 15:21, hijo de Simón de Cirene, quien cargó la cruz de Jesús. La madre de Rufo había sido como madre para Pablo, mostrando amor maternal y hospitalidad hacia él.

 

14 Saludad a Asíncrito, a Flegonte, a Hermas, a Patrobas, a Hermes y a los hermanos que están con ellos.

Nombres comunes entre esclavos en Roma, lo que muestra la diversidad social de la iglesia. Pablo incluye además a “los hermanos que están con ellos”, lo que sugiere un grupo o iglesia en casa.

 

15 Saludad a Filólogo, a Julia, a Nereo y a su hermana, a Olimpas y a todos los santos (hermanos) que están con ellos.

También creyentes en Roma, probablemente parte de otra congregación local. “Y a todos los santos que están con ellos” confirma que eran parte de una comunidad más amplia.

 

16 Saludaos los unos a los otros con ósculo (beso) santo. Os saludan (Les envían saludos) todas las iglesias de Cristo.

Saludaos los unos a los otros con ósculo santo. En la cultura del siglo I, el beso en la mejilla era un saludo común entre familiares y amigos. Pablo lo llama “santo” para distinguirlo de cualquier gesto impuro. Era una señal de amor fraternal, unidad y pureza cristiana. No se trata de un rito obligatorio hoy, sino de un principio: la comunión cristiana debe expresarse en gestos genuinos de afecto y bienvenida.

 

Os saludan todas las iglesias de Cristo. Pablo les recuerda a la iglesia en Roma que no estaba sola: formaban parte de una red de comunidades unidas en el mismo Señor. “Iglesias de Cristo” no se refiere a una denominación, sino a todas las congregaciones que pertenecen al Señor, más allá de culturas y regiones.

 

Vv. 17-20. Siervos de sí mismos

17 Mas os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos (dificultades) en contra de la doctrina  (enseñanza)  que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos.

Pablo introduce una advertencia solemne: había personas que ponían en riesgo la unidad y pureza de la iglesia.

 

·       Divisiones: separaciones dentro del cuerpo de Cristo, producto de orgullo, falsa enseñanza o ambición.

·       Tropiezos: obstáculos que hacen caer en la fe o apartan de la verdad.

·       Doctrina: la enseñanza apostólica transmitida fielmente (Hech. 2:42).

 

Para enfatizar: Su exhortación es clara: estar atentos a quienes causan divisiones y tropiezos contrarios a la sana doctrina y apartarse de ellos.

 

18 Porque tales personas no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a sus propios vientres  (estómagos), y con suaves palabras y lisonjas  (agradables) engañan los corazones de los ingenuos  (sencillos).

Pablo explica el motivo y los métodos de esos falsos obreros. No sirven a Cristo, sino a sí mismos. La frase “a sus propios vientres”, es una expresión que significa vivir para sus propios deseos, ambiciones o intereses materiales. Y usan un lenguaje seductor, discursos atractivos, halagos y persuasión vacía para engañar a los más débiles en la fe.

 

19 Porque vuestra obediencia ha venido a ser notoria a (conocida de) todos, así que me gozo de vosotros; pero quiero que seáis sabios (astutos) para el bien, e ingenuos (inocentes) para el mal.

Pablo reconoce algo positivo en los creyentes de Roma: su obediencia a Cristo era conocida en todas partes. Sin embargo, los exhorta a mantener equilibrio: ser sabios en lo bueno; es decir, que tengan discernimiento, madurez y habilidad para practicar lo que agrada a Dios, y al mismo tiempo que sean ingenuos en lo malo; ósea, ser inocentes, sin experiencia en el pecado, evitando la complicidad con la maldad.

 

20 Y el Dios de paz aplastará en breve a Satanás bajo vuestros pies. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros.

Pablo da una promesa gloriosa: la derrota final de Satanás está asegurada por el poder del Dios de paz. La palabra ‘Aplastará’: evoca Génesis 3:15, la promesa de que la simiente de la mujer heriría la cabeza de la serpiente. Esta declaración anima a la iglesia en medio de la oposición y los engaños de los falsos maestros.

