martes, 30 de septiembre de 2025

Romanos 16:1-24 Siervos de la Iglesia

 

Siervos de la Iglesia

Romanos 16:1-24

Objetivo: Servir a nuestro Señor Jesucristo, integrando el cuerpo de Cristo, y sirviendo a cada uno de los santos que forman la iglesia del Señor.

 

Introducción: Pablo explicó a los hermanos de la Iglesia en Roma por qué no había podido visitarlos: su prioridad fue predicar donde Cristo no había sido anunciado. Ahora, al haber cumplido esa misión en otras regiones, les comparte su plan de viajar a Roma camino a España. Antes debía ir a Jerusalén para llevar la ofrenda recogida por las iglesias de Macedonia y Acaya, fruto de generosidad y unidad en Cristo. Esta ayuda mostraba que los gentiles reconocían su deuda espiritual hacia los judíos, compartiendo lo material como agradecimiento por haber recibido lo espiritual. Pablo pide oración para ser librado de los incrédulos en Judea y para que la ofrenda sea bien recibida, buscando fortalecer la unidad de la iglesia. Deseaba llegar a Roma con gozo, en la voluntad de Dios, y hallar descanso en la comunión fraterna. Concluye confiando en el Dios de paz, quien da verdadera unidad y sostiene toda obra.

 

Desarrollo:

Vv. 1-16. Siervos del Señor

1 Os recomiendo además (tengo cosas buenas que decir acerca de) nuestra hermana Febe, la cual es diaconisa (líder servidora) de la iglesia en Cencrea;

2 que la recibáis en el Señor, como es digno de los santos (hermanos, que pertenecen a la familia de Dios), y que la ayudéis en cualquier cosa en que necesite de vosotros; porque ella ha ayudado a muchos, y a mí mismo.

Pablo está cerrando su carta con saludos personales. Lo primero que hace es recomendar a Febe, una hermana fiel de la iglesia en Cencrea. Es probable que ella fuera quien llevó la carta de Pablo a Roma, razón por la cual el apóstol pide que sea recibida y apoyada.

 

El nombre de Febe (Phoibē) significa “brillante” o “radiante”. Ella servía en Cencrea, un puerto importante cerca de Corinto, lo que sugiere una iglesia activa en la misión. Se le llama diaconisa (servidora). Este término no siempre implica un cargo oficial, pero sí describe a alguien dedicada al servicio cristiano.

 

Pablo dice que “ha ayudado a muchos, y a mí mismo”, mostrándola como una mujer generosa y hospitalaria, usada por Dios para sostener la obra del evangelio.

 

Para enfatizar: Pablo presenta a Febe como un modelo de una sierva fiel, digna de confianza y de gran honra; la iglesia primitiva valoraba el ministerio de mujeres como ella, cuyo servicio generoso y entrega la convirtieron en un instrumento clave en la obra de Dios, incluso llevando la carta de Romanos a su destino. Pablo la recomienda no solo por su labor, sino porque la iglesia debe aprender a recibir, apoyar y honrar a los siervos de Cristo.

 

3 Saludad a Priscila y a Aquila, mis colaboradores (compañeros de trabajo) en Cristo Jesús,

4 que expusieron (arriesgaron) su vida por mí; a los cuales no solo yo doy gracias, sino también todas las iglesias de los gentiles (no judíos).

Pablo menciona a Priscila y Aquila, un matrimonio judío convertido a Cristo, conocidos por su fidelidad y servicio al evangelio. Aparecen varias veces en el NT, siempre asociados al ministerio, la hospitalidad y la enseñanza.

 

Priscila y Aquila eran judíos que habían salido de Roma cuando Claudio expulsó a los judíos (Hech. 18:2). Conocieron a Pablo en Corinto, donde trabajaron juntos como fabricantes de tiendas (Hech. 18:3). Acompañaron a Pablo a Éfeso y allí instruyeron a Apolos en la doctrina de Cristo (Hech. 18:18, 26). Ahora, al parecer, habían regresado a Roma, y Pablo los reconoce como colaboradores fieles.

 

Para enfatizar: Pablo resalta el valor de la colaboración en la obra de Dios. Priscila y Aquila como ejemplo de fidelidad y valentía, dispuestos a arriesgar su vida por el evangelio; su servicio impactó a muchas iglesias, mostrando que la obra de Dios avanza en unidad y colaboración, siendo un matrimonio misionero entregado a Cristo sin buscar reconocimiento propio.

 

Ahora menciona a la iglesia que se reunía en su casa, y después a Epeneto, un creyente especial para Pablo, descrito como “el primer fruto de Acaya”.

 

5 Saludad también a la iglesia de (que se reúnen en) su casa. Saludad a Epeneto, amado mío, que es el primer fruto (creyente) de Acaya para Cristo.

