Evidencia de los Fuertes Romanos 15:1-6
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Versículo a memorizar: “Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza.” Romanos 15:4
Introducción: Pablo enseñó que la vida cristiana no debe centrarse en disputas sobre asuntos secundarios como la comida o las celebraciones, sino en vivir en amor y edificación mutua. La libertad en Cristo es real, pero nunca debe usarse de manera egoísta ni causar tropiezo a un hermano más débil. Aunque nada es inmundo en sí mismo, si alguien lo considera así en su conciencia, debemos respetarlo y abstenernos por amor, recordando que Cristo murió por él. El reino de Dios no consiste en comida ni bebida, sino en justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo. El verdadero servicio a Cristo se expresa en buscar la paz, edificar al prójimo y vivir con una conciencia limpia delante de Dios. Todo lo que no se hace con fe es pecado; por lo tanto, la madurez espiritual se mide en cuánto estamos dispuestos a renunciar por amor y unidad en la iglesia.
Desarrollo:
1 Así que, los que somos fuertes debemos soportar (sobrellevar) las flaquezas (debilidades) de los débiles, y no agradarnos a nosotros mismos.
Así que, los que somos fuertes debemos soportar las flaquezas de los débiles. Pablo viene de exhortar a la iglesia en Roma sobre la vida cristiana en asuntos de conciencia (Rom. 14). Por lo que, no deben juzgarse ni menospreciarse en cosas secundarias (comida, días, etc.). Ahora, enfatiza el deber de los creyentes maduros: cargar con las debilidades de los más frágiles en la fe, reflejando el carácter de Cristo.
La palabra ‘fuertes’, viene del griego <dunatós> (Strong 1415), que significa poderoso, capaz, hábil. Se refiere a los creyentes maduros que tienen mejor entendimiento de su libertad en Cristo. Mientras que la palabra ‘soportar’, viene del griego <bastázō> (Strong 941), que significa cargar, llevar, sostener el peso. No es solo tolerar, sino activamente ayudar a llevar la carga. Soportar con ternura, de la misma manera que Cristo llevó nuestras cargas como dice Isaías 53:4 Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido, así debemos llevar las flaquezas de otros.
La iglesia es un cuerpo con miembros fuertes y débiles. Dios ha puesto a los fuertes para sostener, no para dominar, y así buscar la unidad en el cuerpo de Cristo.
Y no agradarnos a nosotros mismos. El apóstol enseña que la verdadera fortaleza espiritual no se mide por cuánto disfrutamos nuestra libertad, sino por cuánto estamos dispuesto a limitarla por amor a otros. El maduro en la fe no se centra en sí mismo, sino en la edificación del prójimo, como dice Filipenses 2:3-4 3Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; 4no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros. El amor cristiano busca el bien del otro por encima de sí mismo, eso es el amor sacrificial <agápē>.
2 Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno (para su bien), para edificación.
Cada uno de nosotros agrade a su prójimo. Pablo deja ahora un principio positivo: el propósito de nuestra vida comunitaria es buscar el bien del prójimo. Esto no significa complacer en todo, sino edificar espiritualmente.
La palabra ‘agrade’, viene del griego <areskō> (Strong 700), que significa complacer, satisfacer, agradar. En este contexto, no es adulación superficial, sino un esfuerzo por promover lo que ayuda al hermano en su caminar cristiano. El lo mismo que hacía Pablo y se los dijo a los corintios en 1 Corintios 10:33 como también yo en todas las cosas agrado a todos, no procurando mi propio beneficio, sino el de muchos, para que sean salvos.
En lo que es bueno. La palabra ‘bueno’, viene griego <agathós> (Strong 18), que significa bueno en naturaleza, útil, provechoso. Lo que es objetivamente bueno según la voluntad de Dios, no solo lo que nos parezca agradable a nosotros o a algún hermano, sino que lo edifique, como dice Efesios 4:29 Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.
Para edificación. La palabra ‘edificación’ viene del griego <oikodomē> (Strong 3619), que significa literalmente “construcción de una casa”. En el NT, se usa para referirse al crecimiento espiritual de la iglesia, como en Efesios 4:12 a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo. No vivimos aislados, la vida cristiana es comunitaria y para edificación mutua.
Pablo no está hablando de agradar en pecados o caprichos como él mismo dijo en Gálatas 1:10 Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo, sino en todo lo que contribuye a la formación de Cristo en los hermanos como dijo en Gálatas 4:19 Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros. El objetivo es que cada acción impulse al otro hacia la madurez espiritual en Cristo.
Aplicaciones prácticas:
· En las conversaciones: Hablar lo que edifique, no lo que destruya (Ef. 4:29).
· En el discipulado: Invertir tiempo en los más débiles para animarlos, corregirlos y edificarlos.