 

Para enfatizar: La fuerza para resistir y vencer proviene de la gracia de Jesucristo, no del esfuerzo humano.

 

Vv. 21-24. Despedida

21 Os saludan Timoteo mi colaborador (compañero de trabajo), y Lucio, Jasón y Sosípater, mis parientes (mis paisanos).

22 Yo Tercio, que escribí la epístola (carta]), os saludo en el Señor.

23 Os saluda Gayo, hospedador mío y de toda la iglesia. Os saluda Erasto, tesorero de la ciudad, y el hermano Cuarto.

Pablo incluye los saludos de quienes estaban con él en Corinto al momento de escribir la carta. Estos nombres muestran la comunidad misionera que acompañaba a Pablo:

 

·       Timoteo: fiel colaborador, hijo espiritual de Pablo (a quien le escribe 1 y 2 Timoteo). Su presencia subraya la continuidad del ministerio.

·       Lucio: posiblemente el mismo mencionado en Hechos 13:1 como profeta en Antioquía.

·       Jasón: anfitrión de Pablo en Tesalónica, que sufrió persecución por recibirlo (Hechos 17:5-9).

·       Sosípater: probablemente el mismo Sópatro de Berea (Hechos 20:4).

·       Tercio: era el amanuense, es decir, quien escribía físicamente la carta mientras Pablo dictaba. Aquí interrumpe para enviar un saludo personal.

·       Gayo: hospedador de Pablo y de la iglesia en Corinto. Probablemente el mismo Gayo bautizado por Pablo (1 Cor. 1:14). Su hospitalidad bendecía a toda la comunidad.

·       Erasto: tesorero de la ciudad (Corinto). Un creyente influyente en la política local. Una inscripción arqueológica en Corinto menciona a un “Erasto” que financió obras públicas, posiblemente este mismo.

·       Cuarto: un hermano de la iglesia, de quien no sabemos más, pero recordado en esta lista.

 

24 La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén.

Pablo termina deseando esa gracia sobre todos, porque sin ella no hay salvación, unidad ni esperanza.

 

Aplicación práctica: Servir a nuestro Señor Jesucristo, integrando el cuerpo de Cristo, y sirviendo a cada uno de los santos que forman la iglesia del Señor.

 

 

lunes, 22 de septiembre de 2025

Romanos 15:22-33 El Siervo de Jesucristo

 

El Siervo de Jesucristo

Romanos 15:22-33

Objetivo: Comprobar la veracidad de las palabras de Jesús en la vida de Pablo (Jn. 14:12-14).

 

Versículos del objetivo:De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre. Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.Juan 14:12-14

 

Introducción: Pablo reconoce a la iglesia en Roma como llena de bondad, conocimiento y capacidad para amonestarse mutuamente, mostrando que la edificación es tarea de todos. Aunque madura, necesitaban recordatorios de la gracia de Dios, pues la exhortación fortalece la fe. Pablo se presenta como ministro a los gentiles, viendo su labor como un servicio sacerdotal, donde los convertidos son una ofrenda santificada por el Espíritu. Toda gloria es para Cristo, ya que la obediencia de los gentiles es fruto de la obra del Espíritu y no del esfuerzo humano. Desde Jerusalén hasta Ilírico, Pablo llenó regiones estratégicas con el evangelio, fundando comunidades misioneras. Su misión fue pionera: predicar donde Cristo no era conocido, cumpliendo Isaías 52:15. El llamado para la iglesia hoy es seguir su ejemplo, proclamando con fidelidad el evangelio para gloria de Dios.