Saludad también a la iglesia de su casa. Pablo ahora menciona a la iglesia que se reunía en casa de Priscila y Aquila. En la iglesia primitiva no había templos cristianos. Los creyentes se reunían en casas de familias generosas que abrían sus hogares para el culto, la enseñanza y la comunión.

 

Priscila y Aquila son mencionados como anfitriones de iglesias en otros lugares, como en Corinto como dice 1 Corintios 16:19 Las iglesias de Asia os saludan. Aquila y Priscila, con la iglesia que está en su casa, os saludan mucho en el Señor, y también en Éfeso donde instruyeron a Apolos, como dice Hechos 18:26 Y comenzó a hablar con denuedo en la sinagoga; pero cuando le oyeron Priscila y Aquila, le tomaron aparte y le expusieron más exactamente el camino de Dios. Su hogar siempre fue más que vivienda: era un centro misionero y de edificación.

 

Saludad a Epeneto, amado mío, que es el primer fruto de Acaya para Cristo. El nombre Epeneto significa “alabado”. Pablo lo llama “amado mío”, mostrando afecto especial. Fue “el primer fruto de Acaya”: es decir, probablemente el primer convertido individual de esa región y después la familia de Estéfanas fue la primera “casa completa” en convertirse como dice 1 Corintios 16:15 Hermanos, ya sabéis que la familia de Estéfanas es las primicias de Acaya, y que ellos se han dedicado al servicio de los santos.

 

Para enfatizar: La iglesia en casa muestra que el cristianismo se expandió con sencillez y hospitalidad, sin depender de grandes edificios. Epeneto sería un testimonio vivo de la gracia de Dios, y un recordatorio de que de una semilla fiel puede surgir una gran obra.

 

6 Saludad a María, la cual ha trabajado mucho (arduamente) entre vosotros.

Pablo menciona a María. No se nos da más información sobre ella, salvo una cosa muy importante: “ha trabajado mucho” entre los creyentes. Esa breve frase es un reconocimiento profundo de su entrega al servicio cristiano.

 

7 Saludad a Andrónico y a Junias, mis parientes y mis compañeros de prisiones (cárcel), los cuales son muy estimados (distinguido, conocidos) entre los apóstoles, y que también fueron (convertidos) antes de mí en Cristo.

Eran creyentes conocidos por Pablo, con un testimonio de fidelidad y sufrimiento por el evangelio.

 

Al decir “mis parientes”: probablemente judíos de la misma nación, aunque algunos piensan que podían ser también familiares cercanos. “Compañeros de prisiones”: estuvieron encarcelados por causa de Cristo, al igual que Pablo. No se nos dice cuándo, pero muestra su valentía en el evangelio. “Muy estimados entre los apóstoles”: significa que gozaban de gran reputación y estima dentro de los apóstoles y líderes de la iglesia. “Antes de mí en Cristo”: ellos se habían convertido al evangelio antes que Pablo, lo que implica que eran cristianos muy tempranos, probablemente desde los primeros años de la iglesia.

 

Para enfatizar: Andrónico y Junias son presentados como creyentes veteranos, sufridos y respetados en la obra de Cristo. Ellos nos enseñan que el verdadero reconocimiento en la iglesia viene por fidelidad, servicio y perseverancia, y que el sufrimiento por Cristo es parte del privilegio de seguirle.

 

8 Saludad a Amplias, amado mío en el Señor.

Pablo menciona a Amplias, un hermano del cual no tenemos más información bíblica aparte de este versículo, pero el solo hecho de estar en esta lista muestra que fue un creyente fiel y significativo para Pablo.

 

9 Saludad a Urbano, nuestro colaborador (compañero de trabajo) en Cristo Jesús, y a Estaquis, amado mío.

Saludad a Urbano, nuestro colaborador en Cristo Jesús. El nombre Urbano significa “ciudadano” o “hombre de ciudad”, muy común entre esclavos y libertos en Roma. Pablo lo reconoce como “colaborador en Cristo Jesús”, es decir, alguien que trabajaba activamente en la obra del evangelio junto con él y la iglesia.

 

 Y a Estaquis, amado mío. Estaquis era un nombre griego también frecuente en Roma. Pablo lo llama “mi amado”, igual que a otros en esta lista (Epeneto, Amplias). Aunque no se especifica su función, el afecto de Pablo muestra que era un creyente fiel y querido en la comunidad cristiana.

 

10 Saludad a Apeles, aprobado (que ha dado tantas pruebas de su fe) en Cristo. Saludad a los de la casa (la familia) de Aristóbulo.

Saludad a Apeles, aprobado en Cristo. El nombre Apeles era común entre judíos de la diáspora. Pablo lo distingue con una frase hermosa: “aprobado en Cristo”, lo que sugiere que Apeles había pasado por pruebas o dificultades y había demostrado fidelidad.