· En decisiones de vida: Antes de actuar, preguntarnos: ¿esto ayuda a mi hermano a crecer en fe, o solo me satisface a mí?
· En la iglesia: Servir no buscando reconocimiento personal, sino el beneficio de la congregación.
· En la familia: Los esposos, padres e hijos debemos vivir aplicando este principio, edificándose en la fe.
3 Porque ni aun Cristo se agradó a sí mismo; antes bien, como está escrito: Los vituperios (burlas, afrentas) de los que te vituperaban (insultaban), cayeron sobre mí.
Porque ni aun Cristo se agradó a sí mismo. Cristo es el máximo ejemplo, pues no buscó agradarse a sí mismo, sino entregar su vida por los débiles, no buscó lo suyo, sino que se entregó por nosotros como dice Marcos 10:45 Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos. Cristo, siendo Dios, tenía todo derecho de vivir para su propia gloria inmediata. Sin embargo, al encarnarse, se sometió a la humillación, al servicio y al sufrimiento, para cumplir la voluntad del Padre (Fil. 2:5-8).
Antes bien, como está escrito: Los vituperios de los que te vituperaban cayeron sobre mí. Pablo cita el Salmo 69:9 Salmo 69:9 Porque me consumió el celo de tu casa; y los denuestos (afrentas) de los que te vituperaban (burlaban) cayeron sobre mí. Mostrando que Jesús sufrió en lugar nuestro, cargando tanto con nuestras ofensas como con las ofensas que los hombres dirigían contra Dios, cumpliendo así ésta profecía.
Pablo con esta cita refuerza la idea de que el verdadero amor sacrificial no se centra en uno mismo, sino en el bien de los demás. Pablo hace una pausa para mostrar la importancia de las Escrituras en nuestra vida
4 Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza (instrucción) se escribieron, a fin de que por la paciencia (sobrellevar) y la consolación (exhortación) de las Escrituras, tengamos esperanza.
Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron. Pablo hace una pausa para mostrar la importancia de las Escrituras en nuestra vida, como la que acaba de citar del Salmo 69:9, la cual dice que se escribieron con el propósito de enseñarnos, de darnos instrucción. La Escritura no es letra muerta, sino palabra viva para la iglesia, como dice 2 Timoteo 3:16 Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia.
A fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza. Además de instruirnos, la Escritura nos da paciencia (para soportar pruebas), nos consuela (anima en medio del dolor) y, finalmente, nos llena de esperanza (certeza de la gloria venidera).
Por lo tanto, el creyente maduro no solo vive soportando al débil (vv. 1-3), sino que encuentra en la Escritura la fuerza para hacerlo con gozo y firmeza.
Aplicaciones prácticas:
· Lectura devocional constante: Cada día debemos buscar en la Palabra dirección, ánimo y esperanza.
· En las pruebas: Cuando enfrentamos dificultades, refugiarnos en las Escrituras, no en consejos humanos.
· En la enseñanza: Recordar que predicar la Palabra no es opcional; es el único camino para edificar la fe de la iglesia.
· En la consejería: Cuando un hermano sufre, no darle solo palabras humanas, sino llevarlo a las Escrituras.
· En la vida personal: Ver en la historia bíblica un espejo y un mapa: espejo para aprender de errores pasados y mapa para guiarnos en la esperanza futura.
5 Pero el Dios de la paciencia (perseverancia) y de la consolación (exhortación) os dé entre vosotros un mismo sentir (armonía) según Cristo Jesús,
Pablo reconoce que la verdadera unidad en la iglesia no nace de acuerdos humanos, sino de la obra de Dios en los corazones. Al llamarlo “el Dios de la paciencia y de la consolación”, recuerda que estas virtudes no son fruto de carácter natural, sino de gracia divina.
El propósito es que los creyentes tengamos “un mismo sentir”, es decir, una misma actitud de amor y servicio. No significa pensar idéntico en todo, sino estar enfocados en un mismo fin; el de glorificar a Dios en unidad. Pero esa unidad solo es posible cuando está “según Cristo Jesús”, teniendo su mente y ejemplo como modelo
6 para que unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.
La palabra ‘unánimes’, viene de la palabra griega <homothymadón> (Strong 3661), que significa con un mismo ánimo, de común acuerdo, al unísono. Expresa no solo unidad externa, sino unidad del corazón.
La meta de la unidad cristiana no es simplemente llevarse bien ni mantener paz superficial, sino glorificar a Dios. Esta glorificación se da al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo. Pablo recuerda que nuestra relación con Dios es posible solo por medio de Cristo. Por tanto, la verdadera adoración es cristocéntrica.
Aplicación práctica Final: Fortalecernos en las Escrituras, para que, siguiendo el ejemplo de Cristo, podamos soportar con esperanza las flaquezas de nuestros hermanos.