 

Desarrollo:

Vv. 22-24. Su anhelo

22 Por esta causa (razón) me he visto impedido (sin poder) muchas veces de ir a vosotros.

Pablo viene de explicar cómo su ministerio se centró en predicar donde Cristo no había sido anunciado, y como se había esforzado cumpliendo su llamado apostólico de anunciar el Evangelio a los gentiles. Ahora, le dice a la Iglesia en Roma que esa misma dedicación al evangelio en nuevas regiones le impidió visitarles antes.

 

La palabra ‘impedido’, viene del griego <egkoptō> (Strong 1465), que significa cortar el camino, interrumpir, poner obstáculos. Pablo no habla de una oposición satánica como la describe en 1 Tesalonicenses 2:18 por lo cual quisimos ir a vosotros, yo Pablo ciertamente una y otra vez; pero Satanás nos estorbó, sino de la carga ministerial fue lo que lo detuvo.

 

Esto muestra la prioridad de Pablo: obedecer su comisión antes que sus propios deseos de conocer a los hermanos romanos, aunque lo había intentado repetidamente, pero la urgencia de su misión, pero sobre todo la providencia de Dios y se lo habían impedido. El hombre planea, pero es Dios quien tiene la última Palabra como dice Proverbios 16:9 El corazón del hombre piensa su camino; mas Jehová endereza sus pasos. Proverbios 16:9 TLA El hombre planea su futuro, pero Dios le marca el rumbo.

 

Aplicación práctica: Todos nuestros planes debemos sujetarlos a la voluntad de Dios, como dice Santiago 4:13-15 13¡Vamos ahora! los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos; 14cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece. 15En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello. Cuando nuestros planes se frustran, no debemos frustrarnos nosotros, sino confiar en que Dios es soberano y aceptar el “no” de Dios o el “todavía no”. Muchas veces Dios retrasa algo para que llegue en el tiempo perfecto.

 

23 Pero ahora, no teniendo más campo (lugar) en estas regiones, y deseando desde hace muchos años ir a vosotros,

Pero ahora, no teniendo más campo en estas regiones. Pablo expresa que esa etapa de trabajo inicial había concluido, la palabra ‘campo’,  viene del griego <topos>  (Strong 5117), que significa lugar, región, territorio, esfera de acción. Aquí indica un área misionera donde aún había trabajo pionero. Pablo afirma que ya no queda ese tipo de trabajo inicial en esas regiones. Pablo no estaba diciendo que ya nadie necesitara el evangelio, sino que su tarea de fundar comunidades cristianas suficientes estaba cumplida: él abría la obra, otros edificaban, como dijo en 1 Corintios 3:6 Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios.

 

Y deseando desde hace muchos años ir a vosotros. Este deseo de Pablo de visitar a la Iglesia en Roma no era repentino, sino un anhelo constante, muy seguramente madurado en oración y paciencia. Pablo esperó “muchos años” hasta que el Señor abrió la puerta como lo esperaba en Colosenses 4:3 orando también al mismo tiempo por nosotros, para que el Señor nos abra puerta para la palabra, a fin de dar a conocer el misterio de Cristo, por el cual también estoy preso. Pablo nunca había estado en Roma, pero amaba a esos hermanos.

 

Aplicación práctica: No debemos confundir el deseo con ansiedad: Pablo deseaba ir a Roma, pero esperó en el tiempo de Dios. Nosotros también debemos confiar en el “cuándo” del Señor.

 

24 cuando vaya a España, iré a vosotros; porque espero veros al pasar, y ser encaminado (me ayuden a continuar) allá por vosotros, una vez que haya gozado con vosotros.

Cuando vaya a España, iré a vosotros. Pablo abre su corazón: su plan era ir más allá, hasta España, y en el camino visitar Roma. Pablo soñaba en grande, España en aquel tiempo representaba lo más lejano del mundo conocido, es muy probable que para Pablo era el cumplimiento literal de Hechos 1:8 pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.