 

Saludad a los de la casa de Aristóbulo. Aristóbulo probablemente fue un personaje vinculado a la nobleza romana, quizás descendiente de Herodes el Grande. Pablo no saluda a Aristóbulo mismo, sino “a los de su casa”. Esto indica que dentro de ese hogar había creyentes, quizá esclavos o familiares, que eran parte de la iglesia. Es posible que Aristóbulo no fuera cristiano, pero su casa tenía miembros convertidos.

 

Para enfatizar: La fe auténtica se muestra al permanecer fiel bajo presión, y el evangelio, al extenderse incluso en casas influyentes, alcanzó tanto a esclavos como a nobles, demostrando que la iglesia primitiva trascendía todo estrato social y unía a humildes y poderosos en Cristo.

 

11 Saludad a Herodión, mi pariente (paisano, judío como yo). Saludad a los de la casa (familia) de Narciso, los cuales están (creen) en el Señor.

Saludad a Herodión, mi pariente. El nombre Herodión sugiere conexión con la familia de Herodes, aunque no podemos afirmarlo con certeza. Pablo lo llama “mi pariente”, lo que puede significar compatriota judío (como en Rom. 9:3) o un familiar cercano. En cualquier caso, era un judío convertido a Cristo y parte de la iglesia en Roma.

 

Saludad a los de la casa de Narciso, los que están en el Señor. Narciso fue un nombre famoso en Roma: un liberto griego que llegó a ser secretario influyente del emperador Claudio. Muchos creen que Pablo se refiere a su casa, probablemente a esclavos o sirvientes que habían llegado a la fe en Cristo. Pablo no saluda a Narciso mismo, sino “a los que están en el Señor” de su casa, lo que sugiere que no todos eran creyentes.

 

12 Saludad a Trifena y a Trifosa, las cuales trabajan en (la obra de) el Señor. Saludad a la amada Pérsida, la cual ha trabajado mucho (arduamente) en el Señor.

Saludad a Trifena y a Trifosa, las cuales trabajan en el Señor. Probablemente eran hermanas, quizá incluso gemelas, pues sus nombres son muy similares. Sus nombres eran comunes entre esclavas en Roma. Pablo las describe como mujeres que “trabajan en el Señor”, lo que indica servicio activo y constante en la iglesia.

 

Saludad a la amada Pérsida, la cual ha trabajado mucho en el Señor. El nombre Pérsida significa “mujer persa”, lo que sugiere un trasfondo extranjero. Pablo la llama “amada”, destacando un vínculo de afecto especial. A diferencia de las anteriores, dice que ella “ha trabajado mucho en el Señor”, lo que podría indicar que ya era una mujer mayor y había servido con larga fidelidad.

 

Para enfatizar: El verdadero valor del servicio está en hacerlo para el Señor, pues Dios honra cada esfuerzo constante y silencioso, como en la iglesia primitiva, donde hombres y mujeres fieles trabajaron sin buscar reconocimiento humano, y el amor cristiano supo reconocer esa entrega con gratitud y afecto.

 

13 Saludad a Rufo, escogido (distinguido creyente) en el Señor, y a su madre y mía (que ha sido como una madre para mí).

Rufo es llamado “escogido en el Señor”, expresión que resalta su fe y testimonio. Es posible que sea el mismo Rufo mencionado en Marcos 15:21, hijo de Simón de Cirene, quien cargó la cruz de Jesús. La madre de Rufo había sido como madre para Pablo, mostrando amor maternal y hospitalidad hacia él.

 

14 Saludad a Asíncrito, a Flegonte, a Hermas, a Patrobas, a Hermes y a los hermanos que están con ellos.

Nombres comunes entre esclavos en Roma, lo que muestra la diversidad social de la iglesia. Pablo incluye además a “los hermanos que están con ellos”, lo que sugiere un grupo o iglesia en casa.

 

15 Saludad a Filólogo, a Julia, a Nereo y a su hermana, a Olimpas y a todos los santos (hermanos) que están con ellos.

También creyentes en Roma, probablemente parte de otra congregación local. “Y a todos los santos que están con ellos” confirma que eran parte de una comunidad más amplia.

 

16 Saludaos los unos a los otros con ósculo (beso) santo. Os saludan (Les envían saludos) todas las iglesias de Cristo.

Saludaos los unos a los otros con ósculo santo. En la cultura del siglo I, el beso en la mejilla era un saludo común entre familiares y amigos. Pablo lo llama “santo” para distinguirlo de cualquier gesto impuro. Era una señal de amor fraternal, unidad y pureza cristiana. No se trata de un rito obligatorio hoy, sino de un principio: la comunión cristiana debe expresarse en gestos genuinos de afecto y bienvenida.