 

Porque espero veros al pasar, y ser encaminado allá por vosotros. Roma sería una base de apoyo misionero para su próximo paso. La palabra ‘encaminado’ viene de la palabra griega <propempō> (Strong 4311), que significa acompañar, proveer ayuda material, apoyo y respaldo en un viaje. No solo es “despedir”, sino participar activamente en la misión. Pablo esperaba que Roma entendiera que recibirlo implicaba también enviarle. La iglesia es llamada a “encaminar” a los obreros de Dios, como dice 3 Juan 1:3 los cuales han dado ante la iglesia testimonio de tu amor; y harás bien en encaminarlos como es digno de su servicio a Dios, para que continúen su viaje.

 

Una vez que haya gozado con vosotros. Pablo no veía a los romanos solo como un recurso misionero, sino como hermanos con quienes compartiría bendición y alegría en comunión.

 

Aplicación práctica: Ver nuestra vida como una misión: cada viaje, cada paso, cada relación puede ser ocasión de extender el evangelio.

 

Vv. 25-27. Su encomienda

25 Mas ahora voy a Jerusalén para ministrar (llevar ayuda) a los santos (hermanos).

26 Porque Macedonia y Acaya tuvieron a bien hacer (recogieron) una ofrenda para los pobres que hay entre los santos (hermanos) que están en Jerusalén.

Este plan de Pablo también está registrado en Hechos 19:21 Pasadas estas cosas, Pablo se propuso en espíritu ir a Jerusalén, después de recorrer Macedonia y Acaya, diciendo: Después que haya estado allí, me será necesario ver también a Roma.

 

Antes de visitarlos, Pablo debía cumplir una tarea pendiente: llevar la ofrenda recogida entre las iglesias gentiles de la región de Macedonia como Filipos, Tesalónica y Berea; así como la Iglesia de Corinto que estaba en la región de Acaya. Dicha ofrenda era para los creyentes necesitados de Jerusalén, que muy probablemente estaban pasando o había pasado alguna hambruna como dice Hechos 11:28 Y levantándose uno de ellos, llamado Agabo, daba a entender por el Espíritu, que vendría una gran hambre en toda la tierra habitada; la cual sucedió en tiempo de Claudio.

 

Pablo le escribe a la iglesia de Corinto acerca de cómo las iglesias de Macedonia habían dado su ofrenda para los hermanos de Jerusalén con gozo y generosidad, aun en medio de su pobreza, como la iglesia de Filipos, tal como dice 2 Corintios 8:1-3 1Asimismo, hermanos, os hacemos saber la gracia de Dios que se ha dado a las iglesias de Macedonia; 2que en grande prueba de tribulación, la abundancia de su gozo y su profunda pobreza abundaron en riquezas de su generosidad. 3Pues doy testimonio de que con agrado han dado conforme a sus fuerzas, y aun más allá de sus fuerzas,

 

Pablo entendía que esta colecta, era una verdad espiritualidad expresada en amor práctico, era un símbolo de la unidad de la iglesia compuesta por judíos y gentiles. Este ministerio rompería las barreras y promovería la unidad en Cristo, además de cumplir con el mandamiento de Gálatas 6:10 Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe.

 

27 Pues les pareció bueno (Lo hicieron de manera voluntaria), y son deudores (estaban obligados) a ellos; porque si los gentiles (no judíos) han sido hechos participantes de sus bienes (bendiciones) espirituales, deben también ellos ministrarles (servirles) de los materiales.

La palabra ‘participantes’, viene del griego <koinōneō> (Strong 2841), que significa tener comunión, compartir, ser parte. Los gentiles no eran extraños, sino participantes plenos de las bendiciones espirituales de Israel como dijo Pablo en Romanos 11:17 Pues si algunas de las ramas fueron desgajadas, y tú, siendo olivo silvestre, has sido injertado en lugar de ellas, y has sido hecho participante de la raíz y de la rica savia del olivo.

 

Por ‘bienes espirituales’, Pablo se refiere a el pacto, las promesas, las Escrituras y al Mesías que vino de Israel como ya había dicho en Romanos 9:4-5 4que son israelitas, de los cuales son la adopción, la gloria, el pacto, la promulgación de la ley, el culto y las promesas; 5de quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén.

 

Esa ayuda no era solo fue un acto voluntario, sino que también tenía una razón teológica, era un acto de deuda espiritual. La iglesia de Jerusalén había sido la cuna del evangelio, y ahora los gentiles respondían con gratitud y solidaridad compartiendo sus bienes materiales, mostrando un amor genuino hacia sus hermanos judíos, quienes muy probablemente no conocían en persona. Este mismo principio lo menciona Pablo en Gálatas 6:6 El que es enseñado en la palabra, haga partícipe de toda cosa buena al que lo instruye, es un acto de reciprocidad cristiana: los que han dado lo mayor (lo espiritual) deben recibir también lo menor (lo material).

 

Vv. 28-33. Su comunión

28 Así que, cuando haya concluido esto, y les haya entregado (entregado oficialmente) este fruto, pasaré entre vosotros rumbo a España.

Pablo ahora afirma que cuando termine esa misión, la de entregar la ofrenda, entonces seguirá su viaje misionero hacia Roma y después a España. Aquí Pablo llama ‘fruto’ a la ofrenda, eleva el valor espiritual de la colecta: no es dinero, es el fruto de la gracia en acción que mostraba que la generosidad de las iglesias era evidencia visible de la obra de Dios en ellas.

 

La ofrenda es un fruto espiritual como Pablo se lo dijo a la Iglesia de Filipo en Filipenses 4:17 No es que busque dádivas, sino que busco fruto que abunde en vuestra cuenta.

29 Y sé que cuando vaya a vosotros, llegaré (compartiré) con abundancia de la bendición (de lo bueno) del evangelio de Cristo.

Pablo tiene confianza en que cuando llegue a Roma no será en vano, sino llegará con ‘abundancia de bendición’ en Cristo; es decir, a los beneficios espirituales del evangelio, no sería un mero encuentro social, sino una ocasión de edificación mutua, ya que recalca que la bendición no proviene de él mismo, sino del evangelio de Cristo que transforma vidas y que es abundante en gracia como dijo en Romanos 5:20 Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase; mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia.

 

Aplicación práctica: Vayamos a cada lugar con la expectativa de edificar: como Pablo, debemos ir con convicción de que llevamos a Cristo y eso bendice.

 

30 Pero os ruego, hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del Espíritu, que me ayudéis orando (luchen conmigo en oración) por mí a Dios,

31 para que sea librado (protegido) de los rebeldes (incrédulos, desobedientes) que están en Judea, y que la ofrenda de mi servicio a los santos en Jerusalén sea acepta (recibida);

Pablo reconoce su dependencia de la oración de los santos. La frase ‘que me ayudéis”, es la palabra griega <sunagōnízomai> (Strong 4865), que significa luchar juntamente, esforzarse en agonía con alguien. La oración no es pasiva, sino un esfuerzo conjunto en la batalla espiritual. Por eso Pablo pide a los hermanos en Roma que lo acompañen en oración para enfrentar lo que le esperaba en Jerusalén:

 

·      Ser librado de los rebeldes en Judea. La palabra ‘rebeldes’, viene del griego <apeithēs> (Strong 544), que significa desobedientes, incrédulos, hostiles.  En este contexto se refiere principalmente a los judíos incrédulos en Jerusalén y Judea, quienes veían a Pablo como un traidor al judaísmo. Entre ellos había fariseos, escribas y zelotes, celosos de la Ley, que rechazaban a Cristo como Mesías y consideraban que Pablo destruía la identidad judía al enseñar que los gentiles podían ser salvos sin circuncisión ni guardar la Ley de Moisés. Pablo sabía que enfrentaría un ambiente extremadamente hostil, y así ocurrió: fue acusado de profanar el templo en Hechos 21:27-28 27Pero cuando estaban para cumplirse los siete días, unos judíos de Asia, al verle en el templo, alborotaron a toda la multitud y le echaron mano, 28dando voces: ¡Varones israelitas, ayudad! Este es el hombre que por todas partes enseña a todos contra el pueblo, la ley y este lugar; y además de esto, ha metido a griegos en el templo, y ha profanado este santo lugar, y la multitud intentó matarlo con violencia como dice Hechos 21:30-31 30Así que toda la ciudad se conmovió, y se agolpó el pueblo; y apoderándose de Pablo, le arrastraron fuera del templo, e inmediatamente cerraron las puertas. 31Y procurando ellos matarle, se le avisó al tribuno de la compañía, que toda la ciudad de Jerusalén estaba alborotada.