 

Os saludan todas las iglesias de Cristo. Pablo les recuerda a la iglesia en Roma que no estaba sola: formaban parte de una red de comunidades unidas en el mismo Señor. “Iglesias de Cristo” no se refiere a una denominación, sino a todas las congregaciones que pertenecen al Señor, más allá de culturas y regiones.

 

Vv. 17-20. Siervos de sí mismos

17 Mas os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos (dificultades) en contra de la doctrina  (enseñanza)  que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos.

Pablo introduce una advertencia solemne: había personas que ponían en riesgo la unidad y pureza de la iglesia.

 

·       Divisiones: separaciones dentro del cuerpo de Cristo, producto de orgullo, falsa enseñanza o ambición.

·       Tropiezos: obstáculos que hacen caer en la fe o apartan de la verdad.

·       Doctrina: la enseñanza apostólica transmitida fielmente (Hech. 2:42).

 

Para enfatizar: Su exhortación es clara: estar atentos a quienes causan divisiones y tropiezos contrarios a la sana doctrina y apartarse de ellos.

 

18 Porque tales personas no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a sus propios vientres  (estómagos), y con suaves palabras y lisonjas  (agradables) engañan los corazones de los ingenuos  (sencillos).

Pablo explica el motivo y los métodos de esos falsos obreros. No sirven a Cristo, sino a sí mismos. La frase “a sus propios vientres”, es una expresión que significa vivir para sus propios deseos, ambiciones o intereses materiales. Y usan un lenguaje seductor, discursos atractivos, halagos y persuasión vacía para engañar a los más débiles en la fe.

 

19 Porque vuestra obediencia ha venido a ser notoria a (conocida de) todos, así que me gozo de vosotros; pero quiero que seáis sabios (astutos) para el bien, e ingenuos (inocentes) para el mal.

Pablo reconoce algo positivo en los creyentes de Roma: su obediencia a Cristo era conocida en todas partes. Sin embargo, los exhorta a mantener equilibrio: ser sabios en lo bueno; es decir, que tengan discernimiento, madurez y habilidad para practicar lo que agrada a Dios, y al mismo tiempo que sean ingenuos en lo malo; ósea, ser inocentes, sin experiencia en el pecado, evitando la complicidad con la maldad.

 

20 Y el Dios de paz aplastará en breve a Satanás bajo vuestros pies. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros.

Pablo da una promesa gloriosa: la derrota final de Satanás está asegurada por el poder del Dios de paz. La palabra ‘Aplastará’: evoca Génesis 3:15, la promesa de que la simiente de la mujer heriría la cabeza de la serpiente. Esta declaración anima a la iglesia en medio de la oposición y los engaños de los falsos maestros.

 

Para enfatizar: La fuerza para resistir y vencer proviene de la gracia de Jesucristo, no del esfuerzo humano.

 

Vv. 21-24. Despedida

21 Os saludan Timoteo mi colaborador (compañero de trabajo), y Lucio, Jasón y Sosípater, mis parientes (mis paisanos).

22 Yo Tercio, que escribí la epístola (carta]), os saludo en el Señor.

23 Os saluda Gayo, hospedador mío y de toda la iglesia. Os saluda Erasto, tesorero de la ciudad, y el hermano Cuarto.

Pablo incluye los saludos de quienes estaban con él en Corinto al momento de escribir la carta. Estos nombres muestran la comunidad misionera que acompañaba a Pablo:

 

·       Timoteo: fiel colaborador, hijo espiritual de Pablo (a quien le escribe 1 y 2 Timoteo). Su presencia subraya la continuidad del ministerio.

·       Lucio: posiblemente el mismo mencionado en Hechos 13:1 como profeta en Antioquía.

·       Jasón: anfitrión de Pablo en Tesalónica, que sufrió persecución por recibirlo (Hechos 17:5-9).

·       Sosípater: probablemente el mismo Sópatro de Berea (Hechos 20:4).

·       Tercio: era el amanuense, es decir, quien escribía físicamente la carta mientras Pablo dictaba. Aquí interrumpe para enviar un saludo personal.

·       Gayo: hospedador de Pablo y de la iglesia en Corinto. Probablemente el mismo Gayo bautizado por Pablo (1 Cor. 1:14). Su hospitalidad bendecía a toda la comunidad.

·       Erasto: tesorero de la ciudad (Corinto). Un creyente influyente en la política local. Una inscripción arqueológica en Corinto menciona a un “Erasto” que financió obras públicas, posiblemente este mismo.

·       Cuarto: un hermano de la iglesia, de quien no sabemos más, pero recordado en esta lista.

 

24 La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén.

Pablo termina deseando esa gracia sobre todos, porque sin ella no hay salvación, unidad ni esperanza.

 

Aplicación práctica: Servir a nuestro Señor Jesucristo, integrando el cuerpo de Cristo, y sirviendo a cada uno de los santos que forman la iglesia del Señor.

 

 

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