 

·      Que la ofrenda de los gentiles fuera bien recibida por la iglesia en Jerusalén. Aunque los hermanos pobres en Jerusalén necesitaban ayuda, existía el riesgo de rechazo. Muchos cristianos judíos todavía luchaban con aceptar a los gentiles como parte plena del pueblo de Dios. Además, Pablo era visto con desconfianza porque se le acusaba de enseñar a los judíos de la dispersión a abandonar las tradiciones de Moisés, como registra Hechos 21:21 Pero se les ha informado en cuanto a ti, que enseñas a todos los judíos que están entre los gentiles a apostatar de Moisés, diciéndoles que no circunciden a sus hijos, ni observen las costumbres, al ser él mismo quien llevaba la ofrenda, algunos podían rechazarla por asociarla directamente con su ministerio.

 

La colecta no era solo dinero, sino un acto de unidad en Cristo. Si era aceptada, confirmaba que la iglesia es una sola familia; si era rechazada, podía profundizar divisiones. Quizá por eso Pablo decidió llevarla personalmente. Antes había pensado enviarla con otros como dice 1 Corintos 16:3-4 3Y cuando haya llegado, a quienes hubiereis designado por carta, a estos enviaré para que lleven vuestro donativo a Jerusalén. 4Y si fuere propio que yo también vaya, irán conmigo, pero ahora estaba resuelto a hacerlo él mismo. Aunque deseaba ir a Roma, y desde Corinto, donde escribe la carta, le quedaba más cerca viajar directo a Roma, escogió ir a Jerusalén buscando la unidad de la Iglesia.

 

32 para que con gozo (alegría) llegue a vosotros por la voluntad de Dios, y que sea recreado (y que tenga descanso) juntamente con vosotros.

Pablo les dice el propósito de esa oración: que finalmente pueda llegar a Roma con gozo, dentro de la voluntad de Dios, y disfrutar de la comunión mutua con los creyentes romanos. La palabra ‘recreado’ viene del griego <sunanapauomai> (Strong 4875), que significa descansar junto, hallar alivio en compañía; por lo que Pablo expresa el deseo de ser fortalecido espiritualmente y encontrar descanso en la comunión fraterna con los hermanos en Roma. Pero siempre sujetándolo a la voluntad de Dios.

 

A veces Dios responde de manera distinta a lo que esperamos, aquí Dios respondió esas oraciones, ciertamente Pablo llegó a Roma como prisionero (Hechos 28), pero llegó con gozo, en la voluntad de Dios, en el tiempo que Él dispuso y fue de bendición para muchos.

 

33 Y el Dios de paz sea con todos vosotros. Amén.

Pablo usa esta breve doxología para concluir su petición de oración (vv.30-32) y sus planes de viaje (vv.22-29). Después de hablar de peligros, tensiones y necesidades, termina entregando todo en manos del Dios de paz, recordando a los creyentes que la última palabra siempre la tiene el Señor.

 

Pablo llama a Dios “Dios de paz”, recordándonos que solo Él puede dar la paz a cada creyente, pero también la unidad de la iglesia que depende de la paz de Dios como dice Efesios 2:14 Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación.

 

Aplicación práctica final: Comprobar la veracidad de las palabras de Jesús en la vida de Pablo (Jn. 14:12-14).

 

 

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